La dramática caída de las criptomonedas provocó no solamente pérdidas millonarias a las grandes potencias de los mercados sino también una ola de preocupación en los inversores que quedaron con pérdidas cuantiosas. BeInCrypto se puso en contacto con Diego Tachella, Magíster en Psicología, para encontrar claves respecto de cómo ayudar a quienes resultaron afectados por esta situación.
El licenciado inició la conversación explicando el rol de la confianza en el ecosistema cripto.
“Una moneda que no tiene ningún tipo de respaldo es una cuestión de confianza más que de otra cosa, desde el punto de vista psicológico. Si el mercado desconfía su precio puede desplomarse, y la confianza tiene mucha relación con percepción de riesgo, con un contagio colectivo tanto para la compra como para la venta.”
Tachella señala que algunos autores consideran que el comportamiento del mercado cripto es muy emocional, los inversores tienden a ponerse codiciosos cuando el precio del Bitcoin sube, si todos están comprando me estoy perdiendo algo, tengo que comprar.
También, los inversores suelen vender sus criptomonedas en una reacción irracional de pánico al ver el descenso del precio y una tendencia a la baja. Contemplando sólo períodos de tiempo muy cortos para tomar las decisiones de manera casi automática.
BeInCrypto: ¿Cómo podemos evitar problemas de salud mental por pérdidas de dinero?
Diego Tachella: Ante cualquier pérdida, una persona con vulnerabilidad puede desarrollar una depresión. Cuando perdemos algo que nos importa o es significativo para nosotros pasamos por un duelo, una etapa de dolor ante la pérdida.
Si ésta es demasiado grande puede llevarse parte de nosotros con ella, en una atribución que hacemos de características a un objeto externo, que puede ser por ejemplo los planes de viajar, cambiar el auto, construir la casa, aumentar el patrimonio para lograr una mejor calidad de vida.
El objeto perdido se lleva éstos proyectos también y parece que no los podremos recuperar jamás. El proceso de duelo es separar lo perdido de esas características y recuperarlas, suele realizarse de manera natural en unos seis meses a un año (por dar un estimado temporal que depende de muchas otras características individuales, sociales y familiares).
Si se convierte en un duelo de lo que llamamos patológico ya se va a requerir de ayuda profesional para superarlo, que se extienda más tiempo es uno de los indicadores para evaluar la necesidad de asistencia profesional.
La mejor manera es no perdiendo dinero, o perdiendo dinero que se destine a ese riesgo, consciente de que si invierto en busca de grandes ganancias en poco tiempo el riesgo es mucho mayor.
BeInCrypto: ¿Cómo detectamos síntomas peligrosos en alguien cercano?
Diego Tachella: Algunos de los principales síntomas son: cambio repentino del humor, del estado de ánimo y cambios significativos en las conductas habituales (sueño y alimentación suelen ser los más evidentes).
Además, pérdida de la iniciativa, sentimiento de culpa intenso, enojo o tristeza (puede presentarse episodios de llanto). A esto hay que sumar falta de placer en actividades que normalmente la persona disfruta, deterioro laboral, social y familiar. Descuido de la apariencia, de la higiene personal, dificultades para concentrarse.
También ponerse monotemáticos con el tema y volver sobre la pérdida y lo que podría haberse hecho distinto. También un aumento en el consumo de alcohol, tabaco u otras drogas.
Ante éstos cambios es muy recomendable el diálogo con la persona, acompañar y escucharla, y siempre que dudemos o no sepamos qué hacer consultar con profesionales de la salud mental.
BeInCrypto: ¿Pueden aparecer síntomas suicidas a raíz de una pérdida material?
Diego Tachella: Cuando la persona no logra tramitarlo y esa pérdida material implica una serie de otras pérdidas (simbólicas, de estatus, de bienestar), se va a vivenciar la pérdida como algo imposible de superar. Ante una pérdida así de grande puede aparecer el impulso suicida.
La valoración de ese riesgo debe realizarla un profesional, ya que algunas personas presentan cierta vulnerabilidad o riesgo mayor de cometer suicidio. Es importante tener en cuenta si se detecta algunos de los siguientes comportamientos:
- Inestabilidad del estado ánimo
- Conducta agresiva
- Elevada impulsividad
- Rigidez de pensamiento
- Dificultad para resolver problemas
- Sentimientos de frustración
- Angustia ante pequeñas contrariedades
- Elevada auto exigencia
- Sentimientos de rechazo por los demás
- Relaciones conflictivas con padres, adultos y amigos
- Frecuentes sentimientos de desamparo y desesperanza
El licenciado detalla que la promesa de éste tipo de monedas es muy esperanzadora, en cuanto a la oportunidad de enriquecerse con un par de aplicaciones y unos pocos cientos de dólares ingresados.
Incluso poniendo tus dispositivos electrónicos a minar monedas, la oportunidad de lograrlo sin un trabajo y estudio pormenorizado de la cuestión son bastante bajas.
Para Tachella hay un efecto de miedo a quedarse afuera que hace que mucha gente desee ingresar. FOMO (Fear of Missing Out) es lo mismo que nos sucede con los dispositivos electrónicos y las redes sociales, el miedo de quedarse afuera de una novedad o noticia imprevista, impulsa a ingresar en el sistema, chequear y seguir los cambios de cotización sin descanso, intentando lograr ganancias a corto plazo. Todo junto aumenta la ansiedad y la expectativa.
El licenciado explica que están comenzando a aparecer en la literatura específica de la psicología económica algunos resultados de investigaciones que analizan la personalidad o las características de quienes prefieren invertir en criptomonedas.
Según esas conclusiones, son jóvenes que han crecido inmersos en las redes sociales y los videojuegos. Personas acostumbradas a las gratificaciones instantáneas y a quienes los cambios abruptos les resultan habituales y los riesgos altos atractivos. Hay una sensación de riesgo y emoción que pueden resultarles adictiva.
Tachella cierra afirmando que para poder operar en este mercado es necesario conocer mucho del funcionamiento del mismo. Saber de su tecnología y filosofía implícita.
Para ello, contar con una educación financiera y económica se vuelve indispensable, y esa educación requiere reconocer nuestras reacciones emocionales, nuestros sesgos cognitivos, el clima emocional del mercado en el que operamos, y plantearnos decisiones que implican plazos más a mediano o largo plazo.
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