Lucas Hernández (14 de febrero de 1996, Marsella) no lo tuvo fácil en el Bayern. El campeón de la Bundesliga pagó 80 kilos al Atlético de Madrid y le convirtió en el fichaje más caro de su laureada historia, una cifra que los expertos alemanes no paran de recordarle cuando no pasa una tarde de gloria. En una charla exclusiva con AS, el campeón del mundo explica por qué salió reforzado de todos los reveses que sufrió desde su llegada a Múnich.
¿Es más peligroso el Villarreal como equipo o el favoritismo que se os otorgó desde el sorteo?
El Villarreal, sin duda. Si están en cuartos, es porque hicieron méritos para estar ahí. Lo vienen demostrando a base de esfuerzo y trabajo tanto en la fase de grupos como en octavos ante la Juve. Para ellos, estar en cuartos es un premio. Pero un premio merecido. Imagino que ahora querrán seguir hacia adelante. Será un partido abierto y bonito para el espectador.
¿Qué te pareció ese 0-3 en Turín?
Solo vi el resumen, pero me comentaron que fue una primera parte con mucha presión por parte de la Juve y que, ya en la segunda, se creció el Villarreal y metió las que tuvo. Al final es lo que cuenta y lo que marca la diferencia en esta competición: ser determinante de cara a puerta.
¿Cómo se percibe al Villarreal en Alemania?
No es un equipo muy conocido en Alemania, pero al haber tenido la suerte de jugar en España sé que no es un equipo cualquiera. Son fuertes, sobre todo en su casa. Tendremos que salir muy concentrados desde el primer minuto. Si no, lo pasaremos mal.
¿El Villarreal de Emery es comparable con el Atlético de 2016?
Bueno, ese Atleti que llegó a la final de Champions ya llevaba unos años estando en lo más alto de LaLiga. En cuanto al Villarreal, sí que puede ser una sorpresa para algunos que hayan llegado a cuartos, pero lo cierto es que es fruto del trabajo que se lleva realizando allí desde hace años. Ahora les ha tocado con nosotros y nosotros somos muy ambiciosos. Queremos llegar, ganar y pasar a semifinales.
¿Qué te parece Emery?
Un gran entrenador. Si has peleado por cosas importantes en, prácticamente, todos los equipos por los que has pasado, dice mucho de tu calidad. Le veo con las ideas muy claras siempre y viene haciendo un trabajo espectacular en Villarreal.
Gerard y compañía querrán poner a prueba esa fragilidad defensiva de la que tanto se habla.
Estamos hablando de unos cuartos de Champions, a estas alturas es complicado contra cualquiera. Pero sabemos lidiar con este tipo de situaciones. Dependerá de nosotros frenar a sus delanteros y, arriba, creo que tenemos argumentos de sobra para hacer daño a su defensa.
¿La defensa del Bayern está siendo criticada injustamente?
Si pierdes 4-2 contra el Bochum o 5-0 ante el Gladbach, pues está claro que algo de culpa tendremos. Sin embargo, creo que, cuando perdemos, perdemos todos y viceversa. No soy de la opinión de que este tipo de derrotas sea, exclusivamente, culpa de la defensa. Nuestra puesta en escena es muy ofensiva y eso también influye a mi juicio. Cuando juegas con una orientación tan ofensiva, atrás siempre quedan espacios y sueles defender uno contra uno. El rival siempre va a tener una. Si te la clava, somos los defensores los que más retratados quedamos. Aun así pienso que sí estamos haciendo un buen trabajo atrás. Es cierto que hubo algún que otro partido en el que no estuvimos demasiado acertados, pero estoy convencido de que también hemos puesto nuestro granito de arena para poder estar en cuartos de Champions.
Dicha puesta en escena tan ofensiva conlleva riesgos, sobre todo para la defensa.
Es un juego arriesgado, pero un juego que nos gusta. El entrenador quiere jugar para ganar y, a la vez, para ofrecer espectáculo. Es lo que hacemos. Cuando el Bayern salta al campo, lo hace para ganar, convencer y marcar el máximo número de goles posible. Es nuestra identidad.
Las leyendas del club son de opinar mucho en Múnich. Matthäus, por ejemplo, dijo recientemente que se esperaba más del jugador más caro de la historia del Bayern.
Son cosas que conlleva este deporte. Llevo mucho tiempo en esto del fútbol y sé que siempre habrá gente opinando. Cada uno se dedica a algo. Los jugadores estamos expuestos a eso, a las críticas y a los halagos. Somos conscientes y forma parte de nuestro trabajo. Cuando un club está dispuesto a pagar 80 millones por ti siempre estarás en el foco de atención, pero yo me centro en lo mío, que es jugar al fútbol. Soy feliz sobre el terreno de juego y trato de dejar a un lado las opiniones externas. Si Cristiano o Messi fueron criticados en su día, ¿quién se va a salvar en esto del fútbol?
¿Los 80 millones nunca supusieron un extra de presión?
