Mentalidad de crecimiento aplicado en el deporte

Una de las mejores virtudes que puede tener un deportista es la mentalidad de crecimiento. Un deportista con esta actitud verá como su rendimiento crece exponencialmente en un periodo de tiempo corto.

Tener una mentalidad de crecimiento aplicado al deporte es un factor determinante en el rendimiento. Es tal su poder que puede llegar a marcar la diferencia entre dos deportistas con las mismas capacidades físicas.

No hay una única mentalidad de crecimiento, sino que es un término abstracto que designa el espíritu inconformista y curioso que empuja al deportista a seguir avanzando a pesar de los obstáculos. En suma, es la mezcla de variables como el valor de esfuerzo, la pasión por el deporte y las ganas de seguir evolucionando.

Este tipo de mentalidad puede parecer que es un rasgo innato, solo presente en una porción pequeña de los deportistas. Pero la realidad es que es posible entrenarla y gracias a ella obtener resultados muy prometedores.

Crecer mentalmente es un camino largo en el cual siempre se aprende algo, pero sin duda en lo que están de acuerdo todos los deportistas es que el esfuerzo siempre merece la pena. Por todas esta razones, a continuación trataremos el tema de la mentalidad de crecimiento aplicada en el deporte.

La flexibilidad es un pilar fundamental

Un error habitual en los deportistas que tienen metas ambiciosas es establecer un plan rígido para conseguirlas. Establecer planes de acción es importante, ya que hay que concretar las metas en aspectos concretos, pero estos planes siempre deben tener cierto grado de flexibilidad por cualquier imprevisto que pueda pasar.

La mentalidad flexible es una de las mejores virtudes que puede tener cualquier persona. Gracias a ella es posible adaptarse a situaciones nuevas y aprender mucho más rápido.

Crecer mentalmente no es un proceso lineal, sino que está lleno de altibajos. Creer que el crecimiento es una línea recta ascendente es propio de mentalidades rígidas y obstinadas. Por el contrario, permitirse tener momentos de bajón y aceptarlos es una virtud que hace más grande a la persona.

Aprende mucho de los principiantes

Normalmente se tiene a los deportistas profesionales como los ejemplos a seguir. Tener a los expertos como referentes no tiene nada de malo, no obstante los principiantes, a pesar de no tener un rendimiento tan espectacular también pueden enseñar lecciones valiosas.

Enseñar a una persona que se acaba de iniciar en la práctica deportiva es una experiencia enriquecedora. No solo por la ilusión y las ganas, también porque se ve claramente cómo adquiere las habilidades paulatinamente.

Tener una actitud de principiante es una parte fundamental de la mentalidad de crecimiento en el deporte. Esta implica tener la mente abierta y libre de expectativas, esperando lo mejor a su debido tiempo. Además, la actitud de principiante es uno de los pilares de la meditación mindfulness. Por tanto, su práctica promueve un cambio más positivo de mentalidad.

Nunca se deja de estudiar

Una de las características que más definen a las personas que están en constante crecimiento es que nunca dejan de formarse y aprender cosas nuevas. La constante actualización es necesaria para la mentalidad de crecimiento, ya que la investigación científica siempre está en marcha.

Todos los profesionales que trabajan en el ámbito del deporte tienen la obligación de estar en constante formación. El conocimiento avanza a pasos agigantados, y los profesionales tienen que ser capaces de asimilarlo y transmitirlo para mejorar el rendimiento de sus deportistas.

Pero lo anterior también es aplicable a los deportistas. En la red existen multitud de recursos al alcance de cualquiera para aprender de todo aquello que le interese. No hay excusas para querer ensanchar la mente, y es que el quedarse estancado es uno de los peores defectos que puede tener una persona.