Hay algunos que empiezan el año con objetivos personales, otros tienen consignas espirituales, mientras hay quienes se proponen plantearse nuevos hábitos de alimentación. Aprovechando ese ánimo de cambiar estilos de vida que reina en enero, el 2014 la Sociedad Vegana Británica creó el Veganuary, una campaña para educar, guiar y conseguir que más gente siguiera una dieta vegana.
Desde su año de lanzamiento, no ha hecho más que expandirse. No solo por Europa sino que por el resto del mundo: hace dos años la campaña llegó a Chile y se instaló con el objetivo de impactar en otros países de habla hispana.
Hasta el 2021, más de 582.000 personas de 209 países y territorios han participado del Veganuary, lo que significa tanto que dejan de comer carne como cualquier otro alimento de origen animal.
“El impacto de un mes sin productos de original animal es bastante significativo, y no únicamente para nuestra salud”, afirma Mauricio Serrano, director en Latinoamérica de esta organización. También para reducir la contaminación, ya que la industria ganadera “genera un impacto negativo a gran escala”. Según ellos, en solo un mes de Veganuary la huella de carbono se baja en un 68%, una cifra relevante en estos tiempos de crisis climática.
Casi la mitad de las personas que participaron en la edición anterior (un 46%), tenían como principal motivación el respeto por los animales, además de su salud personal (22%) y la preocupación por el medio ambiente (21%).
Otro dato no menor es que casi tres cuartas partes (74%) de los participantes comían carne y/o pescado al momento que se inscribieron para participar, el 24% eran vegetarianos y el 12% eran veganos. La población más comprometida con la causa oscilaba entre los 25 y 54 años, siendo el 65% del universo participante.
En el caso de Chile, el país se ubicó dentro de las 10 naciones con más participantes en la versión pasada. La meta que tienen para este 2022, a nivel global, es alcanzar los dos millones de participantes totales desde su primera versión.
“Sabemos que las personas están intentando hacer cambios significativos a favor de su salud, por el bienestar de los animales o para evitar contribuir a la destrucción de nuestro planeta. Veganuary llegó para ayudarlas en eso y demostrarles que pueden hacer cambios positivos desde su alimentación, comenzando justamente en enero”, dice Serrano.
Según esta Calculadora de Huella de Gases Invernadero de la BBC, siguiendo una dieta vegana una persona podría llegar a ahorrar en una semana hasta 118 kg de CO₂eq —uno de los gases responsables del efecto invernadero— en comparación a una alimentación con productos animales. Sin embargo, y por muy bien que esa cifra suene, para tomar una decisión como la de cambiar drásticamente la dieta hay que hacerlo con información y conocimientos base.
“Consecuencias en nuestro organismo graves no se van a producir”, comenta Bernardita Vignola, nutricionista de Clínica Santa María, pero al cambiar al veganismo “sí podría haber déficit de nutrientes como vitamina B12, fierro, zinc, yodo, omega 3 y calcio, por lo que es crucial suplementar”.
Eso sí, “una alimentación vegetariana o vegana es absolutamente efectiva”, señala, y con ella coincide la nutricionista Paulina Mella, de Clínica Vespucio. Pero aconseja hacer el proceso siempre guiado por un profesional de la salud.
“Hay personas que al sacar estos alimentos se ponen a comer solamente carbohidratos, como el arroz, las papas fritas o las pastas. Es algo muy habitual entre veganos recientes”, asegura. “En una alimentación de este tipo normalmente hay déficit de nutrientes como vitamina B12, B3, zinc o fierro, por lo tanto es relevante suplementar o hacer un cálculo de requerimientos adecuados según el gasto energético del paciente”, agrega Vignola. Así uno se asegura de que el organismo reciba todos los nutrientes, vitaminas y minerales que necesita.
El escenario ideal es que la persona tenga sus cuatro comidas al día, donde “al menos figuren dos frutas distintas, mínimo tres verduras diferentes en el día y sin dejar de lado nunca las legumbres”, dice Mella. Algo muy interesante que ha generado esta corriente alimenticia es la innovación en las preparaciones, ya que como las legumbres deben consumirse a diario, no siempre tiene que ser en forma de guiso sino “que como ensaladas, en un humus, hamburguesas o la forma que sea”.
Más allá de las directrices, ambas profesionales enfatizan en la importancia el asesoramiento, siendo la mejor opción consultar con un o una nutricionista que esté familiarizada con este tipo de alimentación y así poder apalear un eventual déficit de nutrientes.
