Durante la segunda mitad del siglo XX, el control de plagas urbanas, agrícolas y de interés económico fue hecho exclusivamente con plaguicidas químicos y que, además, se creía que serían la solución definitiva.
Durante casi 40 años nadie se preocupó por los posibles efectos de estos productos sino hasta la década de los 80´s, cuando se observaron efectos en el ambiente (contaminación de suelo y mantos acuíferos), en la salud pública (intoxicación de personas por ingesta directa o exposición indirecta), en la producción agropecuaria y lo peor de todo, resistencia de las plagas. Esto provocó que continuamente se fabriquen nuevos productos con peores efectos, lo que genera a esta industria ganancias estimadas en más de 5 mil millones de dólares al año.
Existen diferentes tipos de plagas. En el entorno urbano son muy comunes los insectos, roedores, aves, caninos y felinos de varias especies. En sistemas agropecuarios se considera una variedad más amplia, tales como malezas, insectos, arácnidos, roedores, aves y microorganismos (hongos y bacterias). Para todos ellos existen muchos productos específicos.
En respuesta a esto, desde la década de los 90 del siglo pasado, personas dedicadas a la ciencia, en empresas y gobiernos de todo el mundo, incluido México, pusieron atención para tratar de controlar las plagas de manera sustentable y sostenible. Es así como el control biológico ha ganado importancia; es decir, el uso de algún organismo o derivado para controlar la población de otro considerado como plaga, sin extinguirla, lo cual mantiene el equilibrio ecológico y evita los daños colaterales del control químico.
El control biológico implica aprovechar las características que muchos organismos han adquirido por la evolución y adaptación a los nichos ecológicos. Por ejemplo, organismos depredadores que buscan activamente su alimento y que pueden consumir algunos organismos plaga. Están los parasitoides, principalmente insectos, que dejan sus huevecillos en el cuerpo de otros insectos donde eclosionan y se alimentan de sus hospederos hasta matarlos para después, en el exterior, reproducirse en vida libre. Finalmente, los parásitos que son capaces de introducirse en el cuerpo de sus hospederos donde consumen sus nutrientes, modifican su comportamiento, los matan y aprovechan este proceso para reproducirse en su interior.
Estos organismos se conocen como agentes de control biológico y los humanos los hemos estudiado y analizado, aprovechando sus características particulares. Esto ha hecho que en México incremente el interés en el tema, a tal grado que existan un gran número de publicaciones científicas. Por otra parte, en 1991 el gobierno federal creó cuatro centros nacionales de referencia para el control de plagas, ubicados en CdMx, Morelos, Tamaulipas y Colima.
El control de plagas ha sido modificado y adaptado principalmente con la directriz de la conservación del medio ambiente y el equilibrio ecológico, siendo una gran alternativa el control biológico que además es parte de una ideología de manejo integrado, mediante el uso de técnicas culturales, aprovechamiento de factores abióticos y cualquier actividad cuya finalidad sea el control de sus poblaciones.
Aún falta mucho por estudiar y es un hecho que las nuevas generaciones en ingeniería, agronomía, biotecnología, urbanismo, biología y ecología han puesto gran interés en alternativas sustentables de control de plagas.
Dr. Paul Misael Garza López
Instituto de Ciencias Agropecuarias de la UAEH