Las dietas basadas en plantas cada vez ganan más popularidad. Se trata de una tendencia que consiste principalmente en una alimentación que incluye frutas, verduras, granos enteros, leguminosas, semillas, hierbas y especias. Lo que también en algunos casos incluye poco o nada de productos animales como aves, pescados, huevos y lácteos.
Opciones hay varias. Semi vegetariana o flexivegetariana. Pescetariana. Ovo-vegetariana. Lacto-vegetariana. Según el “Estudio Sobre Alimentación y Productos Basados en Plantas”, el cual el 84% de los chilenos consume regularmente alimentos relativos a una dieta omnívora (vegetales y carne), mientras que el 16% tiene una alimentación basada en vegetales.
Pero en el caso de los niños y niñas ¿Desde qué edad una dieta vegetariana podría ser una opción? Rebeca Opazo, nutricionista materno pediátrico del Centro de Desarrollo Infantil CreaKids señala que las Dietas Basadas en Plantas (DBP) pueden ser realizadas desde los seis meses de edad, que es cuando inician la alimentación complementaria o la primera comida que reciben los bebés.
Sin embargo, Opazo no recomienda una dieta vegana. “Como están en una etapa de crecimiento y desarrollo no pueden seguir una dieta estricta en plantas. Es necesario que la alimentación sea planificada y suplementada por un nutricionista que se dedique al área”, aclara.
Barbara Castillo, nutricionista infantil de Clínica Universidad de los Andes, dice que no existe ninguna edad pediátrica en la cual no se recomiende seguir una dieta vegetariana. Lo que no se recomienda, apunta “es que los menores sigan una dieta vegetariana sin la asesoría de un especialista”.
En la edad pediátrica existen dos escenarios en los cuales los niños o niñas tienen una dieta vegetariana, explica Castillo, cuando los padres llevan este tipo de alimentación y deciden que sus hijos también lo hagan o cuando niño o niña decide que quiere llevar una dieta vegetariana.
“En ambos casos, el seguimiento y acompañamiento por parte de un nutricionista va a permitir que el menor crezca de forma adecuada y que se evite que se produzcan déficit de micronutrientes como vitaminas y minerales”, dice Castillo.
Es importante conocer los intereses que pueden llevar a un adolescente a llevar una DBP. Junto a eso que tenga controles periódicos con nutricionista, ayudan dice Opazo a evitar que esté ocultando un Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA), “y está nutricionista debe tener experiencia en el área para poder detectar el más mínimo detalle que pudiera hacer sospechar”.
La asesoría nutricional en niños vegetarianos, dice Castillo consiste en educar sobre una alimentación saludable en base a una dieta vegetariana que contemple todos los grupos de alimentos para cubrir requerimientos energéticos, de macro y micronutrientes para favoreces un buen crecimiento. Además, “se monitoriza el estado nutricional de nutrientes críticos en esta edad y se suplementa con aquellos micronutrientes que no se van a estar recibiendo a través de la alimentación o que se encuentran deficientes con el fin de tener un crecimiento adecuado”.
“Si la alimentación no se planifica según las necesidades nutricionales de los niños, puede afectar en el crecimiento, desarrollo y en el procesamiento cognitivo, y afectar el rendimiento escolar”, dice Opazo. Generalmente son niños que necesitan suplementar su alimentación y por no deben olvidar la suplementación diaria. Eso más los exámenes bioquímicos periódicos para detectar a tiempo alguna insuficiencia de nutrientes.
En estas asesorías, dice Opazo, se recomienda una atención nutricional detallada, conocer a la familia, sus creencias, su ingreso económico para poder orientar en cómo llevar esta alimentación sin que afecte la economía familiar. “Cuando el niño inicie la DBP idealmente controles mensuales, y cuando ya conozcan cómo llevar la alimentación, controles más espaciados con tal de tener un control cada 6 meses con exámenes bioquímicos y la suplementación debida”.
“No existe peligro en seguir una dieta vegetariana en la edad pediátrica, siempre y cuando se encuentre bien asesorado y con el seguimiento correspondiente. El único riesgo que puede existir es que con una dieta vegetariana mal asesorada o sin seguimiento existan déficit de nutrientes críticos en la edad infantil”, dice Castillo.
La Academia Americana de Pediatría, señala como saludables dietas vegetarianas y veganas, si son adecuadamente planificadas. En tanto, distintas entidades internacionales, como la British Nutrition Foundation, la European Society for Paediatric Gastroenterology Hepatology and Nutrition y la Asociación Alemana de Nutrición, desaconsejan la dieta vegana (la más estricta de las DBP) en lactantes, niños y niñas, y adolescentes a menos que sea suplementada.
El motivo, resalta Opazo es el riesgo de las deficiencias nutricionales, lo que generalmente puede comprometer la ingesta de aminoácidos esenciales, vitamina B12, calcio, vit D, hierro, zinc, ácidos grasos esenciales y DHA. “Esto afecta la salud ósea, generar retraso en el crecimiento y desarrollo psicomotor, afecta el rendimiento escolar, desnutrición, anemia”.
Pero los niños que siguen una dieta ovo – lacto vegetariana (aquella que no contiene productos de origen animal, salvo huevo, lácteos y miel), dice Opazo, tienen un crecimiento similar a los niños con dieta omnívora. “Es de gran importancia una dieta planificada, ofrecer variedad de alimentos, suplementación y obviamente una asesoría nutricional”.
Desde los años 80, estudios en lactantes y pre- escolares vegetarianos muestran peso y talla normal para estos grupos, concluyendo que una dieta vegetariana bien implementada resulta en un desarrollo peso-estatura adecuado