A dos años de la partida del doctor Guillermo Soberón Acevedo, El Colegio Nacional le rendirá un homenaje. El acto, se realizará de manera presencial este lunes 4 de abril, a las 6 de la tarde, y será dedicado a examinar su legado. Contará con la participación de los colegiados Luis Felipe Rodríguez Jorge, Julio Frenk, Adolfo Martínez Palomo, José Sarukhán y Diego Valadés, así como de Jaime Sepúlveda y Gloria Soberón Chávez. El homenaje además será acompañado por la develación de su retrato, obra de la artista Lucinda Urrusti.
“Es uno de los grandes personajes de la cultura reciente, la educación superior, la salud y la investigación, desde hace dos años lamentamos tanto su partida. Por eso impulsamos que no se olvide lo que él realizó. No es solamente su figura, sino el legado hacia los mexicanos”, dijo el doctor Adolfo Martínez Palomo a El Economista, en una charla previa al homenaje.
Señaló que hay muchas razones para recordar la obra del Dr. Soberón, por un lado, él estableció a lo largo de más de 50 años bases para tener una educación superior y un sistema más sólido de salud, “esto es una tarea en la que hay que seguir avanzando sobre todo en estos momentos en que, tanto el sistema de salud, como la investigación científica están en un problema muy grave”.
Recordar al doctor Soberón, dijo, es particularmente importante en esto días, “no solamente es recordar a un gran personaje en sus distintos puesto clave, como rector (de la UNAM) o secretario de Salud. Desde que inició en el laboratorio de bioquímica, cuando regresó de Estados Unidos, desde entonces trató de impulsar una investigación de calidad, con libertad, tanto para los individuos como las instituciones, y de trascendencia, unida a la formación de jóvenes investigadores”. Agregó que esta es una tarea que no se ha acabado, “pero lamentablemente las dos primeras, la calidad y libertad, hoy están en peligro”.
Al seguir hablando sobre su legado, Martínez Palomo asegura que siempre actuó como un científico, “desde el principio de su carrera, hasta lo último que hizo”, pues siempre tuvo de su mano los elementos esenciales de la ciencia, la libertad y la verdad. Como médico también fue un excelente internista en el hospital de nutrición que luego fue el Instituto y después como investigador, tan solo en la Secretaría de Salud hizo doce volúmenes sobre cómo mejorar la salud en nuestro país.
También entendía la necesidad de hacer asociaciones, por eso participó de la creación de diversos espacios colectivos, como la Fundación Mexicana para la Salud, “que ha ayudado mucho a la pandemia, establecida junto con 100 grandes empresarios”; después, el Consejo Consultivo de Ciencias, “que desde la administración pasada se acabó con ella y ahora está enterrada, pero fue muy importante como idea y debería ser retomada en un futuro, para que la presidencia tenga asesoría científica y tecnológica”; también el Consejo Nacional de Bioética, “el cuál está teniendo una repercusión importante en establecer los principios del área en todos los sitios de atención para la salud”.
Los anteriores son ejemplos de cómo el doctor Soberón insistía en la necesidad de la asociación. “Algo que fue peculiar en él, es que cada vez que se proponía algo, se reunía con gente excepcional y competente; eso ha sido en parte uno de los secretos de su gran éxito, rodearse de gente inteligente”.
Martínez Palomo concluye que la manera en que la gente puede conocer su legado es que los que tuvieron la fortuna de conocerlo y a su trabajo, hablen sobre él, “comentando sobre lo que él persiguió, su idea de un México más culto, mejor educado y con mejor salud. Esto es algo en lo que pasarán muchas décadas y será un tema actual, siempre será necesario hablar de estos elementos”.
Po último, asegura que fue un personaje muy querido y con buen humor, incluso en situaciones complicadas, entre muchas de sus cualidades, por ello se siente orgulloso de ser parte de esta charla. “Cuando el doctor Carpizo me propuso para la Junta de Gobierno de la UNAM, en el Consejo Universitario me presentaron y surgió un tema conmigo, dijeron ‘ese doctor tiene un problema, es soberonista’, desde entonces yo he sido muy afecto a que me llamen así, acepto ese título porque siempre defenderé los principios por los que trabajó Soberón”.
¿Quién fue?
Guillermo Soberón Acevedo nació en Iguala, Guerrero, en 1925, y desde muy joven se interesó por las ciencias de la salud. Realizó sus estudios profesionales en la Escuela Nacional de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en donde obtuvo el título de Médico Cirujano en 1949, con mención honorífica, y obtuvo el grado de Doctor en Filosofía en la especialidad de Química Fisiológica en la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, en 1956.
Fue rector de la UNAM durante dos periodos (1973-1981) y secretario de Salubridad y Asistencia (1982-1986), y secretario de Salud (1986-1988).
Ingresó a El Colegio Nacional el 5 de noviembre de 1981. Falleció el 12 de octubre de 2020, en la ciudad de Cuernavaca, Morelos.
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