¿De quién son las calles?
Por Haidé Serrano
¿A quién le pertenecen las calles? ¿Quiénes se sienten libres y con seguridad al caminar en ellas? ¿Es un espacio que las personas perciben de igual manera? ¿También se manifiesta la desigualdad en el espacio público?
En el espacio público también hay desigualdades. Las calles son más inseguras para las mujeres que para los hombres. Las experiencias que se viven en los espacios públicos y comunes son más peligrosas para las niñas, adolescentes y mujeres.
El libre tránsito es un derecho consagrado en la Constitución Mexicana. En el Artículo 11 señala que: “Toda persona tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes. El ejercicio de este derecho estará subordinado a las facultades de la autoridad judicial, en los casos de responsabilidad criminal o civil, y a las de la autoridad administrativa, por lo que toca a las limitaciones que impongan las leyes sobre emigración, inmigración y salubridad general de la República, o sobre extranjeros perniciosos residentes en el País.”
Entonces las mujeres no disfrutamos de este derecho de la misma manera que los hombres.
Este tema también ha sido objeto de análisis de numerosas feministas, quienes han dedicado diversos estudios de género para señalar y generar conocimiento que permita entender, visibilizar y corregir esta violación a este derecho humano.
Por ejemplo, el Programa General de Ciudades y Espacios Públicos Seguros para Mujeres y Niñas en México del año 2019, dirigido por la Organización de las Naciones Unidas ONU Mujeres, señaló que el 34.3% de las mujeres han sido víctimas de algún tipo de violencia sexual en los espacios públicos. Este estudio establece que la violencia sexual puede ser exhibicionismo obsceno, frases ofensivas de tipo sexual, acoso, manoseos, abuso sexual y violación (Osman et al., 2019).
Pero también hay un creciente miedo al secuestro y la desaparición. El espacio público sigue siendo un espacio dominado por el orden heteropatriarcal, que exige a las mujeres permanecer en los espacios privados, o de lo contrario habrá consecuencias para ellas.
Como el caso que recientemente dominó las redes sociales, la desaparición de la joven neoleonesa Debanhi, que además puso el foco en los cinco feminicidios en ese estado y las autoridades aún buscan a 26 mujeres desaparecidas. En el País, según cifras oficiales de diciembre de 2018 a marzo de este 2022, 825 mujeres están desaparecidas.
La desaparición de niñas, adolescentes y mujeres, y la violencia hacia ellas en todo el País muestra la debilidad del Estado que no puede garantizar este derecho.
De acuerdo con el mismo estudio arriba señalado, las mujeres se sienten más inseguras que los hombres al encontrarse en diversos lugares públicos o privados; 73.6% de las mujeres se sienten inseguras en el transporte público, 71% en las calles y 60.8% en parques o centros recreativos.
Las mujeres tenemos el mismo derecho al uso del espacio público, pero según los hombres no es así. Y nos lo hacen saber a través de la violencia. Por cada mujer que desaparece de la vía pública, los hombres y el orden patriarcal nos dan varios mensajes: “no salgas a la calle; no quieras ocupar un espacio que le pertenece a los hombres; a las mujeres les toca el espacio privado, la casa, quédate ahí.”
ONU Mujeres señala sobre esta problemática: “Esta realidad reduce la libertad de circulación de las mujeres y niñas. Limita su capacidad de participar en la educación, el trabajo y la vida pública. Dificulta su acceso a servicios esenciales y el disfrute de actividades culturales y recreativas, afectando negativamente a su salud y su bienestar.”
Es posible crear espacios públicos más seguros, igualitarios, para las mujeres y las niñas. Son necesarias políticas públicas con perspectiva de género que tomen en consideración desde la creación de los espacios públicos las diversas problemáticas que enfrentan las personas en las diferentes comunidades. En particular, las mujeres y las niñas. Allí hay varias oportunidades para disminuir las diversas violencias. Para concluir, otra pregunta, ¿las y los gobernantes, candidatos y candidatas lo tendrán en cuenta?
@HaideSerrano conduce y produce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo. Está dedicada a la comunicación sobre feminismo, perspectiva de género, desigualdad y violencia. Ha trabajado en diversos medios de comunicación, entre los que destacan Reforma y Excélsior. Ahora columnista de Luces del Siglo. Es licenciada en Comunicación por la UNAM, maestrante en Administración Pública; en Género, Derecho y Proceso Penal.