Como muchos de sus fans recordarán, recientemente en el mes de abril una seguidora de Ricardo Arjona, llamada Andrea Vivas, se robó los reflectores y la atención del mismo cantante guatemalteco cuando decidió quitarse la ropa en medio del concierto. El hecho ocurrió en el Texas CU Theatre de Grand Prairie, recinto que estaba a capacidad y que fue testigo de la atrevida hazaña de esta joven fanática, quien literal, se despojó de su vestido para mostrar su “desnudez” (mostrando su lencería blanca) parada sobre asiento y frente al escenario donde cantaba su ídolo.
Sin embargo, la noche del domingo 1 de mayo, en su presentación de Los Ángeles, Ricardo estuvo atento y mirando detenidamente entre el público asistente. Caminó de lado a lado buscando si esta vez se encontraría con otra Andrea entre el público. No lo dijo, pero sus contsntes recorridos de la do a lado sobre el escenario y ojos hablaban por si solos.
En la quinta fila había una joven que estaba con otro grupo de amigos que llevaba una cartulina en la que se leía “Desnuda-me” y Ricardo la vió mientras entonaba su tema “Desnuda”, ella se dio cuenta y se emocionó, abrazó a su amiga que estaba detrás de ella gritando de emoción, pero al final de cuentas no se atrevió a despojarse de sus prendas. Sin embargo, fue Ricardo Arjona quien se “desnudó” en el escenario.
El cantante nacido en el municipio de Jocotenango, Sacatepéquez, Guatemala, se despojó, sin darle muchas vueltas al asunto, de dos de sus temores que lo embargaban desde antes de subirse al escenario del emblemático Crypto.com, la casa de Los Lakers de Los Ángeles y que antes lo conocíamos con el nombre de Staples Center.
El primer temor que puso al desnudo Arjona, fue un pequeño inconveniente con la voz y eso lo compartió con su público. “Pero ya me estoy sintiendo bien”, confesó desde el escenario y con guitarra en mano. El segundo es que estaba algo preocupado, pero a la vez muy emocionado de contar con la presencia de dos de sus hijos que se encontraban entre el público, lo cual desencadenó los aplausos de los presentes, quienes con miradas inquietas trataron de ubicarlos entre la multitud. Yo también lo hice, pero no tuve suerte de encontrarlos entre la gente.
Por mi parte, tengo que confesarles que a lo largo de mi carrera cubriendo conciertos, no he asistido a muchos recitales de Arjona. Creo que una vez fue cuando recién llegué a Los Ángeles hace 14 años y otro en un evento privado de una estación de radio, donde el guatemalteco compartió con un reducido público oyente de una estación de radio que organize un encuentro con Arjona. En ese entonces, en un escenario pequeño de Hollywood, Arjona se sentó con su guitarra para cantar y la interacción fue muy poca con sus fans, aunque los complació con sus éxitos del momento. Luego se despidió y ahí culminó el encuentro.
Sin embargo, la noche del domingo el ambiente fue muy diferente a los que viví antes. El artista ganador del Grammy por su álbum “Adentro” y un Latin Grammy por esa misma producción, compartió abiertamente varios pensamientos e inquietudes, además de anécdotas de la cotidianidad entre las parejas y nuestra Sociedad, mientras iba compartiendo los éxitos que conforman su “Blanco y Negro Tour,” el cual comenzó con un impresionante recorrido por Europa y que ahora recorre Estados Unidos para luego continuar por Latinoamérica.
Hay que recordar que Arjona también se vio obligado a hacer una pausa en su gira tras haberse contagiado de COVID19 en Europa, pero luego del descanso de las dos semanas de rigor, Arjona retomó el vuelo y luego de cumplir varias fechas por este país, Los Ángeles también pudo contar con su presencia ante un lleno total.
En la velada tuvimos a un Arjona muy comunicativo. De excelente humor. Desnudo emocionalmente. Pareciera que luego del encierro de la pandemia y el éxito y aceptación que tuvo en Europa, las ganas de pisar territorio estadounidense y sobre todo el de Los Ángeles, donde existe un gran número de seguidores centroamericanos y mexicanos, ya le hacía falta al guatemalteco. El calor de su gente era el bálsamo que aliviaría sus dolencias, incluida la de su garganta.
El reencuentro fue muy cálido y tanto Arjona como su público lo disfrutaron de principio a fin. La comunión del artista con sus fans de este lado del país se notó desde el mismo momento que saltó al escenario con temas como “Si yo fuera diputado”, “Morir por vivir” y “Ella”, los cuales abrieron un espectáculo donde el color no hizo falta, pues entre el blanco y negro se fueron acomodando los momentos más intimos entre su gente y su persona. El color se vivió en las miradas de cada fan, mientras que el blanco de las camisetas que aparecieron en los asientos del Crypto.com brillaron en el negro de la oscuridad de un recinto que estaba a reventar. La mesa estaba servida y el público la supo saborear.