La tendencia es clara: cada vez más gente sigue las dietas sin carne o sin productos de origen animal. Evidencia de esto es la gran oferta de productos etiquetados como veganos que existe hoy en Chile, los que según Serrano han crecido en un 8% en los últimos 4 años. “Somos uno de los países líderes de este tipo de productos”, dice, y pone el ejemplo de NotCo, empresa que está avaluada en 1.500 millones de dólares según Forbes. Gracias al algoritmo que diseñaron, han sido capaces de crear alimentos que saben y se asemejan a los de origen animal —como la leche, el helado, la carne molida o la mayonesa— pero con ingredientes vegetales, teniendo una alta cotización tanto en el mercado nacional como en Sudamérica y Estados Unidos.
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“De todas formas, existe el mito de que una dieta de este tipo no es nutricionalmente adecuada, algo que ya fue resuelto cuando el Ministerio Salud avaló la alimentación vegana el 31 de octubre del 2017″, puntualiza Serrano. En ese entonces, y a través de una carta, el Minsal reconoció “los beneficios del consumo de alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, cereales y legumbres)” y agregó que “no se opone a la dieta vegetariana o vegana”, siempre y cuando “sea supervisada por un profesional de la salud especialista en nutrición”.
En cuanto a los niños, Lorena Rodríguez —en esa época jefa de Nutrición y Alimentos del Minsal—, recomendó que “entre más pequeño sea el menor, requerirá de una dieta más equilibrada, con proteínas de buena calidad, ácidos grasos esenciales y micronutrientes como el zinc, el calcio y el hierro”.
Por ello, para niños, adolescentes, embarazadas, mujeres en lactancia y adultos mayores, “no está prohibida la alimentación vegana”, pero insiste en que “requiere de estricta supervisión”.
En ese mismo artículo de La Tercera, Francisco Moraga, especialista en nutrición y miembro de la Sociedad Chilena de Pediatría, señalaba que el metabolismo de los adultos no es homologable al de los niños. Por ello, “una dieta vegana puede ser buena para un adulto pero no necesariamente para un niño”.
Uno de los prejuicios que tenía la dieta vegana es que era un estilo de alimentación para los más pudientes, ya que conseguir productos sin ingredientes de origen animal tendía a ser mucho más caro. Pero hoy es un concepto erróneo.
“Si bien los productos procesados pueden ser más costosos, cuando hablamos de preparar tus platos y menús, o las mismas imitaciones de la carne, resulta mucho más económico”, dice Serrano. Con el alto precio que está teniendo actualmente la carne, resulta mucho más rentable cocinar sin ella, más si se basa en frutas y verduras de la estación, que suelen tener los valores más bajos y los sabores más altos.
En este punto se depende netamente de la creatividad y diversidad de los alimentos que consumas. Claramente, si comes paltas y hamburguesas veganas a diario, no habrá bolsillo que aguante.
Tal como lo explicaron las nutricionistas, la base de una alimentación vegana debe estar en las legumbres, altas en proteínas y vitaminas, y que en estos momentos tienen un promedio de $2.300 el kilo (las orgánicas tienen un valor más elevado). El tofu o el seitán son otras alternativas que se incluyen en esta dieta, y en comparación a las carnes, sus precios son algo más bajos. Un kilo de tofu en el supermercado, por ejemplo, sale un poco menos de $9 mil.
“Creo que lo más importante es la innovación que ha ocurrido con el sabor de los alimentos veganos”, puntualiza el director de Veganuary. “Se está rompiendo ese mito de que los sucedáneos veganos no tienen sabor, ya que los nuevos productos no solo lo igualan sino que además le agregan olor y textura”, explica.
Según datos consignados por PR Newswire, las ventas de alimentos de origen vegetal crecieron un 27% en 2020 —2,5 veces más rápido que las ventas totales de alimentos—, y el 57% de todos los hogares estadounidenses los compraron.
Los números no mienten: estamos en medio de un cambio de paradigma, donde cada año van surgiendo nuevos avances y productos, con consumidores mucho más abiertos a adquirir este tipo de alimentos. No solo por el sabor o el precio, sino que por el menor impacto que generan en el medio ambiente.
En esta edición de la campaña, los diputados Diego Ibáñez, Maite Orsini, Camila Musante y Marcela Sandoval (todos del Frente Amplio, y esta última presidenta de la comisión de Medio Ambiente) serán veganos por 31 días durante enero. La tenista Venus Williams, la primatóloga Jane Goodall y la cantante brasileña Xuxa también apoyan esta iniciativa, y participaron en la redacción de un libro de recetas veganas que estará disponible para todos quienes se animen a probar este desafío.
En caso de que quieras unirte a esta cruzada, nada más debes inscribirte aquí y podrás acceder de forma gratuita a un recetario, planes de comidas contundentes y sencillos, además de consejos muy útiles para comenzar con esta dieta. Siempre, por supuesto, consultando antes con tu nutricionista.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 7 de enero de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.