Este jueves 5 de mayo fue posesionado por la Asamblea Nacional el nuevo superintendente de Compañías, Marcos López. El acto oficial se hizo en el seno del legislativo, luego de sortear los obstáculos por pugnas dentro del Consejo de Participación y en la Asamblea. El nuevo superintendente, quien no registró impugnaciones durante el proceso de selección, tiene una amplia trayectoria que va desde haber sido intendente de Valores en la Superintendencia de Bancos, miembro del Directorio del Banco Central y últimamente representante presidencial en la extinta Junta de Política Monetaria y Financiera.
El funcionario de control señala de manera general la hoja de ruta que llevará al frente de cuatro importantes sectores: el societario, valores, seguros y medicina prepagada. López aboga para que el Gobierno le entregue recursos suficientes para emprender y cumplir los múltiples compromisos trazados.
¿Cuáles son los desafíos más grandes que hay que abordar al frente de la Superintendencia de Compañías?
Yo diría que el primer punto fundamental es retomar la cultura institucional, la gente, es decir el talento humano, debe estar motivado y debe sentir el orgullo institucional. Es importante devolverle al personal el posicionamiento técnico y la confiabilidad que siempre tuvo. Un segundo tema sería el crear un manual único de supervisión para evitar lo que se denomina arbitraje regulatorio, más aún cuando hay cuatro áreas de acción de la Superintendencia: el societario, de valores, seguros en general y medicina prepagada. Un tercer punto es que exista una verdadera autorregulación desde los propios regulados y que complemente a la regulación de la Superintendencia.
¿Cuándo se perdió esa calidad técnica y confiabilidad, qué pasó a su entender? ¿Y de qué se trata el arbitraje regulatorio que se quiere evitar?
No hay una fecha histórica del punto de inflexión de cuándo sucedió; lo que sí es cierto es que la percepción que se tiene de la Superintendencia no es la mejor. Sobre el arbitraje regulatorio, este se presenta cuando existen regulaciones que no están debidamente concatenadas, a veces están en el tema societario o en el de seguros, pero no se comunican entre sí; o si hay diferencia en la aplicación de la norma a nivel regional. Entonces hay un espacio en el que los regulados empiezan a tomar el camino más fácil, por donde los controles sean más fáciles. En esto he pensado retomar la buena práctica de que se hagan consultas y contestar para que sirvan como base para hacer jurisprudencia.
¿Considera que el caso Isspol podría ser ese punto de inflexión que hizo que se pierda la confianza? En su plan usted plantea una fuerza de tarea para tratar el caso. ¿De qué se trata?
Evidentemente el tema Isspol ha sido el tema bandera de mucha gente para iniciar un ataque sistemático solamente contra ciertas instituciones y solo contra la Superintendencia de Compañías. Recién estoy tomando posesión y comenzaré a investigar en qué situación legal está cada uno de estos temas, para entonces tomar las decisiones futuras. La fuerza de tarea es un equipo multidisciplinario compuesto por técnicos, que puede incluir un abogado, personas externas como gente de la UAFE o de la Fiscalía, de tal manera que ayuden a encontrar las pistas necesarias para llegar hacia la verdad.
¿Qué papel jugará la fuerza de tarea para Seguros Sucre?
La intención es la misma. En el caso de Isspol, el problema es distinto pues se deben analizar los portafolios, inversiones en el extranjero, decisiones que se tomaron en cuanto a inversiones, pero en el caso de Seguros Sucre es un mundo distinto de reaseguros, siniestralidad, debidas coberturas. No se trata solo de liquidar la empresa, sino de hacerlo bajo las mejores prácticas internacionales y enmarcadas en el entorno legal del país.
