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- Referente trans, Allan Segura es uno de los abanderados de la Next Generation de Men’s Health por su activismo y visibilidad.
- La transformación de Carlos Alcaraz, en portada de Men’s Health.
- Cuánto ejercicio tienes que hacer según tu edad.
No cabe más orgullo en el cuerpo de Allan Segura, ese que demuestra que se ha hecho a sí mismo en todos los sentidos. El valenciano, que en 2021 representó a la Comunidad Valenciana en el certamen Mister Gay Pride, nació mujer, y ahora es todo un referente trans después de haber pasado por un proceso de aceptación y transición no carente de obstáculos. Su visibilidad y activismo le convierten en uno de los nombres de lo que hemos llamado la ‘Next Generation’ Men’s Health: jóvenes talentos –con el tenista Carlos Alcaraz a la cabeza, la portada más joven de nuestra historia– que destacan por sus valores dentro y fuera de su círculo de acción.
Desde las redes sociales se ha convertido en un faro que trata de guiar a otros chicos y chicas que se plantean iniciar el proceso de transición, tal y como él hizo. “Fue mi actual pareja quien me dijo… ‘Tienes mucho que decir, ¿por qué no lo haces por redes sociales?’”, recuerda. De pequeño, cuando aún era una niña, Allan se miraba al espejo y veía lo que quería ser, un hombre con un cuerpo fuerte y musculado. “Pero eso no era lo que la gente veía. Los demás veían una niña con su uniforme, porque yo iba a un colegio religioso”. Tras haber sufrido bullying en la adolescencia, Allan tomó la decisión de iniciar el proceso de resasignación de sexo, y ahora luce un cuerpo de cine gracias al fitness –y a su referente portada de MH– y a los dos principios que guían su vida: constancia y actitud.
¿Cómo resumes todo tu proceso hasta llegar a este plató hoy?
Qué buena pregunta. Pues la verdad es que es un logro. Es muy importante para mí estar aquí. De peque… yo siempre vuelvo a esa infancia, a cuando me miraba en el espejo y, bueno, a la imagen que yo veía era la que yo tenía en mi mente, pero no la que realmente la gente veía cuando estaba hablando conmigo. Ellos veían la imagen de niño con su uniforme, pero realmente lo que yo veía en el espejo era un hombre, una persona como grande, con músculos. Un cuerpo, para mí, el perfecto, que por supuesto no tiene que ser para nada el de todos . Así que no sé, es ilusión, alegría, es mucho sacrificio, es lucha, lucha interior, crecimiento personal. Son muchas cosas las que me hacen estar hoy aquí, y la verdad es que estoy súper orgulloso.
¿Cuál es la mayor adversidad en cuestiones de género que te has encontrado a lo largo de tu vida?
Pues, al final, creo que ha sido primero la sociedad, y luego uno mismo. Siempre ha sido el tema de encajar. Encajar primero como chica y luego como chico. En cuanto a estética, la ropa, los atuendos. La imagen, o el futuro que esperaban mis padres, mi familia, mis amigos sobre mí, que luego fue todo lo contrario. Yo creo que estamos en una sociedad en la que la estética, los estereotipos, todo importa, y creo que al final nos hace colapsar. Cuando era chica porque vestía muy masculino, con ropa de chico. De hecho, en el colegio religioso lo que separaba chicos de chicas era el uniforme, y yo decidí llevar el chandal que era lo común, lo mixto. Y ahora hoy en día como chico he sido criticado porque me asemejo al estereotipo de hombre que en teoría te inculca la sociedad. Pero es muy fuerte porque no me dejan nunca ser yo.
Me imagino en el colegio, en la calle… No sé si has llegado a sufrir algún tipo de discriminación por todo esto.
Pues es curioso, porque durante la transición no. Yo sufrí bullyng con doce años, fue en el momento en el que sabes que se empiezan a hacer los grupos…No sé, antes no mirábamos el género realmente, era más de mayor cuando empieza todo a dividirse. Y bueno, empezaron mis compañeros con los que siempre me había llevado bien, empezaron a salir de fiesta, a fumar, a beber alcohol, y yo en aquel momento no quería. Y ya por eso era como el rarito, ¿sabes?. Y fue en ese momento, porque no quería en ese momento probar, y luego porque no vestía acorde a las chicas de mi clase, yo pues vestía como muy masculino. Y durante la transición es curioso, pero no he recibido…como decirte… insultos… He tenido una transición muy positiva. En el único ámbito sería en el tema de redes sociales, a la hora de ligar, en aplicaciones tipo Tinder, Grinder… el único momento en el que a lo mejor he podido recibir algunas palabras peyorativas.
