No es fácil cambiar de ciudad con 15 años. Aún menos de país. De Gijón a Mánchester, aunque el tema climatológico no fue tan traumático como el de “otros compañeros que venían del sur, como Brahim”, como reconocía entre risas Manu García. A sus 24, está experimentando su primera experiencia en la Primera División española. En un Alavés que hace funambulismo y ya hace varias jornadas que no hay red debajo. Nuestro protagonista, eso sí, no pierde la ilusión. “Estamos a una distancia considerable, pero ganando el próximo todo puede pasar”, reconoce a AS, en una charla en la que desempolva sus recuerdos de su etapa en el Manchester City. Era otro City, el de Pellegrini, “la antesala del City de Guardiola”, señala, al tiempo pone en valor la importancia que tuvo el Ingeniero en la zona azul de una ciudad donde el rojo United dominó durante tantos años.
Patrick Vieira le dio un empujón cuando más se complicaba su aventura british y el hoy entrenador del Betis le tenía como “una especie de ‘ojito derecho'”. Debutó en el primer equipo citizen sustituyendo a Agüero; el Chelsea de Hazard, Diego Costa o Fábregas le terminó “metiendo un carro de goles”, en un día que el resultado no amarga el recuerdo. Manu García fue de los primeros en formar parte del batallón español cada día más numeroso en la academia del City. De hecho, estrenó la ciudad deportiva skyblue. Vivió de cerca la eliminación citizen ante el Real Madrid en las semis de Champions de la 2015-16. Se repite el cruce, pero no se atreve a dar un resultado. Ve a su exequipo favorito, “pero con el Madrid, nunca se sabe”.
Un chico de Oviedo, en la cantera del Sporting y, de repente, con 15 años, Mánchester. ¿Cómo fue ese salto? ¿Fue duro adaptarse?
Era cadete de primer año, una buena edad para salir y tenía claro que si salía de Gijón era para salir de España. La idea de Inglaterra me encantó desde el principio. Hasta que llegas allí, pues los primeros meses fueron complicados. Iba poco a casa. Pero estaba feliz, estaba viviendo un sueño.
Además, el tiempo de Gijón y Mánchester no es tan diferente…
Siendo del norte estaba más acostumbrado. Los días eran más cortos y oscuros, pero no tuve tanta dificultad como otros compañeros que venían del sur, como Brahim, que llegó y se quería morir el pobre (ríe).
¿Qué diferencias notaba en la cantera del City con respecto a la del Sporting?
En Inglaterra es muy diferente en lo que a partidos respecta. Compiten desde pequeños. En Gijón jugaba la liga regional, en Asturias solamente. Competías en dos o tres partidos al año más fuertes. Las canteras de Oviedo y Sporting ganaban casi todo. En Inglaterra, desde que tienen 14 o 15 años empiezan a jugar por todo el país. Eran partidos siempre contra equipos potentes y competías en choques bastante intensos todas las semanas.
¿Cómo era su día a día allí? ¿Dónde vivió al llegar?
Cuando llegué estaban acabando la residencia que tienen ahora en la ciudad deportiva. Por así decirlo, la estrené y empecé a vivir allí al año de aterrizar en Mánchester. Al principio estuve con una familia de acogida.
Coincide allí con muchos españoles: Brahim, Pozo, Angeliño, Maffeo…
Sí, y ahora hay muchos más. A los dos años de marcharme empezaron a llegar cada vez más. Pero cuando llegué yo estaban allí Angeliño y Pozo, en la academia. Ningún español más. El año que yo firmo también lo hacen Maffeo y Paolo Fernandes (juega en el Volos de la Superliga griega) y el resto era mucho más british. No como ahora que Txiki y Pep fueron metiendo cada vez más españoles en la academia. Tanto cuerpo técnico como jugadores. También con la llegada de Pellegrini al primer equipo se empezó a ‘españolizar’ un poco más el club. Cuando llegué era una época un poco de tránsito y todo era mucho más inglés. Se nota la mano de Txiki.
