Josep González i Sala (Llimiana, Pallars Jussà, 1945) ha bajado una marcha tras 23 años consecutivos en la presidencia de Pimec. Ha bajado una marcha, pero a sus 76 años sigue al pie del cañón en cuanto a militancia empresarial. Ahora desde la presidencia de la Fundació Pimec, que aúna la obra social de la patronal de las pequeñas y medianas empresas catalanas. Desde hace un par de meses mueve hilos y descuelga teléfonos para tratar de ayudar a la recepción de refugiados de la guerra de Ucrania, intentando encontrar empresas que den empleo a aquellas personas que huyen de las bombas.
Inflación, falta de materias primas, problemas logísticos… ¿Cuál es el problema que más frecuentemente le manifiestan las pymes?
El tema energético es el que está haciendo más daño. Muchas ya tienen pedidos comprometidos a un precio y el coste se les dispara de un día para otro por la energía. Es algo que pone en peligro a muchas y evidentemente nos preocupa muchísimo.
Hace dos meses Pimec publicó un estudio donde decía que el 15% podía cerrar a medio plazo, ¿sigue dando por bueno a día de hoy ese cálculo?
Cuando se implanten las medidas que el Gobierno ha pactado con la Unión Europea, y que Pimec ha apoyado, la situación mejorará. Pero el problema energético sigue sin estar resuelto, sin duda. Hacen falta medidas mucho más ambiciosas y a largo plazo.
“Hacen falta medidas mucho más ambiciosas contra el problema energético”
¿Cómo les ayudan desde la Fundación?
En estos casos los derivamos directamente a Pimec. Desde la fundación nos dedicamos a unificar toda la obra social, que es mucha y estaba muy dispersa. Nuestro principal programa, ‘En persona’, está enfocado a asesorar a empresarios y lo creamos a raíz de la crisis del 2007, cuando la banca retiró todos los créditos y la liquidez y eso provocó una mortalidad brutal de empresas, sobre todo de las micro.
Con la crisis del covid créditos no faltaron
Sí, no hubo problemas en dar créditos pero hay una cierta rigidez a la hora de devolverlos. Hay que flexibilizar ese retorno, porque si no se ponen en riesgo puestos de trabajo y empresas. Desgraciadamente nuestra programa para asesorar a empresas sigue recibiendo muchas peticiones. El año pasado atendimos 277 nuevas personas y este marzo ya llevábamos 150.
¿Cómo les ayudan?
Trabajamos mucho el concepto de segunda oportunidad, dar la posibilidad a un empresario que se rehaga tras un fracaso. Esto es algo que socialmente todavía está muy mal visto en este país. Y, por lo general, la ley no ha funcionado mucho, aunque en Catalunya un poco mejor que en el resto de España. Los jueces han tenido un nivel de sensibilidad mayor. Aquí en la Fundació Pimec, a parte del asesoramiento, también les ayudamos con un microcrédito y con un acompañamiento psicológico. Esto último es muy importante para que remonten. Algunos intentan buscar trabajo como asalariados en otras empresas, pero les cuesta mucho y acaban montándose otro proyecto.
¿Por qué les cuesta mucho recolocarse como asalariados?
Por la edad. Para los trabajadores mayores de 45 años sigue habiendo una discriminación muy grande en las empresas. Hay la percepción de que tecnológicamente no se van a adaptar. Y estamos desaprovechando gente con muchísima experiencia acumulada y que todavía pueden aportar mucho durante muchos años. ¡Cada día vivimos más años y nos vamos a tener que jubilar más tarde! ¿Y nos dicen que a los 45 años ya no valemos? No tiene sentido.
“Estamos desaprovechando gente con muchísima experiencia y que aún pueden aportar mucho”
Con el Ayuntamiento de Barcelona firmaron hace poco el primer convenio para cuidar la salud mental en el trabajo
Hay que hablar mucho más de salud mental en las empresas. El covid ha agravado el nivel de estrés y de sufrimiento emocional de los trabajadores y directivos de las empresas. En esto empezamos a tener un problema y va a más. Y desde la Fundación lo estamos marcando como una prioridad.
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¿Cómo piensan abordar algo tan íntimo?
Sí, es algo íntimo. Pero también es verdad que cuando algo así se trata y se buscan soluciones, puede llegar a ser hasta una ventaja en la empresa. Porque si se encuentra el encaje, esa persona será más feliz y más leal para con la empresa. Lo que pasa es que hay que hacer adaptaciones y no siempre es fácil, pero tenemos que hacerlas.