Para los que sean un pco ajenos a este mundo y al colectivo en general, explícales que no tiene nada que ver el hecho de nacer mujer y sentirte identificado como hombre, pero que a su vez te gusten los hombres y por lo tanto seas homosexual.
Esa pregunta es muy cotidiana, y lo entiendo porque es que no hay información, estamos aterrizando ahora en todo este mundo de la diversidad. Pero, bueno, lo explico rápidamente: una cosa es la identidad de género, es decir, lo que tú eres, cómo tú te sientes, y otra cosa es pues aquello que te gusta, lo que te pone, te atrae. Son dos cosas totalmente distintas la identidad va por un lado y por otro la orientación.
¿Y cómo ha sido en tu caso?
Yo es que he tenido una historia, yo empecé saliendo del armario como chica lesbiana muy masculina, tuve una pareja, pero no me sentía cómodo en ese rol. Y dije, esto no es lo mío para nada. Mientras estaba haciendo la transición es verdad que me metí mucho en conocerme a mi, en mis gustos, en lo que yo quería… Es que la final era conocerme, hasta elegir mi color favorito. Y luego es verdad que cuando sales como chico trans, todos, bueno no voy a generalizar, mucha gente salimos con un rollo como muy masculino y muy hetero… Tuve dos parejas, chicas, y bueno hasta ahí pues muy bien. Lo que pasa es que de repente aterrizó en mi vida una persona, actualmente mi pareja, Antes tuve un rollo con otro chico, y suena un poco duro, pero creo que estuve con esa persona porque me aceptaba como chico trans. Porque al final una de las cosas que siempre te viene a la mente es… ¿tendré pareja estable siendo trans? Y bueno, al final se me cruzó mi actual pareja, y empecé a sentir de verdad, empiezas a sentir mariposa sen el estómago, y dices… Me gusta un chico… tienes que reconstruirte y decir que no pasa nada, soy un chico trans gay, sin más.
Centrándonos en tu familia, ¿cuál es la persona que más te ha apoyado en todo este proceso?
Mi padre se enteró cuando ya llevaba cinco meses con testosterona, porque la voz… O sea, yo le decía que estaba resfriado, pero tanto tiempo… Yo estaba estudiando fuera, cada vez que venía a mi casa, yo como que quería decírselo ya pero no podía. Era muy complicado. Cuando se enteraron mis padres han sido un gran apoyo, me comprendieron, me ayudaron mucho con el tema de la transición, y quien más me sorprendió fue mi abuela, porque cuando yo le conté lo que había, que era un chico trans, fue muy guay. Enseguida me trató como Allan y en masculino. Y eso como que me llegó al corazón.
¿Ha existido la figura del psicólogo en todo este proceso?
Para empezar la transición tienes que ir a la unidad de género, que está compuesta por psicólogos especializados en el tema de género y por endocrinos, además de otras especialidades. Pero, bueno, estas son las más comunes. Las personas trans tenemos que pasar por un psicólogo, el cual hace un informe, antiguamente de disforia de género. Yo no sé si esto ha cambiado, en la Comunidad Valenciana, con la ley del 2017 las personas trans ya no tenemos que pasar por este psicólogo, pero no tengo muy claro que esto se esté llevando a cabo. En teoría, el psicólogo está ahí para apoyar, para guiar. pero yo me encontré todo lo contrario. Y esto no hace mucho, cuatro años . A mí me hicieron una especie de test muy raro de 1967, me preguntaban si me gustaría ser militar, o me gustaría ser florista. Entonces, claro, tú piensas. ¿qué pasa, que si me gustaría ser florista soy menos hombre que si me gustara ser militar? ¿Sabéis lo peor? Antiguamente, si, la gente tenía que pasar por eso, y la gente mentía en los tests, para poder el psicólogo firmarte el informe sobre si tenías disforia de género, y entonces ir al endocrino y dar paso a las hormonas. Que cuantas veces te masturbas, cuantas veces lo haces, fantasías sexuales, morbos…No sé, una serie de preguntas que vi muy fuera de lugar.
¿Y qué papel ha jugado en todo esto el fitness y tus entrenamientos?
