Sonia Giménes Bawden cosechó -en una treintena de años al frente de consultorios- tanta experiencia terapéutica con pacientes con trastornos alimentarios pero a su vez, se retroalimentó tanto de quienes tienen conflicto con la comida, que decidió volcar todos sus conocimientos en su primer libro, el que acaba de presentar. “Algo más que comer o no comer. Abordaje gestáltico de la alimentación y sus trastornos” es la publicación en la que, en diferentes capítulos, se explaya sobre la alimentación y la relación con la construcción de la identidad, el cuestionamiento sobre qué es la belleza y cómo es una construcción subjetiva -según la profesional “sobre todo de las últimas décadas del siglo XX que se centró en una delgadez que empujo al ideal femenino a querer ser solo eso”-, y sobre lo que llama “las voces sociales” o las presiones macroscópicas -“porque la persona no se da cuenta como le influyen”- para el consumo, para elegir determinados alimentos, para seguir publicidades, para responder al rol que se espera de la mujer y asociado a eso cómo se debe ver. También aborda la responsabilidad de la familia como condicionante para el desarrollo de los trastornos alimentarios, la relación de su ser psicológico con el cuerpo, entre otras temáticas.
Aclara que “no es un libro de autoayuda. La gente busca tips, que son externos. El libro plantea que la persona busque internamente donde están sus falencias, sus déficits, o donde ha quedado entrampado sin poder resolver sus necesidades para ese “hambre que tiene que saciar””. Es un libro que en principio invita a la reflexión sobre la alimentación, proponiendo una mirada holística. Cualquier persona puede entenderlo. No es solamente para pacientes, sino también para gente que le interesa el tema. Aparte hay dos capítulos un poco más técnicos -lo que no los hace inentendibles-, los que posiblemente van a aprovechar quienes hagan psicoterapia o alguien que quiera tener herramientas para ayudar a las personas en esta problemática”.
¿Cómo puede abordarse el conflicto o mal vínculo con la alimentación desde esta corriente?
La Gestalt es una línea de abordaje terapéutico que responde a un modo epistemológico de pensar a las personas, a la salud, a la enfermedad. Gestalt quiere decir totalidad, o sea que es una mirada holística, es decir que una mirada integradora de la persona, que no separa lo psíquico por un lado, lo físico por el otro, sino que ve a la persona como una totalidad y por eso, el abordaje psicoterapéutico puede llegar a incluir algunos ejercicios corporales o alguna otra técnica atípica para lo estrictamente psicológico. Se puede trabajar con la respiración, con la fantasía, con el sueño dirigido y por supuesto también con el discurso. De todos modos, la Gestalt trata que la persona no se identifique sólo con su cognición y sus pensamientos, sino que avance en la compresión y la experiencia de sus emociones y sus situaciones para resolver más allá de lo que piensa y abarcar lo que necesita a nivel orgánico y a nivel emocional.
Una de las cosas que suele suceder en las personas con trastornos alimentarios es que están sesgadas por ideas -que en Gestalt llamamos introyecto-, por mandatos internos, por aspectos de lo que es bello, de lo que se debe ser. La persona muchas veces se hostiga a si misma con ideas o conceptos, que en general no son saludables, y que vienen de mandatos sociales, familiares, profesionales.
¿Por qué la alimentación es un tema fundante para la persona?
Considero que la alimentación se entrelaza con el desarrollo de la persona, desde el momento mismo de su nacimiento o sea después de respirar una de las primeras cosas que hacemos como ser humano es mamar. Y eso implica desde ya una relación con el mundo marcada por la alimentación y por las relaciones interpersonales y relaciones afectivas. Lo que nosotros vemos como síntomas alimentarios es el
resultado final de un proceso que es más profundo, de distorsión o de mala organización interna y por eso el libro es “algo más que comer o no comer” porque no es la dieta o en el peso corporal solamente, hay que mirar un poco más atrás, descubrir lo que la persona tiene que resolver, no solamente es lo que pesa y cómo se ve, sino otras cuestiones afectivas más existenciales.
¿La comida media en el vínculo con uno mismo y con los demás?
Claro, cuando se presenta un trastorno, hay una alteración vincular con la comida, seguro. Consigo mismo y con los otros, también.
Es que la comida implica, más allá del acto individual de comer, bien o mal, una cuestión social, compartida.
Todos los hechos sociales, al menos en nuestra cultura, están marcados por la comida. Las relaciones sociales implican comer: festejamos comiendo, nos juntamos a comer con cualquier excusa y las personas como además a lo largo de su vida van entrelazando la alimentación que primero es nutrición, luego es apetito, luego hábito alimentario, van evolucionando esa relación con la comida. Siempre está articulado el mundo emocional con la alimentación, desde el nacimiento. Cuando la persona tiene algún impacto en su mundo emocional, lo traslada a síntomas alimentarios o síntomas digestivos, come más o come menos, o le cae mejor o peor. Lo que tiene que tener en cuenta es que si no resuelve lo que tiene que resolver a nivel emocional, probablemente siga generando síntomas con el modo de comer.
Muchos temas alimentarios no se resuelven solo con dieta…
Ahora hay una mirada más amigable sobre el ser humano, sobre la comida, sobre la relación con el medio, sobre los alimentos, hay una mirada más integradora. Durante mucho tiempo, diría durante las últimas décadas del siglo pasado, la gente iba a pedir una dieta y el médico le daba una dieta o le daba anorexígenos o algo para bajar la ansiedad para que no coma tanto, pero al no resolverse el tema en lo profundo, se trasladaba el malestar a la comida o al modo de comer y la persona cada vez se sentía peor, mal consigo mismo.
¿Cada vez hay más personas con problemas alimenticios?
No creo que haya más personas con trastornos alimenticios como se define en los manuales de psicopatología (Anorexia, Bulimia). Si creo que hay más personas sufrientes con la alimentación, hay muchísimas personas que sufren por su apariencia y su peso, sobre todo mujeres. De 10 personas, 8 tienen alguna queja sobre su aspecto corporal o malestar por cuánto pesan y eso se traslada a un malestar en la autoestima, en la autoapreciación de sí mismos. Y entonces la persona se siente mal socialmente y se siente en falta con lo que se supone que debe mostrar al mundo.
La especialista
Giménes Bawden es Licenciada en Psicología, Magíster en Clínica en Salud Mental y Especialista en Terapia Gestáltica. Tiene formación en Terapia Familiar Sistémica. Tiene un extenso trabajo psicoterapéutico con adultos, grupos y parejas.
Es docente, supervisora e investigadora en clínica y salud mental. a en la formación de psicólogos y profesionales de la Salud en la Universidad Católica de Cuyo, pero también en universidades del país (como la Nacional de Córdoba) y el exterior (la Complutense de Madrid y la Salamanca, en España y universidades de México).
Es la presidente de la Asociación Gestáltica de San Juan.
Para tener el libro
El libro, en formato tradicional en papel o virtual (e-book) puede comprarse contactándose con la autora al mail sgimenesbowden@gmail.com