Economista y militante de Revolución Democrática, Claudia Sanhueza (47) goza de una cercanía privilegiada con el Presidente Boric y su comité político. La nueva subsecretaria de Hacienda, doctora en Economía de la Universidad de Cambridge, declara que no solo participará activamente en el diseño y proceso de las reformas tributaria y de pensiones, sino que además buscará imprimir un sello feminista a la política pública que emane desde Teatinos 120.
Si bien nació en Santiago, la Escuela 14 en el antiguo campamento minero de El Salvador en el norte del país fue el establecimiento que la acogió durante gran parte de su niñez. Lectora de José Saramago y experta en temas de pobreza, la economista desliza alguna definiciones y parte de la estrategia de la reforma tributaria en su primera entrevista como subsecretaria de Hacienda.
¿Cuál va a ser su rol y su sello durante su paso por la Subsecretaría de Hacienda?
Quiero decir que he estado desde el principio en la formación del Frente Amplio y conozco bien las reformas que queremos impulsar y que van a tener al Ministerio Hacienda muy involucrado. Tendré un rol técnico y también político. Por una parte, está el rol que puedo jugar en el diseño de las reformas tributaria y de pensiones en que ya estoy participando y también en construir alianzas con distintos sectores y ministerios en el mismo gobierno. Para este año viene todo un programa de recuperación económica en que también me estoy involucrando así como los temas verdes desde Hacienda. También quisiera darle un sello desde lo feminista a la política pública en mi paso por la Subsecretaría y que se puede traducir tanto en materia impositiva como de políticas públicas más generales que impulsemos como ministerio. En la parte tributaria estaré involucrada en el diseño del proceso de diálogo y en la parte técnica relativa a la evasión y elusión tributaria.
¿Cuál será la estrategia legislativa para avanzar con la reforma tributaria? El ministro Marcel ya anticipó que la reforma irá en varios paquetes tributarios.
Estamos aún en etapa de definiciones sobre eso. La idea es presentarla como una reforma tributaria coherente, que puede ir en distintos proyectos o paquetes tributarios.
¿Estos proyectos o paquetes tributarios se enviarán como un todo en un mismo momento o parcelados en el tiempo?
Los proyectos de la reforma tributaria podrían ser enviados al Congreso en distintos momentos para hacer más fluida la discusión. Es importante decir que la reforma es también una respuesta tributaria a las necesidades de Chile, que tienen que ver con el estancamiento en el crecimiento de la productividad, con la necesidad de tener mejores bienes públicos, con inequidades territoriales y con la crisis climática, para dar estabilidad y certezas. Los distintos impuestos van a responder a esos objetivos, hay una coherencia detrás de eso.
¿El proyecto de evasión, elusión y exenciones será el primero en enviarse al Congreso teniendo en cuenta que son anclas recaudadoras importantes para el inicio del gobierno?
Sí, probablemente. Esa es una discusión que está muy adelantada. En exenciones hay un trabajo que se avanzó en el gobierno anterior y durante el trámite de la PGU. Con el tema de evasión y elusión también hay un proyecto en el Congreso sobre saldos en las cuentas corrientes que nos parece importante impulsar. Eso ayuda a avanzar en ciertas cosas. Tal como se ha dicho, el primer paquete tributario podría incluir también las otras componentes de la reforma a los impuestos personales, pero es algo que está definiéndose.
El 40% de la recaudación tributaria que estimamos hacer es por la disminución de la evasión y elusión de impuestos y además coincide con que la Subsecretaría de Hacienda está muy relacionada con los servicios que están involucrados en eso. Es muy coherente que me involucre un poco más en ese tema. También hay un tema de potenciar y avanzar en la modernización de servicios como Impuestos Internos, más allá de todo el tema legal.
¿Cree que avanzar en impuestos verdes, que incluye una revisión del impuesto al diésel, es una idea apropiada en momentos de fuerte alza de los combustibles?
Eso es parte de las cosas que estamos conversando y que va a ser parte importante de lo que observemos para enviar este otro paquete de los impuestos verdes, que siempre lo vimos muy separado del resto del contenido de la reforma.
Es decir, ¿los impuestos verdes van como un paquete tributario separado del resto de la reforma?
Sí, completamente separado, y tiene ir complementado con subsidios específicos. Ese tema probablemente va a ir un poco después. Todo el panorama se agravó un poco por el tema de la guerra en Ucrania y el aumento de los precios de los combustibles. Sin embargo, es algo en lo que hay que avanzar.
¿A qué se refiere específicamente el gobierno cuando habla de pacto fiscal?
Estamos centrados en el diseño y el diálogo, el escuchar a las personas, conversar con los actores y así construir una reforma que tenga amplio apoyo. Ha aparecido el concepto de nuevo pacto fiscal porque estamos en un momento bastante especial y crítico, como lo fue después de la dictadura, cuando se hizo una reforma tributaria como un pacto fiscal. Hoy estamos en un momento similar, en el sentido de que venimos con varias crisis y desafíos que hay que enfrentar.