Mucho. Yo soy una persona muy activa, soy un culo inquieto, siempre necesito estar haciendo algo. De hecho siempre me ha gustado mucho el deporte. Es verdad que siempre he tenido en la cabeza fútbol, fútbol, fútbol, y de ahí nunca me sacaban. De hecho las monjas me llamaban Mopa, porque siempre me tiraba por el suelo del patio, siempre estaba jugando al fútbol. Pero ha sido sobre todo a raíz de la transición, empecé con las hormonas, justo más o menos en ese año, que ya me fui a estudiar fuera a Valencia, me apunté a un gimnasio. Y sentí que estaba haciendo lo que llevaba años queriendo hacer. El poder cambiar mi cuerpo, al principio cogía cinco kilos y yo decía, madre mía, es penoso, yo nunca voy a poder tener el cuerpo que yo quiero, pero dos palabras que siempre se han quedado conmigo, que son constancia y actitud. Igual llegaba a mi casa de trabajar a las doce de la noche de un camping y me ponía a hacer abdominales porque me tocaba hacerlos.
Constancia y actitud. ¿Tienes un lema para guiarte hacia tus metas o son solo esas dos palabras?
Ahí me pillas. La verdad es que soy muy de frases y tengo un cuaderno con frases que me gustan. Pero creo que esas dos cosas marcarían mi transición, mi etapa, mi crecimiento, quien soy hoy en día.
¿Cuáles son tus objetivos para seguir reivindicando todo lo que aún tiene que conquistar el colectivo LGTBI hoy en día?
Mis valores son visibilizar esta doble realidad, la de un chico trans y gay. Así que bueno, me encantaría dar charlas. Creo que en la sociedad hacen falta muchos referentes. Siempre les digo lo mismo a las personas que me preguntan, que tienen que ser su mejor versión y ser ellos mismos. Pero siempre necesitamos personas, y yo quiero aportar mi granito de arena para dar este paso de la vida, e intentar hacer todos los proyectos en positivo, ya sean en redes sociales, de fotografía, entrevistas donde se me dé voz y poder contar mi experiencia.
Háblame un poco de tus ídolos, de tus referentes trans.
Hay un chico trans en Estados Unidos, que salió en la revista en 2015, y desde ese momento la verdad es que en mi cabeza hizo un click. Para nada tenía el cuerpo que tengo ahora, pero yo lo vi y me dije buah, me encantaría hacer una entrevista como la hizo él. Entonces, al final ha sido un si ellos han podido yo también puedo, ¿sabes? Ya no hay que diferenciar a las personas trans de las cis, simplemente verte tú en el espejo y decir “vale, pues yo quiero esto o no quiero aquello”. Se llama Aidan Dowling, pero es que te podría decir muchos.
Hablando también de Instagram, supongo que valoras muy positivamente el poder que tienen las redes sociales para interactuar con personas que están en un proceso de transición.
Pues la verdad, creía que se me iba a quedar muy grande y hay algunos momentos en que lo pienso. Yo empecé mi activismo en una asociación LGTBI primero como voluntario, luego hice las prácticas porque me gustaba. Pasé por muchos grupos, el de adolescentes, el grupo joven, el de salud sexual, el grupo de mayores…Y de cada uno de ellos he prendido algo. Sobre todo se me queda el grupo de mayores, porque ese activismo, esa lucha que hicieron, sacrificio y tantas muertes, creo que es lo que me hizo dar el paso a ser activista y a intentar poner mi granito de arena. Yo estaba acostumbrado a un activismo de calle, pero cuando me volví a mi ciudad mi pareja me dijo ‘tienes mucho que hablar, tienes mucho que decir, por qué no lo haces por redes sociales’. Yo en su momento intenté hacer un canal de youtube, el cuál borré, pero ahí estaban los vídeos. Y ahora mismo es cierto que es una gran pantalla, es una plataforma enorme. Nos llegan muchísimas preguntas, sobre todo de mamás y papás de nenes y nenas trans, es maravilloso porque intentan buscar como sea ayuda, información, y creo que es algo clave que busquen esa ayuda en otras personas. Y te digo que a veces se me hace un poquito grande porque es que hay problemas, familias muy complicadas, que creo que a mí se me va de las manos. A veces no soy yo quien puede dar una contestación…
¿En qué momentos?
Por ejemplo, me han llegado comentarios de adolescentes trans que eran como ‘sino me cambian el nombre del dni en las listas no voy al instituto’, ataques de ansiedad… Entonces te ves como que estás a distancia y yo estoy en mi casa, e intento buscar medios de a ver qué conozco, personas, pero ya no me corresponde a mí, sino a profesionales. Situaciones muy complicadas con el tema de la religión en Latinoamérica… Son situaciones que ya se te van de las manos. Yo de verdad que intento ayudar desde el corazón, intento hacerlo mejor posible y ayudar a mucha gente.
Entrevista: Joaquín Gasca
Fotografía: Fernando Roi
Vídeo: Ana Ruiz y Luis Cárcamo
Estilismo: Blanca Hidalgo
Grooming: Tati Garú
Producción: Asha Martínez
Ayudante de fotografía: Idoia Vitas
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