Un aula parecida a la sala de juntas de alguna empresa y mesas que forman un gran tablero del tradicional juego Monopolio son algunas de las muestras del modelo diferente y disruptivo que implementa Kruger School.
La institución educativa tiene su sede principal en Quito desde hace dos años y, en este 2022, habilitará sus aulas en un edificio de tres plantas en la calle Nahím Isaías Barquet, en el norte de Guayaquil. Allí se recibirá a los estudiantes de octavo año a tercero de bachillerato en al menos ocho aulas desde mayo próximo. En Quito son 150 estudiantes, mientras que en Guayaquil alcanzan los 60.
Las aulas son totalmente diferentes a las convencionales. En esta institución, señala el CEO Ernesto Kruger, se han ideado espacios que motiven a los estudiantes a crear y tomar al colegio como un lugar en el que se puede aprender, pero de una forma más dinámica.
De hecho, uno de los espacios está ideado como los vestidores de un estadio de fútbol; mientras que otro tiene un tapizado en las paredes en el que se asemeja un bosque. Los muebles ubicados en los espacios entre aulas tienen formas de legos.
El color prima en cada uno de los rincones de esta sede educativa. Además, para motivar a los estudiantes se hace uso de una propia criptomoneda, llamada Krugs, que puede ser canjeada en locales físicos.
Kruger explicó que la oferta académica tiene un tronco común de habilidades de aprendizaje, pero a esto se adicionan materias optativas que catalogan como “habilidades para la vida”.
Por ejemplo, además de Lógica-Matemática, Ciencias Sociales, Lengua y otras ciencias, como tradicionalmente se impartiría en un colegio, se contempla la elección de dos materias al año, como Finanzas, idiomas —como el chino y el francés—, TI, Informática y Tecnología, Marketing e incluso Autogestión de Emociones. “Tratamos de hacer que los estudiantes se preparen de una manera práctica a lo que les espera al salir del colegio”, dijo el CEO de la institución.
K-learning es la metodología que se aplica en el colegio, en la que priman los intereses del estudiante y un acompañamiento personalizado por parte de tutores. De hecho, todos los alumnos deben ejecutar un proyecto de vida, que es un trabajo elaborado de mano de mentores, sobre un tema que los apasione.
Además, señaló el vocero de la institución, no se contempla el envío de tareas a casa, ya que prevalece el trabajo de los estudiantes dentro del horario de clases, que es de 09:00 a 14:30.
El colegio cuenta con el aval del Ministerio de Educación y con una certificación en Estados Unidos de una escuela aliada, Citizens High School. Los estudiantes se gradúan con doble titulación.
Para el ingreso se realiza una evaluación psicológica, un test de cuadrantes cerebrales y dos evaluaciones académicas en inglés y matemáticas. El 80 % de las materias se dicta en inglés. La mensualidad para el régimen Costa en modalidad virtual está en $ 249, mientras que para la modalidad presencial asciende a $ 299. (I)