Al cierre de esta nota periodística, cayendo la tarde del martes 3 de mayo, los partes informativos de los territorios insinuaban que este miércoles Cuba podría amanecer con menos de cien nuevos diagnósticos de COVID-19; había, empero, que esperar hasta las 12:00 de la noche, cuando el Minsap sella el reporte oficial, que es, en definitiva, el que tiene la última palabra.
Si fuera así y a lo largo y ancho de la nación quedáramos por debajo del centenar de contagios este martes, hay motivos para sonreír. Pero tampoco es para «cantar» victoria.
El Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, advertía a propósito a las autoridades de Santiago de Cuba (tal vez este martes allí se tenga cero casos identificados): «qué bien si no tienen casos hoy, pero no se quiten los nasobucos; mantengan todas las medidas higiénico-sanitarias, y ahora más», dijo a la Gobernadora de la provincia indómita.
Los datos preliminares de casos y otros informes son evaluación cotidiana del grupo temporal de trabajo del Gobierno para la prevención y control del nuevo coronavirus, que durante 26 meses no ha detenido sus faenas, y donde la dirección del país, a través de videoconferencia, intercambia con las autoridades políticas y gubernamentales de las 15 provincias y el municipio especial de Isla de la Juventud.
En estos encuentros se va del «pi al pa», no hay tema vinculado con el enfrentamiento a la COVID-19 que quede por ver. Se informa, se discute, se critica, se felicita… Más de un aplauso se oyó este martes, cuando varias provincias, de forma preliminar, preveían cerrar el día con pocos casos, algunos hasta con solo uno, y Santiago…
El Presidente no ocultó su entusiasmo, «nos ha costado trabajo», señaló. Fue un entusiasmo conservador. Alegra, pero nada de lo hecho y por hacer llama a la tranquilidad.
El municipio especial de Isla de la Juventud es un ejemplo, a pesar de sus sostenidos empeños, cuando parece tener control definitivo, los contagios retornan.Durante la semana 17 del año en curso (del 25 al 30 de abril), la tasa de incidencia allí fue de 52,6 por cien mil habitantes, para un incremento de 2,3 por ciento respecto a la semana 16.
Isla de la Juventud fue la única jurisdicción de la República que en ese período incrementó la incidencia y el número de casos activos creció en cuatro en comparación con las fechas precedentes.
El trabajo de las instituciones sanitarias y de las autoridades del municipio se ponen a prueba una y otra vez. Tienen resultados, ahora mismo han podido cerrar un evento institucional de varios días que acumuló 25 casos. Nuestro problema está en quienes llegan desde otras provincias, decía el Intendente; cuando los detectamos están en las comunidades, reflexionaba.
Y aquí salta una pregunta de sentido común: ¿si eso es lo que está afectando a Isla de la Juventud, por qué quienes van allí —bien porque regresan a sus casas o tienen que ir por cuestiones temporales— no extreman el cuidado y las medidas para no enfermar a sus familiares, amigos, compañeros, vecinos?
Semana 17 de 2022
En la reunión del grupo temporal de trabajo del Gobierno para la prevención y control de la pandemia, el titular del Minsap, José Angel Portal Miranda, informó que en el país, al cierre de abril, disminuyó la transmisión en 40,1 por ciento respecto a marzo.
Los mayores niveles de transmisión se presentaron en Camagüey, La Habana, Mayabeque, Ciego de Ávila y Villa Clara, que concentraron el 57,8 por ciento de los casos diagnosticados. El número de casos importados en abril se redujo 23,5 por ciento con respecto a marzo.
En la semana 17 decreció el diagnóstico en 29,8 por ciento, para una disminución de seis semanas consecutivas. Los casos autóctonos cayeron 30,1 por ciento y los importados 16,2 por ciento.
La letalidad acumulada desde marzo de 2020 a abril de 2022 fue de 0,77 por ciento; en abril fue de 0,14 por ciento; y en la semana 17—con dos defunciones— disminuyó 60 por ciento con respecto a la anterior.
En el encuentro de este martes del grupo temporal del Gobierno participó el miembro del Buró Político y Vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, así como los vice primeros ministros Alejandro Gil Fernández —que condujo la reunión—, Inés María Chapman Waugh, Ricardo Cabrisas Ruiz y Jorge Luis Perdomo Di-Lella, además de jefes y jefas de carteras y otros directivos.
Pronósticos positivos
En la jornada de este martes, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, sostuvo su habitual intercambio semanal con los expertos y científicos para temas de Salud.
El optimismo también caracterizó la sistemática actualización de los modelos de pronósticos de la epidemia para Cuba en los próximos días, que presenta el Doctor en Ciencias Raúl Guinovart Díaz, decano de la facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana.
Los expertos que corren los modelos matemático-estadísticos sustentan que los pronósticos de confirmados para todas las provincias son mantener su situación actual, con una tendencia al descenso.
Una nueva estimación del comportamiento de la COVID-19, con datos más recientes, indica que, en caso de mantenerse los niveles de inmunidad actuales, el número de confirmados no superará los 500 casos (menos del 50 por ciento del máximo alcanzado en el período anterior).
«Por lo tanto —señaló Guinovart Díaz— se pronostica que para las próximas semanas se mantenga el control de la epidemia con tendencia a la disminución progresiva de casos confirmados y hospitalizados».
Con la participación de los vice primeros ministros Inés María Chapman y Jorge Luis Perdomo Di-Lella, en la reunión, que fue conducida por el Ministro de Salud Pública, también se evaluó el Sistema de Vigilancia Integrada para la Resistencia Antimicrobiana en el contexto del enfoque Una Salud.
La presentación estuvo a cargo de las doctoras Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación del Minsap, y Dianelys Quiñones Pérez, del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí y responsable del Laboratorio Nacional para la Vigilancia de la Resistencia Antimicrobiana en Patógenos Nosocomiales.
Una Salud es un enfoque de la Organización Mundial de la Salud que parte del concepto de que la prioridad sanitaria en este siglo es evitar la propagación transfronteriza de las enfermedades infecciosas para prevenir una pandemia mundial, una estrategia a todas luces que ha fallado, como ha demostrado la COVID-19.
La doctora Ileana Morales explicó que la evolución del concepto hacia Una Salud, como salud planetaria, es una aproximación al conocimiento real de la interdependencia entre la actividad humana (hombre-animal-planta) y los sistemas naturales (agua-aire-tierra-biodiversidad). «Nuestras vidas dependen de la salud del planeta; hoy se conoce que en el llamado “equilibrio planetario”, todos y todo está interconectado».
El entronque entre Una Salud y la estrategia sanitaria nacional para el desarrollo sostenible, es un proyecto que fue aprobado en junio de 2021, en el marco del Macroprograma de Ciencia, Tecnología e Innovación. Se trata de una «estrategia para el logro de la salud óptima de las personas, los animales, las plantas y el ambiente, mediante la prevención, el control y la respuesta rápida ante cualquier peligro, a través de la colaboración intersectorial y multidisciplinaria, que potencia el uso racional de los recursos disponibles en el país, para el desarrollo armónico y sostenible de la sociedad».
La Doctora en Ciencias Médicas Quiñones Pérez abordó por su parte el Sistema de vigilancia integrada para enfrentar la resistencia antimicrobiana en Cuba desde el enfoque Una Salud, al ser este uno de los problemas de salud más graves en la actualidad mundial, exacerbado por la pandemia de COVID-19.