H oy domingo 8 de mayo se celebra el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en los 192 países en los que tiene presencia esta institución que se rige por los principios de humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad, así como los valores, la historia y logros en el día en que se conmemora el nacimiento de Henry Dunant, su fundador e ideólogo. En el marco de esta efemérides, Cruz Roja en Canarias sigue respondiendo y ayudando a los sectores de la población más vulnerables, los que han sufrido la crisis de la COVID y los damnificados por el volcán de La Palma, sin olvidarse de la llegada de personas migrantes al Archipiélago o de refugiados de Ucrania. Viejas y nuevas emergencias que han hecho que el año 2021 y este 2022 se conviertan en extraordinarios.
-Cruz Roja celebra un nuevo aniversario reforzando su compromiso con la sociedad. Una labor centenaria que no decae…
“El próximo año se cumplirá el 160 aniversario de la fundación de Cruz Roja y 159 años en España. Fue en 1863 cuando se crea al Comité Internacional de la Cruz Roja en Suiza y España firma la adhesión en el I Convenio de Ginebra un año después. En Canarias llevamos activos unos 125 años realizando un trabajo importante. Aunque nacemos en un momento determinado de conflictos bélicos y trabajamos inicialmente para atender a los combatientes de ambos bandos y a la población civil, como vemos ahora en la guerra de Ucrania, con el paso del tiempo nos hemos ido transformando, con la experiencia adquirida, para intervenir ante los desastres naturales como incendios, inundaciones, en accidentes en carretera, en el mar, aéreos… Cuando no había Seguridad Social ni sistemas sanitarios públicos o servicios de emergencia que dieran cobertura a la población, teníamos hospitales, bancos de sangre, realizábamos campañas de vacunación, teníamos puestos de auxilio, un servicio urgente de ambulancias que dieron respuesta a la sociedad hasta que las Administraciones comenzaron a responder y cubrir esos derechos. A partir de la década de los 80, Cruz Roja abrió nuevos campos de actuación, nos hemos volcado aún más hacia la sociedad con la consolidación de la intervención social en los vulnerables, ayudando a colectivos desfavorecidos donde nadie llegaba entonces y en que, de alguna forma, la fuerza del voluntariado y de Cruz Roja se aplica. Tratamos de paliar la desigualdad donde se encuentre en nuestros países o regiones, sin olvidarnos del espectacular incremento de los programas internacionales”.
-Todavía estamos inmersos en la crisis pandemica y migratoria. Pero La Palma se vio sacudida por la crisis volcánica. ¿Cree que ha sido la catástrofe más dura que ha vivido Canarias en estos últimos 125 años?
“Estos han sido dos años verdaderamente duros para todos, porque toda la población ha tenido un nivel de incertidumbre tremendo, y nos hemos dado cuenta que todos podríamos ser vulnerables, ya sea por el tema sanitario, como por la crisis económica y social que vino después de la pandemia y que continúa. Pero además, no estamos libres de sufrir esas catástrofes naturales que en un momento determinado pueden azotar a cualquier población, como vimos con la erupción del volcán de La Palma. En un momento determinado, hubo 7.000 desplazamientos, que no es baladí, es un número de personas muy importante que perdieron absolutamente toda su forma de vida, sus recuerdos y algunos su hogar, todos su elementos que le hacen estar atados a la sociedad y a la tierra. A todos los canarios se nos han puesto los pelos de punta porque lo hemos sentido muy cerca y sentimos como propio el sufrimiento del pueblo palmero. Como sociedad hemos sido capaces de aglutinarnos y de conseguir que todos diéramos nuestro granito de arena para intentar conseguir mitigar y acompañar a los palmeros en su sufrimiento. El volcán nos ha hecho entender y vernos muy en la piel de los afectados en La Palma. Estoy seguro de que todas las personas también se remueven cuando hablamos de las catástrofes de Los Rodeos, del fallecimiento de otros canarios con el accidente del avión de Spanair, o del fenómeno migratorio, pero el que un hermano, familiar, amigo o conocido haya sido afectado por una catástrofe de la magnitud de La Palma nos ha hecho sentir más de cerca el dolor”.
-A punto de cumplirse los cinco meses desde que se detuvo la erupción, siguen muy vivos sus efectos socioeconómicos pese a que el foco mediático se ha desviado a otros lugares. Cruz Roja y otras ONG no han tenido un minuto de respiro.
