Los primeros 30 meteorólogos colombianos se graduaron casi todos en Rusia (cuando era todavía parte de la Unión Soviética), y unos pocos más en Brasil, Argentina, Costa Rica y Hungría. De eso hace ya casi medio siglo. Hoy, Colombia tiene apenas 80 meteorólogos, y se necesitan 500.
Según explica Emel Enrique Vega, profesor y coordinador de la maestría en Meteorología de la Universidad Nacional de Colombia (Unal), el país vive actualmente un déficit de científicos especializados en estas áreas, debido al gran desconocimiento de las personas sobre la importancia de los meteorólogos en un planeta que se enfrenta a los riesgos de un clima volátil y cambiante.
(Lea también: Cambio climático está produciendo amnesia en los océanos).
En la agricultura hemos visto cómo algunos cultivos en el país se han perdido por exceso o por falta de lluvias. El clima está cambiando de una manera radical
De acuerdo con Vega, de los científicos con los que cuenta el país para esta área, 70 han sido graduados de la Unal, pero todos provienen de otras ciencias, como la física, la ingeniería, la geología o las matemáticas, dado que Colombia no cuenta con un pregrado en meteorología y la única institución que ofrece un programa académico en este tema es la Unal, que desde el 2002 oferta una maestría poco conocida.
Y es que aunque un meteorólogo se encarga primordialmente de temas como la predicción climática, su trabajo es aplicable a áreas como la agricultura, la aviación, la producción energética, la prevención de riesgos y desastres, la medición de la calidad del aire, entre otros.
Según Daniel Useche, meteorólogo del Ideam, un meteorólogo es un profesional científico que estudia el estado del tiempo, el medio atmosférico y los fenómenos que se desarrollan en él; es muy común que el meteorólogo se especialice en algún tema específico de la atmósfera con el fin de observar, comprender y ser capaz de explicar y comunicar o predecir su afectación a los seres humanos y demás seres vivos e inertes.
“El trabajo de un meteorólogo no es solo salir por un medio masivo de comunicación como la televisión dando reportes –destaca Useche–. Existen campos de acción o áreas de aplicación como la meteorología aeronáutica (servicio a los aeropuertos o transporte aéreo), al sector agrícola y pesquero (la agrometeorología, la meteorología marina en las zonas marinas y costeras), la meteorología en el monitoreo de la calidad del aire, la meteorología sinóptica, la hidrometeorológica asociada a la oferta, demanda y uso del recurso hídrico, la micrometeorología, meteorología de la atmósfera, la meteorología orientada al cuidado de los ecosistemas y de los suelos, entre otras”.
(Le puede interesar: Hay 50 % de probabilidades de que temperatura supere los +1,5 ºC en 5 años).
Al respecto, explica Luis Alfredo Montes, director del área curricular de la maestría en Meteorología de la Unal, hace 30 años, en 1992, el país vivió un fenómeno del Niño que generó una sequía que afectó el fluido de energía durante 11 meses, bajo el gobierno de César Gaviria. Eso, según Montes, es solo una de las cosas que mediante modelos predictivos y climáticos pueden ayudar a evitar los meteorólogos.
El clima está cambiando de una manera tan radical
De acuerdo con Montes, es tal la necesidad de meteorólogos que de los 80 que hay en el país, todos tienen trabajo. Por eso, según Montes, teniendo en cuenta que Colombia es uno de los países más vulnerables al cambio climático del mundo, el sector privado y el público necesitan impulsar el desarrollo de meteorólogos para, por ejemplo, trabajar en la predicción de cuándo se presentarán fenómenos extensos de sequía (y tomar medidas a tiempo), o cuándo se deben hacer las siembras en los sectores agrícolas, e incluso cuándo se puede volar en Colombia.
“En la agricultura hemos visto cómo algunos cultivos en el país se han perdido por exceso o por falta de lluvias. El clima está cambiando de una manera tan radical que, por ejemplo, los vientos alisios, que antes llegaban para la época de noviembre y diciembre, ahora están llegando para las épocas de febrero y marzo”, destaca Montes, quien asegura que, por ejemplo, los grandes campos de cañaduzales ubicados en la región del Pacífico colombiano son solo un ejemplo de cultivos que ya padecen por el cambio en las horas de sol y la cantidad de milímetros de lluvia que reciben, afectando la producción nacional.
Un problema de hoy
De acuerdo con Yolanda González, directora del Ideam, el cambio climático no es un tema que enfrentaremos en el futuro, sino una situación que ya se ve reflejada en la variabilidad del clima que padece el país, y enfrentar ese problema requiere que Colombia solucione con prontitud la falta de meteorólogos que padece.
(Le recomendamos: Lluvias en Colombia: captarlas y aprovecharlas es aún un reto complejo).
Por eso, desde la entidad vienen adelantado varias actividades que buscan motivar a niños y jóvenes a estudiar meteorología.
“Desde el Ideam hemos recorrido el país desde Providencia hasta Leticia, cruzando por Quibdó y Puerto Carreño, en busca de talentos que estén interesados en el estudio de la meteorología. Para ello hemos visitado rancherías, caseríos, escuelas, universidades y empresas, motivando a niños, niñas, jóvenes, padres, madres, rectores, profesores, directivos y empresarios para que todos juntos, de la mano, generemos estrategias, mecanismos y fuentes de financiación para que los niños se motiven a tomar una decisión de vida y se planteen estudiar meteorología. Les contamos que sí hemos encontrado muchos niños y niñas interesadas en la ciencia de la atmósfera, por eso queremos motivar a las universidades a crear la carrera de meteorología de manera híbrida”, señala González.
Para la directora, una de las grandes limitantes de la meteorología en el país es que hoy solo se puede estudiar una maestría en esa ciencia, y esa, además, implica un modelo de estudios obligatoriamente presencial en la ciudad de Bogotá. Por lo que una de las maneras que, según González, ayudarían a incrementar el número de meteorólogos de Colombia es llevando la carrera a más personas mediante un modelo híbrido, que combine la virtualidad con la presencialidad. Pero eso, por sí solo, no solucionaría el déficit de meteorólogos de Colombia.
De acuerdo con Vega, no solo es necesario crear un pregrado en meteorología como primera medida, sino que el país debe empezar a mostrarles a los jóvenes por qué es cada vez más importante esta ciencia.
EDWIN CAICEDO | REDACTOR MEDIOAMBIENTE
@CaicedoUcros | @ElTiempoVerde
Encuentre también en Medioambiente
– Los hermanos que buscan salvar a San Andrés de la basura
– Las audaces estrategias para desalentar el uso de los autos que contaminan
– COP1 de Escazú: Latinoamérica anota un triunfo con Colombia como observador