Pero no todo fue música y canciones. También hubo tiempo para la reflexión. Una de las temáticas que tocó Arjona en el escenario fue la del complicado tema de la diversidad de géneros que hoy existen y la manera en que la Sociedad ha aprendido a vivir con eso, aún cuando “no lo entendemos” y lo que “genera es caos”. “Y ustedes saben de los que les estoy hablando. Por ejemplo hoy hay más de 32 géneros, como si fuera más importante crear géneros que respetar a la gente por lo que quiere hacer con su vida”, dijo ante la ovación del público presente. “Usted puede ver marchas de gente protestando por el cambio de las vocales. Yo tendría que saludas esta noche… ‘buenas noches a todes’, por ejemplo. Eso es la falta de oficio. Después nacieron un montón de gente que fracason en su casa, en su barrio, en su país, en su universo y hoy son ‘coach’ que le enseñan a la gente a cómo vivir, dan clases, escriben libros, han pasado unmontón de cosas raras, yo no entendí nada y de lo mucho que no entendí, por lo menos pude rescatar es canción”, señaló un descomplicado Arjona ante el aplauso y aceptación de su público angelino antes de darle voz a “Hongos”, el primer sencillo del álbum que le da nombre a esta gira mundial.
Los letreros hechos en cartulina de diversos colores inundaban las primeras filas del concierto con los matices en blanco y negro que destacaban en el escenario y las enormes pantallas. De hecho muchas veces tenía que esquivar los letreros para poder observar los movimientos de Arjona en el escenario. El artista estaba atento a leerlos. “Tengo un termostato que se enciende cuando estás y que se apaga si te vas para no morir de la nostalgia”, leyó el guatemalteco entre los muchos que habían y en los que sus expresaban el amor que sienten por su ídolo. “Te amo” y “Acompañame a no estar sola”, eras otros de los letreros que pudimos observar en manos de sus seguidoras.
La noche del domingo 1 de mayo, fecha en la que en la mayoría de nuestros países se celebra el Día del Trabajo, parecía que aquí también lo estaban conmemorando, pues muchas optaron por olvidar que al día siguiente había que ir a trabajar, pero prefirieron darle rienda suelta a los tragos, pues pudimos ver a varias féminas que abarrotaban los pasillos con sus vasos en alto mientras se tomaban selfies de espalda al escenario. Arjona las veía, pero seguía con su recital, mientras los elementos de seguridad intentaban despejar el área cada cinco minutos.
El 75 por ciento del público asistente estaba conformado por mujeres, el otro 25 por hombres que acompañaban a sus parejas, por lo que concluímos que 50 por ciento en general estaba conformado aquellas que optaron por asistir solas o en grupo de amigas. Por esa razón cuando Arjona intentaba apoyarse en los hombres presentes no contaba con los suficientes gritos de apoyo para defenderse. “Tengo una pregunta para tí ya que estamos en confianza”, le dijo a una joven de la primera fila. “Los hombres, ¿te gustan sinceros o mentirosos?” y la respuesta fue que le gustaban como él. “Ah como yo, entonces mentiroso. Voy a generar una dosis inmensa de decepción en las damas en este momento declarándome de una vez por todas un hombre mentiroso”, confesó entre las carcajadas y ovaciones de las fans.
Luego se “justificó” y justificó, de una manera amena, a la mayoría de los hombres que mienten y el por qué lo hacen. “Son las mentiras masculinas las que mantienen la armonía familiar”, dijo generando risas. Agregó con simpatía que “la especie se hubiese acabado hace un montón de años si no fuera por nuestras mentiras. Ese muchacho que tienen a la par, ese mismo o el que dejaron en casa o en el que están pensando, ese muchacho, acuerdense que los primeros 15 días que salió con ustedes, todo lo que les dijo para conquistarlas era mentira, nada fue verdad y saben por qué, porque si el tipo llega diciendo la verdad, ustedes no lo aceptan al muchacho, la cosa empieza mintiendo”, argumentó con simpatía.
Saludó a su público centroamericano y al mexicano, que había asistido con banderas. Pero también aprovechó para saludar a sus seguidores de otros países que conforman el heterogéneo público angelino que también lo ha apoyado a lo largo del tiempo. “Y ahora ya me metí en un lío y tengo que seguir”, dijo para luego seguir nombrando los diferentes países. De esta manera, Arjona no estaba solo. El respaldo del público fue muy cálido y eso se notó con fuerza en su interpretación de “Acompañame a estar solo” y “El amor”.