A caballo entre el filial y el primer equipo
No tarda en destacar y con 17 años ya debuta con el primer equipo (ante el Sunderland y sustituye a Agüero). ¿Cómo lo recuerda?
Me pilló todo muy rápido. Al llegar, estuve cinco meses sin poder competir por temas legales (tuvo que esperar a cumplir 16 años). De los 16 a los 17 tuve una época en la que jugaba todo en el juvenil y luego, ese mismo año, que acabo entrenando con el primer equipo, no jugaba mucho. Tuve una etapa difícil en la que me costaba jugar, pero un día, el entrenador del filial, que era Patrick Vieira, me viene y me dice que no me preocupe, que iba a jugar con él. Casi paso de juveniles al filial, apenas jugando en el juvenil. Ahí empiezo a jugar y las cosas empiezan a ir de cara. Entreno con el primer equipo y debuto de manera oficial.
Y que ese golpe en la espalda venga de una figura como Patrick Vieira imagino que sería especial.
Siempre lo digo, le estoy muy agradecido. Luego jugué contra él en Francia (en el Toulouse), cuando él entrenaba al Niza, y siempre le estuve muy agradecido. No sé qué hubiera pasado si no hubiera estado él ahí, que confió tanto en mí ese año. Fue un cambio bastante importante en mi carrera. De no contar mucho a ser una pieza importante en el filial del City y gracias a eso acabar debutando con el primer equipo… Siempre hay que tener esa pizca de suerte o que le gustes a alguien. Porque esto va de gustos también.
También juega un partido de FA Cup como titular en un equipo de canteranos. Enfrente estaba el Chelsea con Diego Costa, Cesc, Hazard, que marcó de falta… ¿Cómo fue aquello?
Del once titular, creo que cinco jugábamos en el filial. Era la época en la que casi siempre iba convocado con el primer equipo. Tuvieron alguna lesión y fui bastante. No jugué tanto. Uno en Premier. Nos pilló en medio ese partido contra el Chelsea, con el equipo jugándoselo todo en la Champions. Fue el año de la semifinal ante el Madrid. Jugamos en Stamford Bridge, con el campo lleno y el Chelsea estaba teniendo un año no muy bueno y se lo jugaban casi todo en esa competición. Les aguantamos en la primera parte. Nos fuimos 1-1 al descanso si no recuerdo mal, pero la segunda parte se nos hace muy larga y nos acaban metiendo un carro de goles (ríe). (terminó 5-1 con goles de Diego Costa, Willian, Gary Cahill, Hazard y Bertrand Traoré por parte blue; Faupala hizo el del City).
¿Hubo algun futbolista del Chelsea que te impresionase especialmente?
Siendo español, estaba Fábregas jugando, también Pedro y Fábregas tuvo unas palabras muy bonitas hacia mí al final del partido. La verdad que tengo un recuerdo muy bonito de ese partido. Aguantamos bien hasta el descanso, hicimos un buen partido, aunque luego te das cuenta que es muy difícil aguantarles el ritmo.
Se pierde los octavos de la UEFA Youth League de la 15-16, pero porque va convocado con el primer equipo ante el Dinamo Kiev. No es mal cambio.
Jugué en fase de grupos, pero en eliminatorias iba convocado casi siempre con el primer equipo y me perdí el partido de octavos, que perdimos contra el Madrid (3-1: doblete de Mayoral y gol de Achraf). Obviamente es una alegría estar con el primer equipo, pero sí que se me quedó un poco la espinita clavada de haber podido llegar más lejos o haber podido ayudar.
La importancia de Pellegrini
En aquella época Pellegrini estaba en el primer equipo. ¿Qué recuerdos tiene de él?
Un poco igual que Vieira. Jugué unos diez partidos con el filial y Pellegrini, a la mínima, ya me llamó para ir a entrenar y casi todos los partidos convocado ese año, en torno al primer equipo. Era un poco su ‘ojito derecho’ en ese sentido, porque en la academia había gente muy buena y me daba mucha confianza.
Los estilos de Vieira y Pellegrini no eran tan diferentes.
