La Habana, 26 mar (ACN) La tercera y última experiencia de la XIV Bienal de La Habana arrancó oficialmente con la exposición Regreso al porvenir, que se encuentra disponible en la Estación Cultural de Línea y 18, en esta capital.
Más de 15 artistas presentes en esta gran fiesta de las artes se unen para expresar, a través de diferentes técnicas y mensajes, la realidad de una sociedad en pandemia, rodeada de problemas sociales y sumergida y controlada por la tecnología.
Celebrando los 120 años de Wifredo Lam y Marcelo Pogolotti, vanguardias artísticas cubanas, además del aniversario 60 de las Escuelas Nacionales de Arte, esta Bienal ha continuado favoreciendo el desarrollo del arte cubano, logrando intercambiar entre artistas nacionales y extranjeros.
Fotografías, instalaciones, pinturas acrílicas, inteligencia artificial, dibujos, ilustraciones, lienzografías, videoinstalaciones e intervenciones; todo tipo de arte presente en un mismo lugar.
La historia de un personaje en paralelo a una historia colectiva, ambas complementadas fuertemente entre sí, es uno de los mensajes del creador cubano Alejandro Gómez.
Por otro lado, artistas como el chileno Francisco Huichaqueo, Arnaldo Cristaldo y el colombiano Alejandro Sánchez, reflejan en sus piezas la difícil situación de muchos países de Latinoamérica con el tema de la vivienda y la propiedad privada.
Entre las novedades de esta exposición colectiva se encuentra la presencia de realidad mixta e instalación háptica, con las obras de Ruth Schnell y su COMBATscience Augmented II y la de la portuguesa Patrícia J. Reis.
La guerra y la paz, el acceso y uso de las tecnologías, la manipulación y la absorción de la ciencia por el ser humano, son otros de los contenidos tratados en Regreso al porvenir.
Glauber Ballestreo, Leo de la O, Michel Pou, Mónica Rixic, Patssy Higuchi y Diango Hernández son algunos nombres que destacan por sus piezas artísticas dentro de la estación cultural, contando, además, al cubano Yonlay Cabrera Quindemil con su botón para expresar duda, “Btrox-Dispositivo de control de vida”, y el mexicano Néstor Jiménez y sus pullovers “Supreme”.
La Bienal de La Habana ha sido siempre, desde su creación, un espacio para el desarrollo pleno de la creatividad y la renovación artística.
De igual forma, ha privilegiado que sean escuchadas las voces autóctonas y logró una vez más, articular el arte de cierta forma en la población cubana, permitiendo la interacción entre los ciudadanos comunes y el arte contemporáneo, para construir así, un laboratorio vivo.