No tuvo problema alguno para entonar “El problema”. Lo hizo con guitarra en mano y acompañamiento de un saxo que resonó en todo el recinto, tampoco pudo esquivar en su repertorio “El flechazo y la secuela”, el cual entonó en medio de los coros y gargantas de las miles de chicas que lo acompañaron sin dejarlo solo.
Sentado sobre el piano y acompañado de sus violinista, un gringo de Nashville, Tennessee, le dio rienda suelta a “Sin daños a terceros” mientras las más de cien velas que estaban al pie del escenario iluminaban en medio de la oscuridad, donde también sobresalía el rojo intense de un acasilla telefónica como las que todavía se ven en las calles de Londres, ciudad en la Arjona estuvo viviendo mientras se inspire para sus nuevos temas.
Así fueron cayendo “Si el Norte Fuera el Sur” que contó con las miles de almas en los coros, así como “Señora de las Cuatro Décadas” de su álbum Historias (1994) que se ha convertido en un éxito de sus carrera y en el himno de muchas de sus fans que lo han acompañado en su travesía. Esta interpretación tuvo un momento fascinante. Un joven de la primera fila le entregó su teléfono celular donde estaba conectada en una videollamada Juanita, una fan de Ecuador que estaba disfrutando del concierto a distancia. Al enterarse Ricardo de la situación, le habló y la saludó con mucho cariño y termonó cantándole la última estrofa del tema frente la pantalla del celular. Fue realmente conmovedor.
“Lo poco que tengo”, “Dime que no”, “Cuando” y “Como Duele” fueron teniendo su espacio en el repertorio hasta que llegó “Historia de taxi”, el cual tuvo a Ricardo sentado en el centro del escenario, mientras las pantallas grandes mostraban paisajes urbanos, por supuesto, en blanco y negro, que acompañaron el recorrido que hizo el artista a ritmo de salsa con todos los elementos tropicales que hcieron parar de sus asientos a las miles de almas presentes. Nadie se quedó sentado, ni yo que estaba tomando mis notas en el celular.
Un momento de calma se vivió cuando un Arjona relajado se sentó sobre una bocina al centro del escenario para interpretar “De la ilusión al miedo”, mientras al fondo se observaba en la pantalla gigante a una bailarina que danzaba en en la profundidad de una piscina en medio de unas tomas magistrales que te hacían olvidar que estaba bailando dentro del agua. Fue impresionante realmente.
También hubo un momento para las solicitudes a la carta. Sentado frente a la casilla telefónica, a un lado del escenario, Arjona fue complaciendo peticiones con temas que interpretá con su guitarra como “Hacer Patria” y “El Mojado”. Este último, un tema con una profunda letra que sin duda tocó a algunos de los presentes en el recital de esa noche. Después entonó “Pa’ ver si puedo” y lo hizo acompañado a dueto de su compañero “el gringo” de Nashville, quien canto en español desde el otro extremo del escenario.
A casi el final del concierto, Arjona complació con “Te quiero”, un tema que contó con la participación del mismo grupo de amigas de la quinta fila que esta vez mostraron cada una una cartulina con una letra que confromaban la frase “Te Quiero”, mientras acompañaban a Arjona en los coros.
“Te conozco” y “Minutos” aterrizaron en el escenario entre los gritos y la algarabía de las chicas. Luego llegó el momento en el que algunos pensaban que entraría al escenario Gaby Moreno, la joven cantante guatemalteca que popularizó con Arjona el tema “Fuiste Tú”, pero la joven nominada al Latin Grammy e intérprete de grandes temas no apareció, por lo que el guatemalteco invitó a que cantaran con él este tema, pero antes los invitó a ensayar (fuera dee cámara) y al final el momento que se vivió fueron los cinco minutos más emotivos del concierto. Las miles de almas presentes, conformadas en su mayoría por chicas, le dieron voz al tema y desde nuestros asientos captamos a algunas que a viva voz entonaron el tema con emoción y sentimiento.
El público tomó las camisetas blancas de los asientos y las levantó haciéndolas girar como remolino en todo el recinto. Arjona los observó con detenimiento y muy emocionado agradeció al público su cariño. Fue un instante muy emocionante antes del cierre.
La cereza del pastel se puso con la interpretación de su éxito “Mujeres”, un clásico que no puso ser mejor para culminar una velada que en su mayoría fue dedicada a ellas y lo hizo luciendo la camiseta de los Lakers, cuyo tono amarillo intenso destacó entre la oscuridad bicolor del escenario. Así se despidió y el público le dijo hasta pronto con ovaciones y con la esperanza de volver a ver como Arjona desnuda sus emociones y no literal como Andrea Vivas, la joven viral que ahora al parecer aprovechó sus cinco minutos de fama para abrir una página de Only Fans. Bueno, de algo le sirvió el atrevimiento.