Cada año desde el 2 de Abril del 2012, la Organización de las Naciones Unidas celebra el día mundial del trastorno del espectro autista (TEA). Esto con el fin de crear conciencia sobre la vida de las personas con este trastorno.
Desde el 2020, se ha tenido como tema la transición a la adultez y las oportunidades que las personas con TEA pueden tener en el ambiente de trabajo después de la pandemia.
Los hábitos de alimentación se aprenden y establecen durante la niñez y adolescencia, por lo que forma parte importante del desarrollo hacia la adultez. Los niños con TEA por lo general tienen intereses limitados que pueden afectar su elección de alimentos y, por lo tanto, sus hábitos de alimentación.
A continuación, te presento algunas situaciones que se pueden presentar en niños con TEA y recomendaciones que pueden ayudar en mejorarlas.
Usualmente los niños con TEA tienen problemas para concentrarse en una tarea durante un tiempo en específico, por lo que es común que sea complicado el que se siente y coma todo lo que se le ofrezca. Es importante que nunca se le obligue a comer todo lo que se le sirva, esto puede hacer que el niño comience a asociar el momento de la alimentación con una situación de estrés.
El crear una rutina a la hora de la comida puede ayudar a que el niño se concentre en esa tarea. Servir la comida a la misma hora todos los días puede hacer que el niño espere con ansias ese momento e incluso ayuda a reducir el estrés que pueda asociarse al momento de la comida.
De igual manera, el ambiente al momento de comer puede influir en si se come todo lo que le ofrecemos o no. El tener luces muy brillantes puede ser un distractor, el atenuarlas puede ayudar con este factor.
Es importante que para asegurar una buena alimentación en los niños con TEA, se ofrezca 1 alimento de cada grupo, es decir, alguna fruta o verdura, algún alimento de origen animal o leguminosa y algún cereal o tubérculo. Esto puede parecer mucha comida, sin embargo, cuando el niño no quiere comer mucho es importante ofrecerle una preparación nutritiva. Se pueden ofrecer porciones pequeñas para comenzar e ir incrementando las cantidades poco a poco.
Otra recomendación es no esperar a que el niño diga que tiene hambre. Normalmente están entretenidos con otras cosas que no se percatan de la sensación de hambre. Incluso cuando se les cuestiona si tienen hambre responden que no. En este caso, las rutinas establecidas pueden ser de mucha ayuda, pues se asegura que el niño esté recibiendo el alimento necesario y, con el paso del tiempo, ellos llegan a pedirlo.
Por otra parte, algunos niños pueden ser muy sensibles a los sentidos del tacto y olfato. Incluso a los colores y texturas de los alimentos, por lo que pueden evitar o limitar ciertos alimentos. Por lo general, se desagradan las frutas y verduras o alimentos con texturas “chiclosas”. Una de las mejores maneras de abordar los problemas a la hipersensibilidad de texturas y colores es dejar que el niño explore y se familiarice con los alimentos. Por ejemplo, el dejar que elija un alimento nuevo, que lo explore, que lo toque y huela, que investigue todo sobre él, que lo prepare en compañía de algún familiar hará que se familiarice con dicho alimento. El exponer al niño al mismo alimento una y otra vez, puede ayudar a que y poco a poco acepte el sabor y color del mismo.
Si el problema únicamente está en la textura, el ofrecer otra preparación del mismo alimento puede ayudar. Por ejemplo, si no acepta el puré de papa puede que la papa horneada le guste mucho. El niño puede probar diferentes preparaciones para encontrar la que más le agrade.
Lo más importante es no agobiarse y ser paciente con el niño mientras explora, prueba y conoce diferentes alimentos. Si después de probar algún alimento en repetidas ocasiones se continúa con el rechazo, es probable que no sea de su agrado. Recuerda que no se tiene que obligar a un niño a comer algo que no le gusta, existen muchas alternativas para diferentes alimentos.
Si deseas conocer algo en específico sobre alimentación y el trastorno del espectro autista, acércate con profesionales que sepan del tema. El Colegio de Nutriólogos de León tiene profesionales actualizados que pueden asesorarte sobre el tema.
Melanie Lizzet Mena Hernández. Licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos. Maestra en Nutrición Clínica. Diplomado en Nutrición Pediátrica. Asesora de Lactancia. Miembro del Colegio de Nutriólogos de León.
Referencias: