Alimentos a base de plantas, monitoreo robotizado, tokenización de commodities, etc. Estas son algunas de las ideas que dan inicio al camino de las startups denominadas agtech.
Dentro de los tantos referentes del sector agtech argentino está Zoomagri, que desarrolla tecnología de determinación de calidad de commodities agrícolas, por medio de procesamiento de imágenes, inteligencia artificial e internet de las cosas.
A partir de una charla con Fernando Martínez de Hoz, su cofundador, me propuse contar en esta columna cuáles son los primeros pasos necesarios para emprender en el agtech.
La mayoría de los problemas que tenemos diariamente ya existen hace mucho tiempo. Al pensar en un producto o servicio nuevo, entonces, debemos tener presente que nuestros usuarios vienen resolviendo este problema de una manera diferente a la que nosotros queremos proporcionar. Ese es su “workaround”.
Para los clientes de Zoomagri, el problema del control de calidad era un tema cotidiano, y su workaround eran los medidores de calidad tradicionales, que para usarse consumían mucho tiempo y no eran efectivos. Esta startup simplemente propuso una solución diferente a la que se venía usando: un scanner con inteligencia artificial.
Pero, si el problema ya estaba siendo resuelto, ¿cómo hacer para que sus clientes quisieran adoptar una tecnología nueva a la que no estaban acostumbrados?
Para ello, Martínez de Hoz resaltó que la clave estuvo en trabajar codo a codo con ellos desde el inicio. “Desarrollamos nuestros productos muy cerca de ellos. Cuando prueban nuestros equipos y ven los resultados, la adopción se facilita enormemente”, dijo
El MVP es la primera versión del producto, realizada a muy bajo costo. En palabras del emprendedor: “Si tu primera versión (MVP) no te da un poco de vergüenza, estás saliendo tarde al mercado”.
Esta primera versión no solo debe funcionar en la teoría: hay que validarla en la práctica y en el campo. Y si funciona, recién después de eso llega la pregunta que válida un modelo de negocios: ¿hay alguien dispuesto a pagar por esta solución?
Una vez que el MVP está validado, es decir, que la solución es demandada por los usuarios, llega el momento de convertir ese producto en un negocio. ¿Cuál va a ser la fuente de ingresos con la que construiré y escalaré esta empresa? ¿Cuál es el costo de desarrollar la tecnología? ¿Qué tan grande es la base de usuarios potenciales? ¿Cuánto de ese mercado es posible capturar?
En el caso de Zoomagri, se agregaba una complicación: ellos desarrollaban dispositivos, hardware, algo que los inversores en general ven con reticencia. Pero cualquier idea se puede convertir en una gran empresa si el formato de generación de ingresos es el indicado.
“Creemos que la clave estuvo en nuestro modelo de negocios: creamos un modelo en el cual vendemos software, y utilizamos los equipos como la herramienta de delivery de nuestras soluciones”, señaló el cofundador. Recientemente, levantaron una nueva ronda por más de 3 millones de dólares para seguir escalando su empresa.
Para finalizar, una temática habitual en el sector es el debate sobre si el mejor camino para emprender es a través del software o el hardware, argumentando que lo primero es mucho más fácil y barato de desarrollar que lo segundo.
“Es casi imposible pensar en una agricultura sin ningún componente de hardware. Es importantísimo todo el equipamiento que se utiliza para realizar distintas labores y mediciones a lo largo de las cadenas agroindustriales”, señaló.
Cualquiera sea el camino elegido por los emprendedores, deben tener claro que ambos son dos caras de la misma moneda: la tecnología. Y es imprescindible que los amantes de las computadoras y los que aman la mecánica trabajen en equipo. Así se seguirán desarrollando las soluciones más innovadoras del mundo.
El autor es socio de Barrero & Asociados