Eso es. A Patrick le gustaba mucho tener el balón, hablar mucho con los jugadores… Al ser mediocentro sí que se fijaba más en ese tipo de perfiles, un poco diferentes al mío. Al ser uno de los más grandes en su posición, pues se fijaba más en ellos. Y Pellegrini, pues ya lo estamos viendo. Un entrenador que ha hecho jugar bien a todos los equipos en los que ha estado. Es un señor y en Mánchester hizo una labor muy importante. Una especie de antesala a Guardiola. Hizo que el equipo empezara a jugar muy bien al fútbol y que la gente se sintiera atraída por el City.
Una transición dulce entre Mancini y Guardiola.
Justo, sí. Lo preparó todo, además de conseguir muchas cosas. Obviamente los logros de Guardiola están siendo una locura. También llegaron jugadores nuevos. Pero la labor de Pellegrini en esa época fue espectacular y en el seno del club y de la afición se notó mucho que lo querían, a su salida.
¿Cómo era entrenar con las estrellas del City de aquel momento? Agüero, Silva, Yayá, Sterling…
-También De Bruyne… De los que están ahora van quedando menos, pero imagínate. Un chico de 17 años que sale de la cantera del Sporting y se encuentra ahí… Es espectacular. Da un poco de rabia cuando echas la vista atrás. Lo valorabas, pero no de la forma que lo haces ahora. Todo pasa muy rápido y por supuesto que eres feliz y lo disfrutas. Pero no te paras a pensar y decir: “Hostia, que estoy aquí entrenando con los mejores, jugando partidos con los que soñabas de pequeño”. Por suerte tengo un recuerdo muy bonito.
¿Alguno le sorprendió especialmente su forma de ser?
Conmigo se portaron todos genial. Tuve mucha suerte. Siempre me acogieron bien. Había mucho hispanohablante. Zabaleta, Willy Caballero, Demichelis, Navas, Silva… Siempre me ayudaron mucho. Los más cercanos quizá fueran Silva o Navas por ser españoles, pero todos. Zabaleta estaba siempre muy pendiente de todos. Demichelis era espectacular, Caballero también. No quiero destacar a nadie, sería olvidar al resto y no me gustaría.
Las semifinales con el Madrid de 2016
Vivió desde dentro la eliminación en semifinales ante el Madrid. ¿Cómo estaba el ambiente en ese momento?
Estuve cerca de ir convocado y al final no pudo ser. Pero estuve en torno al equipo todo el rato. Creo que por la grandeza de los jugadores que había no se sintió tanto. Es gente que estaba acostumbrada a partidos importantes y estar en escenarios así. Pero en torno al club y la afición sí que había ese nerviosismo y esa sensación de estar haciendo algo histórico.
¿Notaba que en el club hubiera cierta exigencia por ganar la Champions o aún no existía ese sentimiento de obligación?
No se sentía tanto aún. Estaba siendo un año extraño, con muchos lesionados. El equipo fue haciéndolo bien y se planta en semifinales después de un torneo espectacular y la sensación era de que no había nada que perder. Sí que es cierto que al evolucionar el club y el dinero que se ha invertido en la plantilla, ahora sí que la sensación puede ser otra. Obviamente no la conozco tanto como antes. En ese momento era ese sentimiento de, “es la oportunidad y lo merecemos”, pero no esa obligación de meterse en la final. (El Madrid ganó 1-0 en el Bernabéu, tras el empate a cero del Etihad).
¿Aún sigue al City con especial cariño? Sigue vigente la opción de recompra.
Sí, aún existe esa opción. Sí que lo sigo, porque sigue estando mucha gente allí con la que guardo una gran amistad. Gente que trabaja allí, en torno al primer equipo y tengo grandes amigos. Fueron unos cuantos años y en una edad en la que es complicado, eres menor de edad y estás lejos de casa. Les tengo mucho cariño. Guardo relación hasta con la familia que viví cuando llegué. Lo sigo todo muy cerca.
A este Madrid le conoce mejor que a este City, ha jugado dos veces ante ellos este año. ¿Cómo ve la eliminatoria? ¿Quién cree que es favorito?
