El vicepresidente del Banco Central (BC), Pablo García, presentó el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Las Américas. Tras su presentación se refirió a algunos temas de contingencia, como la incertidumbre que ha generado el proceso constituyente, además de cómo el sistema financiero local pudo tener un buen funcionamiento en medio de la crisis derivada de la pandemia.
“Es un tema que indudablemente ha motivado mucha discusión. Hay como tres elementos que fueron clave. El primer elemento que es fundamental es que la pandemia, al haber afectado a las personas y a las empresas (con) esta parálisis en el sector productivo, llevó a que todos quisieran recurrir a alguien que les financiara el periodo de inactividad. Las personas que no pueden salir a trabajar, tienen que recurrir a que alguien les preste. La demanda de liquidez fue una demanda por pesos, no por dólares”, dijo Pablo García tras presentar el informe.
Y agregó que “¿por qué querían pesos?, porque había confianza en el peso. Si hubiera habido demanda de dólares, el drama es que el Banco Central tiene una cantidad limitada de dólares. Como la demanda era por pesos, era fácil satisfacer esa demanda, porque es cosa de imprimir. Había confianza en nuestro medio de pago, que no es algo que tengamos que dar por sentado. Lo segundo, es que hubo conciencia de que se requería una aproximación multidimensional, no bastaba con proveer liquidez, se necesitaba seguridad respecto a que las empresas que estaban pidiendo financiamiento no fueran ellas las que pagaran los platos rotos. Otra razón es que había holguras fiscales. Lo que necesitas al final son recursos reales, y el único que tiene recursos es el fisco”.
También se refirió a la profundización del mercado de capitales, al que llamó la presidenta del BC, Rosanna Costa, y que también que puso sobre la mesa el ministro de Hacienda, Mario Marcel, en medio de la discusión sobre la reforma de pensiones que impulsa el Ejecutivo.
“Hay como dos dimensiones. La primera dimensión se refiere a que para tener más fondos ahorrados hay que ahorrar. Tenemos que digerir este exceso de consumo que se vivió el año pasado y que aún está ahí. Tenemos niveles de consumo que son súper altos. La economía chilena tiene que aumentar su nivel de ahorro personal, eso significa consumir menos, lo que es difícil. Por el lado fiscal importa que el gobierno tenga un plan de consolidación, que el déficit fiscal se vaya achicando. Son las dos principales fuentes de ahorro de la economía nacional. Las personas, el gobierno y empresas”, explicó el vicepresidente del ente rector.
Asimismo señaló que “hay otra dimensión que se refiere a la estructura del mercado de capitales. Lo primero es que la capitalización individual no es algo que ocurra en todas partes del mundo donde tengan un mercado de capitales desarrollado, es una cosa especial nuestra. Mario Marcel fue súper claro ayer en hablar de capitalización. Lo que se necesita para el sistema pensiones es capitalizar los ahorros, para tener rentabilidades que permitan ir pagando pensiones a futuro. El diseño, el tipo de participantes, es más bien un tema legislativo, político”.
García también se refirió al proceso constituyente y a la incertidumbre que ha generado el proceso, lo que ha sido analizado por varios bancos de inversión y entidades internacionales.
“Creo que este es un proceso largo. En Chile tendemos a pensar que hay hitos que resuelven todo. No, en realidad es un tema largo que nos convoca a todos. No es asunto de que con un instrumento, una fecha o un resultado se resuelve todo o se apaga todo, no. Es un proceso que comenzó en un minuto, que lleva harto tiempo y que va a continuar. La gracia es tratar de ir construyendo mecanismos y formas de ir reduciendo estos grados de incertidumbre. El solo pasar por las etapas creo que reduce la incertidumbre”, sostuvo a título personal.
En otros temas, dijo que es importante que avance el proyecto de registro de deuda consolidada que está en el Congreso.
“Lo que hace falta en Chile, en términos de nuestro desarrollo de un mercado financiero y de endeudamiento saludable de las personas, es un registro de crédito consolidado, registro de deuda consolidada. Eso se refiere a que tengas una institución o una base que permita capturar el nivel de deuda financiera que las personas tienen, independiente de la entidad que otorgó el crédito. Eso hoy no existe. Los bancos tienen su propia base, pero los otros otorgadores no participan en el mismo sistema. Para no aparecer como deudor piden créditos fuera del sistema, y eso al final tiene varios problemas: hace que las personas se sobreendeuden, aumenta el riesgo del sistema y tercero, hace la pega del regulador más difícil. Es un proyecto de ley que está en el Congreso, hemos empujado hace más de 10 años para que avance. Se está discutiendo el borronazo del Dicom que va en el sentido totalmente opuesto”, indicó.
Por último, en cuanto al precio de las bencinas, afirmó que una eventual eliminación del impuesto específico no afectaría el valor de las gasolinas.
“El Mepco que hay hoy día reduce el impuesto a los combustibles. El precio de la bencina es un precio que no tiene impuesto, y para el diésel hay un subsidio, por lo tanto es difícil echarle la culpa al impuesto por los precios de las bencinas que estamos viendo hoy. Si el dólar estuviera a $600 sería otro mundo. Eliminar el impuesto a las bencinas no tendría ningún efecto sobre el precio de los combustibles”, advirtió.