ENTREVISTA. CANCHA platicó con el salvadoreño Pablo Punyed tras el inicio de la liga en Islandia y un año para soñar en la arena europea
El seleccionado nacional Pablo Punyed tuvo un año 2022 bastante movido, aquellos quienes creen todavía que el salvadoreño gozó de “vacaciones largas” en Islandia por no jugarse la liga hasta abril, permanecen en un error.
En el país europeo para este año, como ya es costumbre, se disputaron en los primeros meses del año torneos regionales como la Copa Reykjavik, Copa de Liga y parte ya de la Copa. Para Pablo, por ejemplo, apenas y descansó en diciembre. A estas alturas ya tiene casi cuatro meses completos en acción.
Punyed aún no pudo debutar en liga este año por dos razones. Se perdió el juego inicio por suspensión y los últimos dos por factores físicos que debe superar de a poco, esto guarda relación con su rodilla izquierda, en la que ha tenido molestias en los últimos días.
Ante esto, el entrenador del Víkingur, Arnar Gunnlaugsson, decidió en conjunto con el cuerpo técnico que Punyed se hiciera los exámenes correspondientes para así poder centrarse en su sanidad y más tarde estar a tono, cuando de a poco todo se vaya tornando más exigente y complejo en la campaña.
CANCHA tuvo un mano a mano con Punyed para conocer sus sensaciones para un curso agitado, algo que ya tuvo la oportunidad de vivir en dos ocasiones y ahora va por una tercera. Vivir de nuevo una fase previa de UEFA Champions League y buscar soñar en grande. Por otra parte, el salvadoreño cuenta que las referencias de aprendizaje en Vikingur no están más dentro de Islandia y el equipo mira hacia afuera para nutrirse de ideas.
Año cargado tras ser campeón en tres ocasiones en el último año
Hay mucha ilusión, nosotros tenemos confianza en que podemos pasar la Ronda Preliminar de Champions y seguir sumando en competencias europeas. Todos estamos remando para tratar de ser el primer equipo que dispute torneos continentales en la UEFA. Soñamos con estar en Fase de Grupos sea cual sea el certamen.
Claro, todo depende mucho de los sorteos. Para nosotros simplemente es eso y tenemos claro cuál es el objetivo. Nos hemos inspirado mucho en el Bodo/Glimt noruego que llegó muy lejos en la Conference League, intentamos incorporar elementos de su estilo de juego. Ellos son la previa a lo que nosotros queremos hacer, tuvieron un gran suceso en el último año y nosotros también queremos alcanzarlo.
¿Hubo varias salidas en Víkingur?
Se retiraron los dos capitanes nuestros, precisamente los dos centrales titulares; son una baja bastante sustancial. Luego vendimos nuestro lateral izquierdo a un equipo danés. Se nos fueron tres de los cuatro titulares en la zaga así que fue un rompecabezas para el entrenador.
Por otro lado hemos sumado varios elementos importantes, algunos jóvenes de la cantera quienes son muy buenos; lo veo bien al grupo. Al final nuestra meta no es está en brillar solo en Islandia, sino también afuera.
La última experiencia a nivel continental fue brava, algo que ningún equipo islandés logró todavía, pelear en dos frentes, en dos torneos europeos
Fueron raros momentos, tiempos bravos de Covid-19. Reino Unido estaba totalmente cerrado, viajamos en circunstancias totalmente especiales. Pasábamos por los aeropuertos vacíos, jugamos en Celtic Park sin ni un solo aficionado. Recuerdo que varios fichajes del equipo no se dieron por las políticas de movimiento entre los países, fue algo muy extraño.
Pero fueron experiencias, también fuimos a Estonia y lo mismo, algo nuevo para mí en competencias europeas. Lo normal era estar frente a decenas de miles de personas y disfrutar de un ambiente lindo. Eso no se dio. Ahora queremos regresar y hay más opciones ya que este año se disputarán juegos de ida y vuelta, cuando nos tocó enfrentar al Celtic y al Flora fueron partidos únicos, y encima los dos juegos fueron de visitante tras la definición del sorteo.
Hubiera sido genial que los equipos vinieran acá a Islandia, quizás la historia hubiera sido distinta. Con Víkingur en la actualidad tenemos una estructura totalmente diferente en comparación al resto de clubes donde jugué, sabemos que con buena posesión de balón y una fuerte fase defensiva podemos aspirar a cosas buenas. Si no tienes afinados detalles así, eso te puede pasar factura rápido en un partido.
Acá no es más obligatorio usar mascarilla ¿cómo está la situación sanitaria allá?
Ya no hay ninguna restricción y nadie le da importancia a eso. El país ya se recuperó y no tiene mayores preocupaciones al respecto. Gracias a Dios la gente se comportó bien durante las restricciones y ahora podemos ver los frutos, la mayor parte de la población está saludable y eso es lo destacado.
