La misma nave espacial que traerá muestras del asteroide Bennu durante el próximo año volverá al espacio para seguir el rastro de Apophis, un enorme asteroide de unos 340 metros de ancho que se acercará a nuestro planeta en 2029. Aunque se ha confirmado que no constituye una amenaza concreta en los próximos 100 años, Apophis será estudiado al detalle como un “modelo” de asteroide realmente peligroso para nuestro planeta.
La nave espacial OSIRIS-REx de la NASA, destinada a traer hasta nuestro planeta muestras del asteroide Bennu en 2023, regresará inmediatamente al espacio luego de cumplir su misión y se transformará en OSIRIS-APEX (OSIRIS-Apophis Explorer). A partir de ese momento, su objetivo será permanecer cerca del asteroide Apophis alrededor de un año y medio a partir de 2029, cuando el objeto se acerque a solo 32.000 kilómetros de la Tierra.
Según una nota de prensa de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos, que liderará la misión, el acercamiento permitirá estudiar la superficie del asteroide, cómo se ve afectado por la influencia gravitacional de nuestro planeta y calcular su órbita con máxima precisión. Los científicos creen que Apophis puede ser un ejemplo de las características que debe tener un asteroide para transformarse en una amenaza real para la Tierra: su estudio permitirá obtener información vital para el momento en que nuestro planeta se enfrente a un riesgo concreto de colisión con una roca espacial de este tipo.
El asteroide del caos
Denominado en principio 2004 MN4 por el año en que fue descubierto, Apophis fue identificado en primer término a unos 170 millones de kilómetros de la Tierra. Sin embargo, análisis posteriores en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en California, indicaron que el asteroide tenía un 2,7 por ciento de probabilidades de colisionar contra la Tierra en 2029, en función de la trayectoria orbital que describía.
Inmediatamente, el objeto fue bautizado como Apophis, en honor al dios egipcio de la destrucción y el caos. Se trataba de la probabilidad más alta jamás encontrada para un impacto de asteroide: además, el objeto era lo suficientemente grande como para que su colisión pudiera devastar regiones enteras de la Tierra. El asteroide más peligroso descubierto hasta ahora generó temor y múltiples especulaciones.
Sin embargo, un análisis más detallado de la órbita de Apophis permitió descartar posteriormente las posibilidades de que impacte contra la Tierra durante el próximo siglo. A pesar del alivio que generaron estos nuevos datos, los científicos no se quedaron de brazos cruzados: comprendieron que el estudio de asteroides como Apophis o Bennu puede aportar datos de significativa importancia para poder afrontar con éxito una futura amenaza.
Video: la animación muestra la trayectoria orbital del asteroide Apophis cuando pase cerca de la Tierra el 13 de abril de 2029. La gravedad de nuestro planeta desviará ligeramente la trayectoria del asteroide de 340 metros de ancho, cuando se acerque a 32.000 kilómetros de la superficie de la Tierra. Créditos: NASA/JPL-Caltech/YouTube.
Solo es una cuestión de tiempo
El tema no es superfluo: según la NASA, el recuento actual de asteroides conocidos en el Sistema Solar asciende a un total de 958.963. La mayoría se encuentra orbitando en el cinturón de asteroides, situado entre Marte y Júpiter. Sin embargo, se estima que en esa zona existen casi dos millones de asteroides de más de un kilómetro de diámetro. En algún momento, alguno de ellos volverá a impactar contra nuestro planeta: es solo una cuestión de tiempo.
De acuerdo a un artículo publicado en Scientific American, Apophis atravesará nuestros cielos el 13 de abril de 2029, siendo posible observarlo a simple vista en partes de Europa, África, Australia y América del Sur. La nave OSIRIS-APEX se acercará sigilosamente a Apophis un par de meses después de su encuentro cercano con la Tierra, realizando un reconocimiento inicial antes de entrar en órbita alrededor del objeto en agosto de 2029.
Tendrá como objetivo principal mapear la superficie del asteroide, buscando cualquier cambio interesante provocado por la influencia gravitacional de nuestro planeta. Sobre la parte final de la misión, en octubre de 2030, la nave espacial se acercará a Apophis y disparará sus propulsores a la superficie desde unos pocos metros de distancia. El propósito es levantar material y observar el subsuelo, revelando más detalles sobre la composición y estructura del asteroide.
La misión de la NASA no es la única enfocada al asteroide: Corea del Sur también ha propuesto un viaje hacia Apophis, con una nave espacial que se lanzará en 2027 y llegará en enero de 2029. Según los especialistas, la trayectoria de Apophis puede predecirse con bastante exactitud hasta 2116, por eso pudieron descartarse los primeros indicios de una colisión inminente. Sin embargo, la historia de nuestro planeta y la dinámica de estas gigantescas rocas espaciales nos obligan a seguir atentos y expectantes.