“Es indiscutible que hay mucha gente afectada y que sigue sufriendo. Cuando en Cruz Roja hacemos un proyecto no son para momentos puntuales, porque realmente nos parece que abandonar a las personas sin haber llegado a ayudarlas verdaderamente e intentar reincorporarlas de una manera activa a la sociedad, no lo entendemos como la meta o el objetivo final. En La Palma nos hemos planteado un trabajo a dos o tres años como mínimo donde vamos a trabajar con los colectivos más vulnerables, que son con los que habitualmente trabajamos en Cruz Roja: las personas mayores, los jóvenes, las familias con menores sin recursos, las personas en desempleo, las mujeres solas o cabeza de familia, las que sufren violencia de género, las personas inmigrantes y que sufren desigualdad, etc. Es lo verdaderamente importante, estar con todas estas personas. Desde el pasado 30 de septiembre, no hemos cesado la actividad, prestando asistencia social y cubriendo las necesidades básicas de más de 5.500 personas. Se han distribuido más de 12.000 ayudas económicas y en especie, que forman parte de fondos recaudados durante la emergencia, gracias a la solidaridad de toda la sociedad, y de donaciones de empresas, entre otras tarjetas monedero para comprar productos según sus necesidades; tarjetas de compra destinadas al consumo en los distintos supermercados de la isla, tarjetas de gasolina, bonos de transporte, de material escolar, unas 1.400 ayudas alquiler, ayudas para comprar electrodomésticos o mobiliario. Somos especialistas en acompañar a las personas que están sufriendo en algún momento determinado la vulnerabilidad y a ellos vamos a apoyar en los próximos dos o tres años en La Palma”.
-¿Qué proyectos destacados realiza Cruz Roja en la Isla?
“Además de una primera asistencia durante la emergencia, atendiendo las necesidades básicas a nivel social, económico y psicológico se han puesto en marcha diversos servicios específicos para que la población vuelva a retomar su vida lo antes posible. Además de las comentadas anteriormente se suma el reparto de kits de alimentos y ropa, kit de higiene familiar, de higiene de bebé, limpieza del hogar, kit de limpieza de cenizas, así como gafas y mascarillas. En la emergencia por la erupción volcánica, la atención psicosocial ha sido en todo momento una prioridad, y se puso en marcha el servicio de Cruz Roja Te Escucha al que puede acceder cualquier persona de la isla, afectada o no por el volcán, para su atención psicológica y apoyo emocional. En esta fase de recuperación, Cruz Roja ha puesto en marcha un proyecto de rehabilitación de viviendas, dirigido a reparar diversos daños de los hogares de las familias afectadas que se encuentran en situación de vulnerabilidad, que conservan sus viviendas, pero algunas no han podido volver a sus hogares. La ayuda también es necesaria para el acceso a los derechos sociales, el apoyo al empleo, la cobertura de las necesidades educativas de material escolar o tecnológico y el apoyo escolar a los alumnos afectados, así como actividades de ocio a niños y niñas”.
-Uno de los mayores problemas de Canarias, y que ahondó la pandemia, es la exclusión social. ¿Pese al intento de las Administraciones se queda gente detrás?
“No nos podemos olvidar de la gran bolsa de pobreza que hay en Canarias. Fíjense que nosotros tenemos una población que es de las más frágiles, y la pandemia del coronavirus lo demostró, no teníamos capacidad de ahorro. Es decir, la riqueza que está llegado a Canarias no se está redistribuyendo de una forma equitativa, no voy a decir de forma justa. Debemos tener en cuenta que tenemos de los sueldos más bajos de España, el nivel de desempleo es de los más altos del país y también tenemos las pensiones más bajas de España. Al final todo esto es un cóctel que indiscutiblemente hace que las personas que vivimos en Canarias no tengamos esa alegría que en un momento determinado podríamos tener cuando nos jubilamos, porque nuestros sueldos son muy bajos durante el periodo productivo y, por tanto, ese sueldo no nos permite la capacidad de poder vivir con comodidad. Por tanto, estamos trabando pero somos pobres. Todos esos elementos son importantes y debemos tenerlos en cuenta a la hora de volver nuevamente a rediseñar sobre qué elementos queremos trabajar y en qué sitio debemos ponernos para que la sociedad canaria, de forma general, tenga una respuesta a su trabajo, y un salario digno”.
-El talón de Aquiles de la sociedad canaria es la falta de formación. ¿Es el único factor que nos impide poder aspirar a puestos con mayor remuneración?
