El uso de algoritmos para hacer un primer filtrado de los currículos que llegan a una oferta de trabajo está cada vez más extendido, como ya explicamos en Xataka. Estas herramientas resultan muy útiles a los técnicos de recursos humanos para no tener que cribar a mano cientos de solicitudes, pero también conllevan un importante riesgo: que el software descarte a un candidato adecuado porque su currículo no reunía los aspectos técnicos en los que se fija la máquina.
Cómo funciona. Los algoritmos de selección tienen en cuenta una serie de aspectos técnicos del currículo como las palabras clave o la disposición de la información en el documento. Así, el software escanea el archivo y pondera de forma más positiva aquellos CV que tienen más términos coincidentes con los de la oferta de empleo, en los que aparecen determinadas empresas o instituciones educativas que la empresa considera de interés para el puesto o las experiencias recientes (las colocadas en la parte superior del texto) relacionadas con el trabajo ofrecido, entre otras aspectos, según informan tanto el New York Times como la BBC.
La mayoría de los algoritmos de selección siguen estos criterios de una forma más o menos parecida, aunque hay que tener en cuenta que cada programa de gestión de recursos humanos tiene sus particularidades, a las que hay que añadir los criterios que cada empleador introduce y los datos que elige para entrenar a los algoritmos de selección.
Las palabras clave. Uno de los principales aspectos que tienen en cuenta estos algoritmos son las palabras clave. Los empleadores buscan a candidatos con una serie de aptitudes, experiencia y formación, y si estas aparecen bien especificadas y contextualizadas en el currículo, hay más posibilidades de que el software incluya al aspirante en la siguiente fase.
En este sentido, es mejor ser específico, concreto y simple con las palabras clave. Por ejemplo, será más fácil que un algoritmo entienda lo que hizo el candidato si en su última experiencia escribe ‘desarrollador de software’ en lugar de ‘ayudo a las empresas a crear herramientas para digitalizarse’. Y lo mismo ocurre con la formación o las aptitudes.
También es relevante leer la oferta de empleo y, si nos interesa mucho, intentar localizar en ella los términos que ha usado la empresa e introducirlos en el currículo, ya que es probable que sean los mismos que busque el algoritmos en el proceso de selección, según explica Liz Guarneros, asesora laboral, en un artículo en LinkedIn.
Por último, los algoritmos tienen más en cuenta palabras como ‘significativo’, ‘fuerte’ o ‘máster’, entre otras similares, para seleccionar a los candidatos que pasan a la siguiente fase, ya que suelen acompañar a logros destacables de la carrera del profesional.
Logros cuantificables. Otro aspecto importante es detallar las labores y los logros más importantes de los trabajos anteriores, de ser posible con cifras concretas. “En lugar de escribir que siempre lograste alcanzar tus objetivos, prueba a decir ‘superé los objetivos un 20% el primer trimestre y un 18% el primer año’”, explica la empresa de recursos humanos Hays en su blog.
Y lo mismo ocurre con la formación y las habilidades. Por ejemplo, si se conocen varios lenguajes de programación, conviene especificar cada uno de ellos.
Estructura y diseño. La simplicidad también es importante a la hora de diseñar un currículo entendible para los algoritmos. Las estructuras no convencionales en documentos de texto y la inclusión de elementos como cuadros, imágenes o gráficos dificultan, e incluso pueden llegar a impedir, la lectura de algunas partes del CV por parte del software. Por lo tanto, es mejor optar por una disposición convencional en la que la información se separe con diferentes tamaños de letra. También es recomendable usar un diseño a una sola columna.
“Hay que evitar crear tu currículum con Photoshop o softwares de diseño gráfico, porque estas herramientas convierten el texto en imágenes, lo que las hace ilegibles para los algoritmos”, explica Guarneros.
Fuentes estándar. El tema del diseño es tan importante que esta asesora laboral incluso aconseja utilizar las fuentes de texto más comunes, tales como Arial, Calibri o Times New Roman. Ya que si el software no reconoce el tipo de letra en que está redactado el currículo, le será completamente ilegible y lo descartará inmediatamente.
Formato. Y algo parecido ocurre con el formato, por eso la mayoría de las fuentes coinciden en que lo ideal es enviarlo en PDF o Doc. También hay ofertas en las que se especifica el formato en el que prefieren que se les envíe el currículo, unas indicaciones que es recomendable seguir.
Enlaces. Otro aspecto que los algoritmos valorarán positivamente es la introducción de enlaces a ejemplos de trabajos anteriores en los que el candidato ha participado, ya que incorporarán más información de contexto a la ya especificada en la descripción para avalar su trayectoria, según explica la plataforma de formación Udemy a La Vanguardia.
La importancia de LinkedIn. Por último, también hay que tener en cuenta que existen algoritmos que no trabajan sólo con los documentos enviados por los candidatos a la empresa, sino que también se encargan de rastrear los perfiles públicos de los profesionales en bases de datos y redes sociales como LinkedIn de forma proactiva, según un estudio de la Universidad de Míchigan Oriental.
Estas herramientas funcionan de forma parecida a las de análisis de documentos y también tienen en cuenta, además de aspectos como las palabras clave o los enlaces, que todos los campos de los que está compuesta la web en cuestión estén rellenos.