Una cuarta parte del territorio vasco está bajo alguna figura de protección ambiental, lo que sitúa a Euskadi en “el buen camino” para alcanzar la cifra del 30% que marca la Unión Europea para el final de esta década, según el informe Perfil Ambiental de Euskadi de 2022 presentado por el Gobierno Vasco en el marco del Día Mundial de la Biodiversidad, que se celebrará el próximo día 22 bajo el lema ‘Construir un futuro compartido para todas las formas de vida’.
El estudio, que publica anualmente la sociedad pública Ihobe, aborda en esta ocasión el tema de la biodiversidad en el territorio, para lo que analiza 35 indicadores medioambientales, económicos y sociales.
Según los datos que recoge el Perfil de Biodiversidad, casi una cuarta parte de todo el territorio de Euskadi (el 24,2%) está protegida, lo que supone un total de 175.330 hectáreas. Con estos datos, explican desde el Gobierno Vasco, Euskadi “se acerca a la meta marcada por la Estrategia de la UE sobre Biodiversidad para 2030, de conferir protección jurídica al 30% de la superficie”.
Esta estrategia también prevé que al menos un 30% de hábitats y especies alcancen un estado de conservación favorable, obtenido ya por el 22% de los hábitats de interés de Euskadi en el periodo 2013-2018.
En cuanto a especies, destacan datos como que el 37% de las aves analizadas han incrementado sus poblaciones y el 20% del resto de especies muestran un estado de conservación favorable. Entre las que mejores resultados presentan, están los anfibios, reptiles y mamíferos, además de aves que viven en entornos urbanos, de alta montaña y forestales.
Sin embargo, “preocupa” la población de aves en el medio agrario, que ha caído un 44% en la última década. También se ha reducido un 85% la biomasa del alga roja en la costa vasca en un periodo de poco más de 25 años y ha disminuido la fanerógama Zostera noltii (una planta marina similar a la posidonia) casi el 10% en un lustro.
Se ha detectado un fuerte aumento en los últimos años de las mariposas en medios forestales, el cormorán moñudo (con un incremento del 20%), peces como la trucha y el gobio. Otras como el piscardo (un pez pequeño de agua dulce) y el salmón se han estabilizado, mientras que la anguila sigue en retroceso.
En materia de inversión, se estima que la gestión de la Red Natura 2000 en Euskadi durante el periodo 2021-2027 será 119 millones de euros. Según un estudio que realizó el Gobierno Vasco sobre los espacios de la Red Natura, el valor económico de los servicios y beneficios que reportan es unas siete veces superior al gasto directo que se hace en esos lugares.
“Esto quiere decir que, por cada euro que se invierte, hay 7 euros de retorno en beneficios, tales como el abastecimiento, es decir la cantidad y variedad de productos que se extraen del bosque o del mar, y regulación, ya que esos espacios captan y almacenan carbono, contribuyen a la depuración y suministro de agua potable, al control de la erosión del suelo, mitigan los daños por inundaciones, mejoran la calidad del aire o facilitan la polinización”, han precisado desde el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente.
Con respecto al turismo, se incluyen datos como que en 2019 el motivo de viaje del 13,9% de las visitas recibidas en Euskadi era disfrutar de la naturaleza y el turismo rural, un porcentaje que se prevé al alza. Además, desde 2021 Euskadi cuenta con un Espacio Natural Protegido, la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, adherido a la Carta Europea de Turismo Sostenible y 16 empresas turísticas certificadas.
A ello, se suman 35 alojamientos turísticos con la Etiqueta Ecológica Europea, lo que garantiza la ausencia de impactos sobre, entre otros, la naturaleza y su biodiversidad.
Las amenazas más graves para la biodiversidad
El informe también analiza la percepción ciudadana y refleja que el 22% de las personas encuestadas señala la extinción de especies y la degradación de espacios naturales como el problema medioambiental respecto al que sienten más desinformadas. Sin embargo, sólo el 3% apunta a la pérdida de biodiversidad como la cuestión medioambiental más preocupante.
La población identifica la contaminación del aire o del agua, el cambio climático, la deforestación y desertización, y las catástrofes de origen antrópico como las amenazas más graves para la biodiversidad. Un 25% de los encuestados ha escuchado hablar de la Red Natura 2000, un 27% de la red Ekoetxea y un 18% de la red de Parketxes.
Las 100.073 personas visitantes recibidas por los cuatro centros que conforman la red Ekoetxea de centros ambientales del Gobierno Vasco en 2019 suponen un incremento del 140% respecto a las 41.723 visitas de 2008.
Euskadi, que ocupa algo menos del 1% del territorio de la Unión Europea, acoge aproximadamente el 35% de sus hábitats de interés. “Su pérdida es una amenaza a la que se debe hacer frente desde todos los niveles de gestión para reforzar la resiliencia del territorio y prevenir la aparición y propagación de enfermedades en el futuro. La pérdida de biodiversidad pone en peligro la seguridad alimentaria y la nutrición, agrava la crisis climática y afecta a la economía”, han destacado desde el Ejecutivo.
La Estrategia de Biodiversidad del País Vasco 2030 estableció en 2016 un plan de acción para la mejora del Patrimonio Natural del País Vasco en línea con los marcos europeos y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que “marca el camino para alcanzar un territorio resiliente y responsable en el que se mejore el estado de conservación del medio natural”.
Además, han explicado, la protección de la biodiversidad es una de las líneas de trabajo del Pacto Verde de Euskadi, la hoja de ruta elaborada por el Gobierno Vasco para conseguir “un desarrollo justo y sostenible en el territorio”, alineada con el Pacto Verde Europeo.
“Este modelo competitivo de futuro requiere un nuevo contexto normativo y, en el caso de la protección de la diversidad biológica, proponía acciones como la reciente aprobación de la Ley de Conservación del Patrimonio Natural de Euskadi, que actualiza el marco normativo para adaptarlo a la amplia legislación europea desarrollada en las últimas décadas; o el Programa Marco Ambiental de Euskadi 2030, actualmente en proceso de elaboración, que marca la hoja de ruta a seguir hasta final de la década”, han concluido.