Levantaron las restricciones por completo a inicios de febrero, sin mascarillas, sin límite de aforo en los estadios y espacios públicos. En el club siempre manejamos las referencias de no ir a aglomeraciones y evitarlo en cuanto sea posible, hay que ser cuidadoso.
¿Cómo está el clima estos días para hacer fútbol?
Estamos bien, ahora ya es tarde, estamos a 10°C. Con sol y sin viento el clima uno lo siente rico para jugar, ha ido mejorando. “Cuando comienza la temporada del fútbol el clima ya está bueno”, reza un dicho aquí en Islandia, es lo bonito ya de estos días.
¿Cómo está determinado el aprendizaje en Víkingur?
Cuando vine a este club la meta fue llegar en dos años a competencias europeas. Se sobrepasó eso y ahora pensamos en algo más grande. La intención fue no pensar en qué estaban haciendo los otros clubes islandeses, sino más bien los otros clubes europeos, siendo más precisos los clubes escandinavos.
Sabemos que el Bodo/Glimt ha estado retomando cosas del Manchester City, así que indirectamente hemos aprendido a hacer cosas que hace el equipo celeste, los noruegos también han retomado cosas que ha hecho Benfica, donde el club ha logrado vender a dos jóvenes este año. Benfica vino a ver cómo estamos trabajando y hay un diálogo para ver cuestiones de desarrollo.
No se pudo disputar la Scandinavian League este año en España, pero la pretemporada no paró
Fue una lástima no poder jugar ese torneo en España, Dios sabe por qué. Era una buena manera de medirnos para saber dónde estábamos. Pero tenemos a los entrenadores de selección viniéndonos a ver, aportamos jugadores a la mayor y a dos selecciones menores de Islandia. Eso hace que también exista una colaboración para buscar que mejoremos lo que tenemos.
Siempre están los partidos locales para desarrollar cosas y no fijarnos tanto en los detalles no tan importantes. Debutaron varios jóvenes, pulimos el sistema con el que jugamos. Sabíamos que era difícil ganar el torneo (la Copa de Liga de Islandia) pero logramos llegar hasta la final, una que perdemos con varios jugadores jóvenes quienes necesitaban minutos para estar listos.
La visión de desarrollo fue y será lo más importante, porque no nos importaba tanto el resultado sino que los chicos se foguearan y en la Copa de la Liga lo hicieron. El juego y la oportunidad la aprovecharon, así que eso nos sirvió mucho para que ellos tuvieran la confianza y sumar en el partido de Supercopa de Islandia, juego que ganamos. A veces es importante perder para luego ganar.
Es vital el desarrollo de los jugadores de todo el club, porque más adelante los vamos a necesitar y todos debemos estar en la misma línea.
¿Lograste retomar el tema de las licencias de entrenador o está pendiente?
Me gradué y tengo la Licencia UEFA B desde el pasado año. Las licencias UEFA A y UEFA Pro las tengo pendientes, esta última es la más alta a la que se puede llegar y requieren de mucho tiempo para invertir. Por ejemplo, que me vaya una semana a Dinamarca, hacer coaching en otro club; situaciones que tendrán que esperar porque demandan bastante. A mí me gusta porque logro ver desde una perspectiva diferente cómo se desarrolla el fútbol.
Eso me recuerda cuando dialogaba con el profesor Hugo Pérez y así lograba entender de dónde surgían las teorías del fútbol, a lo que quería llegar, también con el profesor Gerson, y hablábamos de táctica. Me sentí en esos momentos en la Selecta hablando con ellos como un entrenador más que como un jugador. Sin quitarles nada a ellos porque tienen más experiencia que yo, lo único que busqué es aprender más de ellos y creo que me vieron en un rol distinto.
A pesar de no haber tenido muchos minutos con Selección, para mí fueron viajes muy fructíferos porque aprendí de ellos a ver cómo trabajaban, de los errores, de lo que salía exitoso y ver esto en primera fila fue una gran oportunidad.
Con la Licencia UEFA B puedo ser asistente técnico de un equipo de primera división aquí en Islandia, tengo el aval también para poder serlo en todas las ligas UEFA, es importante para mí para encarar en un futuro, cercano o no, uno nunca sabe.
¿Cómo va la vida fuera del fútbol?
Algunos proyectos los terminé, otros no. Disfruto del tiempo en familia, termino mi maestría para poder ser profesor de inglés, diferentes capacidades que quiero tener en mi arsenal. La maestría es en Reykjavík, básicamente virtual aún por la pandemia.
El ser entrenador tiene mucha relevancia al ser profesor y viceversa, empecé la maestría cuando adquirí la Licencia UEFA B como para ir con ambas cosas a la par. Me ayudó mucho también. También he estado armando una casa de verano en el campo, siempre busco diferentes cosas para aprender.