Hay voces que indican que la Superintendencia abarcaría muchos sectores, e incluso se proponía en la Ley de Inversiones que no pasó que Seguros se trasladara a la Superintendencia de Bancos. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Yo en eso quiero ser frontal. No estoy de acuerdo con ese cambio. No es cuestión de tener más o menos poder, sino un tema técnico. No se puede meter en el mismo saco al controlador de la intermediación financiera y al de desintermediación financiera que es mercado de valores. Adicionalmente, el negocio de seguros nada tiene que ver con el negocio de bancos. Una cosa es captar e intermediar dinero y algo distinto la cobertura de contingencias. El negocio de seguros se afianza en el reaseguro y en las reservas, eso es esencialmente administración de portafolios, eso es mercado de capitales. Tampoco se puede decir: la superintendencia de Compañías no hizo bien el tema Isspol y por tanto va a la Superintendencia de Bancos. Y quién garantiza que la Super de Bancos va a hacerlo bien si antes no lo hizo. ¿Acaso el Isspol y toda la Seguridad Social (IESS, Isspol, Issfa), no fue controlado por la de Bancos?. ¿Acaso la falla original no estuvo en la Super de Bancos cuando permitió que la transacción original se cometa?. Cada uno debe asumir el rol que debió asumir en su momento.
¿Cómo piensa lograr la inclusión financiera, más allá de la bancarización como ha propuesto en su plan?
La inclusión financiera debe ser una política de Estado, pero hay que entender que hace mucho tiempo dejó de ser asociada solamente a la bancarización. La inclusión financiera implica que las personas puedan llegar a la mayoría de servicios financieros. Pero además, cambiar la educación para ser emprendedores mañana y no solo empleados. Esto pasa, además, por hacer que entren al mercado de valores, y una de las formas más idóneas es la utilización de la factura comercial, con tasas de descuento corporativas. En cambio, en el área de seguros se debe trabajar en microseguros para que la gente tenga acceso a asegurar sus emprendimientos.
¿Cómo ve usted que se propenda a generar un mercado extrabursátil que se ha dicho que crea opacidad?
Los grandes mercados en el mundo que son mercados profundos y muy líquidos tienen los dos mercados: el bursátil y el extrabursátil. El primero es para negociar acciones y el segundo para renta fija. La transparencia del extrabursátil va a depender de la ley, de la regulación. Siguiendo las prácticas IOSCO, el mercado extrabursátil será tan transparente como el bursátil.
¿Es partidario de la fusión de las bolsas locales con las de la región?
Todo aquello que nos lleve a tener un mercado más profundo y más líquido es positivo. El mercado latinoamericano sigue siendo pequeño con relación a las bolsas de Nueva York, Londres y Tokio, por ello, el mercado latinoamericano debe integrarse. Sin embargo, para eso hay que trabajar en la integración de la regulación y de los controles. No es cuestión de buena voluntad o de decir integrémonos. El mercado internacional debe estar seguro de que en el país hay leyes que permiten transparencia y que los actores están debidamente regulados.
Usted ha hecho énfasis en que hay factores que podrán llevar al éxito a su gestión. ¿Qué requiere?
Evidentemente, existen factores que van a contribuir al éxito: no me pueden mandar a coser un terno si no me dan tijeras, tela, aguja e hilo. Evidentemente se necesitan recursos, necesito un talento humano entrenado, que esté al día con las normas; debo tener sistemas informáticos, todas las herramientas que permitan llevar adelante lo que se está proponiendo. Los recursos los genera la propia Superintendencia, por ejemplo, con la contribución que hacen los propios ciudadanos cada vez que contratan una prima (3,5 % del valor).
¿Pero en este momento esos fondos están llegando de manera suficiente a la Superintendencia?
Esos son puntos que tenemos que conversar evidentemente con el Ministerio de Finanzas. No se piden todos los valores que se aportan, pero sí los necesarios. Es que no se pueden realizar las tareas sin las herramientas necesarias. El día que si por falta de recursos yo estuviera haciendo un papel decorativo, en vez de hacer un papel decoroso, prefiero irme a mi casa. (I)