A diferencia del proceso anterior, se trata más bien de un proceso de diálogo social, técnico y político, que un papel que alguien vaya a firmar. Es una reforma tributaria enmarcada en una conversación, un diálogo, que responda a los desafíos que tenemos.
Aún existen dudas en distintos sectores sobre si la reforma de pensiones del gobierno respetará la propiedad de los fondos a los afiliados.
Más sobre Claudia Sanhueza
Eso siempre lo hemos descartado, pero se instala como una falsa disputa. De ninguna manera se pierde la propiedad de los fondos actuales y también futuros. Las cuentas son de las personas, como hoy día los fondos son de las personas que tienen acceso a estos cuando se jubilan, y eso debe respetarse. Más bien hay que complementar, porque lo que está pasando hoy es que los fondos no alcanzan para pagar pensiones suficientes. Por eso se necesitó la creación de un Fondo Solidario que complemente. De ninguna manera tocar esos fondos, más bien agrandarlos.
Eso para los flujos pasados, pero ¿qué pasa en los flujos futuros?
En el acuerdo de implementación programática teníamos ciertos principios que debemos detallar ahora, después del proceso de diálogo, pero uno de esos principios es que se respeta la propiedad privada de los fondos previsionales y se pone énfasis en materializar el derecho a la seguridad social.
¿Se mantiene la eliminación de las AFP en la reforma de pensiones?
El programa lo que dice es que necesitamos construir un sistema de seguridad social en donde el negocio no sea un objetivo. El problema con el actual sistema es que las AFP tienen enormes utilidades que no son coherentes con un sistema que no da suficientes pensiones. Hay que corregir eso. Eso significa cambiar el sistema actual por un sistema de seguridad social.
Tenemos principios en este tema, pero queremos escuchar a la ciudadanía y ver, después de ese diálogo, qué pasa. Ese diálogo debiera empezar después de la reforma tributaria. La idea es enviar el proyecto durante el primer año de gobierno.
¿Qué le parece que los parlamentarios nuevamente estén proponiendo un retiro desde los fondos de pensiones?
No es algo que esté en nuestro programa ni en nuestro proyecto. No es nuestro foco, así que no es algo que vamos a apoyar. Hay que tratar de entender que los retiros son malos para las pensiones de las personas.
¿Qué tan prioritario es mandar el proyecto de 40 horas este año, teniendo en cuenta el alto desempleo e impacto de la crisis en Ucrania en la economía?
Es parte de la agenda de trabajo y es parte de lo que se va a conversar también. El proyecto de las 40 horas hay que discutirlo con profundidad y ver como se implementa, en particular, su gradualidad. Hay que mirar cuáles son los posibles impactos en el mercado laboral y para eso necesitamos hacer estudios. Además, Chile tiene una estructura productiva distinta y ciertos sectores podrían verse más afectados que otros. Hemos dicho también que no queremos afectar a las pymes. Hay que tener la discusión, pero tenerla de manera profunda y amplia. Con prudencia.
¿Qué tan prioritario es para usted el crecimiento económico?
Queremos un país que crezca, pero que crezca de manera inclusiva. No a cualquier costo. De manera tal, que todos los grupos se sientan beneficiados. Lo que ha pasado en los últimos años es que no todos se han sentido completamente beneficiados por el crecimiento económico.
El Ministerio de Hacienda está liderado por un fiel representante de los últimos 30 años, Mario Marcel. ¿Cuál es su opinión de los últimos 30 años?
En los últimos 30 años se avanzó en muchos ámbitos y en otros ámbitos se avanzó en direcciones incorrectas o no se avanzó. Nadie niega que ha disminuido la pobreza en Chile en términos monetarios, pero los temas de desigualdad no fueron abordados de manera sistémica. Se mantuvo también este rol subsidiario del Estado, que produce un efecto bien negativo, que es el tema de la segregación en los ámbitos de salud, educación. Eso, a su vez, produce desigualdad en el trato de los ciudadanos.
Una de las cosas que pasaron en los 30 años tienen que ver con la distancia que se produjo entre la elite política y económica con el resto de la ciudadanía. Esa distancia produce malos efectos en la misma política pública. Eso es algo que no podemos permitirnos ahora.
¿Eso es culpa del neoliberalismo?
Más que culpar al neoliberalismo, es más bien la falta de políticas públicas concretas para enfrentar el tema.
¿Cuál es su opinión sobre los resultados que ha tenido hasta ahora la Convención Constituyente? ¿Cree que la visión crítica de los empresarios, la oposición y diversos sectores es exagerada?
La Convención Constituyente tiene que seguir su proceso, aún no hay resultados. No veo ningún problema en que haya distintos diálogos de distintos actores. Confío en que el proceso va a resultar en producto que va a ser bueno. Tengo confianza en el proceso. Los procesos constitucionales en muchos países son también espacios de diálogo social entre sectores que usualmente no se sientan a una mesa a conversar y eso es lo que estamos viendo. Me parece que cuestionar un posible resultado cuando aún no existe, es prematuro.