No, lo único que puedo hacer es darlo todo sobre el césped. A alguno le pareceré mejor, a otro peor, pero son cosas que jamás me pesaron. Sé dónde están mis virtudes y siempre daré lo máximo de mí para que le sirvan de ayuda a mi equipo.
¿Qué supusieron las marchas de Alaba y Boateng para el Bayern?
Eran dos jugadores clave para nosotros que llevaban muchos años aquí. Conocían muy bien la casa, fueron titulares prácticamente durante toda su etapa en el Bayern y dejaron un vacío. Pero también es cierto que hemos cambiado un poco nuestro esquema desde que llegó Nagelsmann. Con Flick jugábamos con una línea de cuatro fija, ahora solemos utilizar también una línea de tres con dos carrileros muy ofensivos. Depende mucho del adversario, somos capaces de volver a la línea de cuatro cuando es necesario. Es todo un poco más flexible ahora.
Entrenas a diario con Lewandowski. ¿Es tan indefendible como parece?
Robert es un grandísimo jugador. Tanto en mi selección como en mi club tengo la suerte de jugar con los mejores del mundo y Robert es uno de ellos. Ojalá se quede con nosotros mucho tiempo.
¿Es mejor que Haaland?
Son gustos personales. Según mi criterio, son dos jugadores diferentes, pero dos cracks dentro del área.
¿Qué balance haces después de casi tres años en Múnich?
Fue un cambio de vida con respecto a Madrid. Quería cambiar de aires, de cultura, aprender otros idiomas y otras formas de vida. Al principio siempre es complicado, pero ya estoy completamente adaptado a todo esto. Sobre todo al tema de los horarios.
¿Desayuno, almuerzo y cena?
Sí. (risas) Aquí suelen comer a las 12 del mediodía y cenan a las 6, 7 de la tarde. Quizá sea lo que más me impresionó al principio. Vas al centro a cenar a un restaurante y la cocina cierra a las 10 y media. En España iba a cenar a las 11 de la noche. Pero bueno, son diferentes estilos de vida. Me resulta interesante. Me quedan dos años de contrato aquí y la verdad es que estoy muy bien.
¿A pesar del frío polar que suele hacer en invierno?
Y lo largo que se te hace el invierno. (risas) Dura bastante. No tiene nada que ver con Madrid. El frío aquí es frío de verdad. Pero están preparados. Puede nevar durante toda la noche, pero las carreteras siempre están limpias y con sal por la mañana y puedes conducir perfectamente.
En este caso sí se cumple el tópico de la meticulosidad.
Totalmente, en este aspecto los alemanes son unos fenómenos. Son gente muy disciplinada, muy seria. Cuando tienen que hacer algo, lo hacen y no pasan dos días como en otro lado. (risas)
En el Bayern has pasado lesiones, suplencias y contratiempos personales. ¿Ya se siente libre de todo peso?
Totalmente, mi momento actual no tiene nada que ver con el de mi llegada. Las lesiones son de lo peor que le puede pasar a un futbolista y, desafortunadamente, tuve que pasar por una racha de lesiones que nunca había tenido que superar en un pasado. Pero sales más fuerte y comienzas a valorar mucho más el hecho de poder estar sobre un terreno de juego. También ha contribuido a que, a día de hoy, le dé más importancia a llevar una vida sana.
¿En algún momento se le pasó por la cabeza volver a cambiar de aires?
Es algo que siempre se te pasa por la cabeza cuando atraviesas momentos de cierta dificultad. Te preguntas si quieres quedarte donde estás o no. Sin embargo, me considero una persona optimista que siempre intenta pensar de forma positiva. Cuando me caí, siempre me repetía una y otra vez que me volvería a levantar y jugar aquí. Es lo que verdaderamente quiero. Quiero cumplir los cinco años por los que firmé porque estoy muy feliz, muy adaptado y siento que todos, no importa que sean compañeros, cuerpo técnico o dirigentes, están de mi lado.
Ahora hablarás más francés que español en la ciudad deportiva.
Claro, es que ahora solo me queda Marc. Antes tenía también a Javi y Thiago, pero se me fueron. Los franceses somos una buena banda, siete en total.
¿Qué objetivos persigues en los dos años que te restan de contrato?
A nivel deportivo, todos queremos volver a ganar la Champions. Es nuestra meta principal y, ojalá, volvamos a levantarla. Por lo demás, disfrutar. Ya veremos lo que depara el futuro, creo que ahora no es momento de pensar en lo que ocurrirá dentro de dos años. Soy de pensar más a corto plazo y en el día a día. Sigo jugando y sigo disfrutando, sobre todo ahora que tengo más continuidad. A nivel personal, quiero seguir siendo feliz con mi familia y con mi chica, que está esperando nuestro segundo hijo.
¿Y el alemán, cómo lo llevas?
Bien. Aprendiendo cada vez más y, poco a poco, intentando dar entrevistas en alemán. Muchas no me salen perfectas, entiendo prácticamente todo lo que me dicen mis compañeros. Y hablar, lo justito. (risas)