Creo que por nivel de juego y regularidad, pienso que habría que decir el Manchester City. Llevan años jugando a un nivel espectacular. Entra uno y sale otro y no se nota el cambio de nivel y están haciendo una Champions fantástica. Pero claro, con el Madrid, como estamos viendo, no se sabe qué puede pasar. Es capaz de todo. Va a ser muy bonito de ver el partido. No te podría decir qué va a pasar. Parece que va a decantarse a un lado, pero con el Madrid nunca sabes…
Países Bajos, Francia, Gijón y Vitoria
Al año siguiente empieza a crecer fuera del City con varias cesiones. ¿Cómo recuerda aquellas etapas?
Tuve una época complicada aquí en el Alavés, con 18 años recién cumplidos. Salgo cedido, el año que el Alavés llega a la final de Copa del Rey, y hasta Navidad solamente había jugado un partido, no habían contado mucho conmigo… Era muy joven y lo único que quería era jugar, tener buenas sensaciones y el City tenía un acuerdo con el NAC Breda holandés. Estaba en Segunda, pero lo único que quería era jugar. No quería ir a otra parte, a un equipo con más talla y quedarme sin participar. Llegué y empezamos a ganar partidos y ascendemos a Primera. Al año siguiente, por comodidad y porque era una liga donde tendría más repercusión decidí volver y estuve otro año más. El recuerdo es espectacular. Al año siguiente firmo en Francia, con el Toulouse en la Ligue 1. Y también fue una experiencia muy bonita.
Ligas muy diferentes la holandesa y la francesa, ¿no?
Sí, mucho. Esa fue un poco la idea. Siendo joven, vamos a una liga donde, a priori, por físico y demás no me viene muy bien. Para demostrar que puedo estar ahí. También tengo muy buen recuerdo de todo. Sobre todo de verano a Navidad fue todo muy bien, yo hice partidos bastante buenos y ganamos bastante. Luego empezamos a perder. Nos salvamos sin problema, pero al principio fue cuando más disfruté.
Después de tanta aventura, se estrena en Primera de su país este año. ¿Qué balance hace de la temporada? ¿Es lo que esperabas?
Año complicado. De aprendizaje. Cuando estás metido abajo, no ganas, hay muchos cambios, cambios de entrenador. Parece que han sido tres temporadas en una. Nunca me había pasado tener tanto cambio, siempre habían sido cursos un poco de cara. Para Calleja empecé contando, llegó Mendilibar y no contaba casi para nada y ahora vuelvo a entrar un poco en el equipo en la recta final. Es un año de aprender y ojalá acabe todo bien, porque el equipo y la afición lo merece.
Y ahora le tocan cinco finales. Técnico nuevo, Julio Velázquez, experto en situaciones límite. ¿Como están los ánimos del equipo?
Siempre lo digo, se nota que el equipo ha vivido situaciones parecidas. De mucha dificultad. La gente, dentro de la dificultad, está tranquila. Otra gente hubiera tirado la toalla y aquí, al revés. El míster ha llegado con mucha ilusión y la transmite. Creo que es posible y la gente sabe que en el fútbol nunca se sabe. Estamos a una distancia considerable, pero ganando el próximo todo puede pasar.
Por último, dígame su recuerdo futbolístico más bonito y si tiene alguna espinita clavada.
Es complicado. Tengo varios buenos. Puede que uno de los más felices, el día que jugué con el primer equipo del City, en casa en la copa e hice gol. Un partido soñado. O cuando firmo en Gijón. Siendo de allí, de la casa, para mi es como un sueño.
Fichaje más caro de la historia del club (4 millones de euros), además.
Sí, cuando lo pienso… Cuando me dicen que me querían comprar, no me lo creía. Acepté, por supuesto. Y en Gijón está la espinita que tengo clavada. Primero, porque en todo el año del COVID, que no pudo venir la gente al estadio. Volvía a casa para jugar delante de mi gente y al final solo lo hice durante cinco o seis meses. Siempre había soñado con jugar en El Molinón y hacerlo con la grada vacía… No era lo mismo. Esa es mi espinita clavada más grande.