“No es el único, pero como trabajadores debemos dar valor añadido y para eso necesitamos formación. Desgraciadamente los niveles de fracaso escolar que tenemos en Canarias son relativamente altos y esto es un tema que nos tiene que hacer reflexionar, para poder dar una respuesta para que nuestras futuras generaciones sean capaces de optar a buscar unos puestos de trabajo con mejor renumeración. Hay que adaptarse a las necesidades que un mercado en continuo cambio exige para lograr un empleo. En estos últimos cinco años, Cruz Roja en Canarias ha atendido a más de 20.000 personas en los planes de Empleo, de las cuales más de 4.000 lograron un puesto de trabajo. El año 2021, fueron 4.500 personas las que participaron en 26 proyectos de empleo, y más de 900 lograron un trabajo. Hay que agradecer a las más de 700 empresas que colaboran con Cruz Roja. Insistimos en dar formación a todos los miembros de familias vulnerables, jóvenes, inmigrantes, a mujeres víctimas de violencia de género o también a mayores de 45 años, que tienen especiales dificultades para lograr un empleo estable. También no debemos olvidarnos que somos una tierra estratégica frontera entre tres continentes, que realmente no se materializan en unas políticas fuertes y decididas que hagan realidad un aumento de oportunidades que podría ser el trampolín para que nuestra sociedad, jóvenes y familias, den el salto económico, o busquen oportunidades en otros lugares, por ejemplo, África”.
-Las personas mayores también son un colectivo especialmente vulnerable. ¿Con qué medios les prestan auxilio?
“Cruz Roja siempre estará pendiente de nuestros mayores y queremos darles seguridad. Hace más de 30 años que tenemos un servicio de Teleasistencia para las personas vulnerables. En 2021 ha atendido a más de 8.900 personas en Canarias, a las que tendemos una mano amiga, les llamamos por teléfono, hacemos un seguimiento, atendemos cuando pulsan la alarma, nos desplazamos a sus hogares, logrando así que aunque vivan solas, tengan autonomía y continúen en su entorno. La teleasistencia también ayuda a mujeres que sufren violencia de género, personas con enfermedades crónicas, personas que han sufrido un accidente o una operación, mujeres embarazadas, personas cuidadoras, o que se encuentren en soledad”.
-¿Cruz Roja cómo lucha contra la pobreza infantil?
“Durante 2021 hemos visto un recrudecimiento de la situación de las familias atendidas por Cruz Roja a raíz de la crisis derivada de la pandemia. Además de empeorar las condiciones de vida de las familias con las que ya veníamos trabajando, detectamos un incremento en la demanda de ayuda de familias que estaban en situación normalizada, como consecuencia de la pérdida de empleo, ERTE, cese en la actividad de autónomos o en trabajos de economía informal. La dirección general de Protección a la Infancia y la Familia del Gobierno de Canarias realizó una aportación de 180.000 euros a Cruz Roja para cubrir las necesidades alimenticias y de urgencia de las familias con menores a cargo que carecen de recursos. En diciembre de 2021 se beneficiaron más de 2.200 menores de 1.255 familias cuyos ingresos no eran suficientes para garantizar sus necesidades básicas, lo que afectaba a su calidad de vida, nutrición inadecuada, y menor atención a su salud, aseo y vivienda”.
“Debemos dar un paso adelante y responder a los inmigrantes”
La ruta canaria registró en 2021 su récord de muertos y desaparecidos en el mar con al menos 4.000 fallecidos. Cada vez realizan el viaje en embarcaciones más precarias. Antonio Rico recordó que Cruz Roja no se ha olvidado de atenderlo. “Es indiscutible que cuando nos paramos y reflexionamos sobre el gran sufrimiento que está ocurriendo en el fenómeno migratorio debemos dar un paso adelante e intentar dar respuesta a esas personas que llegan después de una travesía tremendamente dura y que puede durar meses atravesando el continente africano, sufriendo penurias y violencia, con una parte final que es el agua del Océano Atlántico tremendamente mortal. No debemos olvidarnos de que la ruta atlántica tiene unos índices de mortalidad que se sitúan sobre el 8%, de las más peligrosas del mundo. Eso nos tiene que hacer ponernos empáticamente en la piel de la persona que llega, y que intentemos darle la mejor respuesta desde el punto de vista humano a estas personas que han arriesgado su vida para llegar a Canarias para mejorar sus condiciones de vida y la de su familia o huyendo de conflictos y persecuciones”.