Para los miembros de SOS Colombia, el sector salud colombiano está en estos momentos en cuidados intensivos y requiere reformas profundas. / Jose Vargas – El Espectador
Foto: JOSE VARGAS ESGUERRA
Fue en 2018 que comenzaron a darse los primeros pasos de lo que hoy se denomina SOS Colombia, el movimiento integrado en su mayoría por personas vinculadas al sector de la salud y usuarios, que con lista propia quiere llegar al Senado para luchar desde ahí por sus derechos y por un mejor servicio para todos los colombianos. Dicen que se cansaron de las marchas, las protestas, las cartas y oficios, la falta de voluntad política y del manejo de personas que no tienen conocimiento de su realidad. “No es justo que el sector trabaje fiado, que no le paguen, que se demoren hasta un año para un salario”, dice Wilder Castilblanco, médico ginecobstetra, quien junto con su esposa, la enfermera profesional Liliana Tobar, arrancaron el proyecto.
Recogieron más de 308 mil firmas, pagaron el seguro de cumplimiento con mucho esfuerzo, recibieron el aval del Consejo Nacional Electoral (CNE) e inscribieron una lista cerrada de 25 candidatos al Senado, conformada por personas de diferentes áreas de sectores de la salud y representantes de los pacientes, convirtiéndose en una de las opciones en el tarjetón de este domingo 13 de marzo. La abogada laboralista caleña Carolina McCormick está su cabeza; en el segundo renglón figura Castilblanco y en el tercero Luis Fernando Meza, cirujano cardiovascular de Antioquia. Tienen gente en todo el país. Además de trabajar por reestructurar integralmente el sistema de salud, hablan también del mejoramiento de la calidad de vida de la población nacional, empleo en condiciones dignas, seguridad alimentaria, impulso del desarrollo agroindustrial, protección del medio ambiente, universalizar el acceso a educación pública de calidad, protección de los recursos públicos y legislar contra el maltrato animal.
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“Apuntamos a la reestructuración integral del sistema de salud, con un cambio de política enfocada a la prevención, con erradicación de la intermediación mercantilista, fortalecimiento de las redes públicas y dignificación de las condiciones laborales del talento humano en salud. Los candidatos de la lista al Senado de SOS Colombia nos estamos financiando nuestra campaña con recursos propios. Somos completamente independientes de cualquier grupo o cacique político tradicional, no tenemos maquinaria, lo cual le garantiza al votante nuestra transparencia, y además que nuestro único compromiso es con el pueblo colombiano y por cumplir nuestras promesas”, enfatiza McCormick, jurista que ha trabajado siempre en el sector.
“Somos un movimiento que no le debe nada a nadie. Hay médicos especialistas, generales, sicólogos, enfermeros, auxiliares, odontólogos, preparadores físicos, conductores de ambulancias, veterinarios, paramédicos, fonoaudiólogos. También el respaldo del comité nacional de inclusión de pacientes en condición de discapacidad, de pensionados, de los voceros de pacientes de enfermedades huérfanas. Todos somos personas que tienen como principio el servicio en general a la comunidad. Somos un movimiento nuevo, nadie tiene pasado político, no tenemos patrocinio de ningún partido”, recalca Luis Fernando Meza, el tercero de la lista. Los recursos para la campaña han sido limitados, cada uno ha puesto de sus ahorros e incluso uno hipotecó el apartamento para pagar el seguro a la organización electoral.
Para los miembros de SOS Colombia, cada que hay elecciones en el país, todos hablan de la salud e incluso hay políticos tradicionales que se les han arrimado a preguntar en qué pueden ayudar, con un interés particular, pero ellos se han mantenido al margen. De cara al pulso por la Presidencia, por ahora no hablan de apoyar a alguien pues, en su concepto, el tema de la salud no tiene color político. “Uno ve en los debates a la mayoría de los candidatos desprestigiando, criticando, haciendo oposición a los otros y se queda ahí. Nosotros somos un movimiento propositivo que se quiere enfocar en la salud, que no solo implica que se esté enfermo, sino que tiene muchas determinantes: social, laborales, de educación, de nutrición, el medio ambiente. Somos un movimiento inclusivo”, agrega el doctor Meza.
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El problema, agrega el médico, es que la salud dejó de verse como un derecho fundamental y empezó a verse como un negocio, en el cual se paga un dinero por cada afiliado a unos intermediarios y este no fluye a las IPS. De ahí que sean 13 las entidades cerradas en los últimos 12 años y que varias estén actualmente intervenidas. “El balance no puede ser sobre la ganancia económica sino por el bien ciudadano. Hay una Ley Estatutaria en Salud aprobada desde 2015 y todavía no ha habido voluntad política para reglamentarla, después de siete años. Nosotros proponemos acabar con la intermediación financiera del sistema y con la tercerización laboral. Entre el 70 y el 80 % de los trabajadores del sector tienen contratos de prestación de servicios. Vamos a legislar a favor d ellos pensionados, que cada año pierden poder adquisitivo al ajustárseles sus mesas con el IPC y no el aumento del salario mínimo, y por saldar esa deuda histórica con las personas con discapacidad, que son tres millones y medios, además de sus 900 mil cuidadores”, concluye el médico. Saben que no será fácil, que el umbral para empezar a pensar en curules está en los 500 mil voto y quizás un poco más, pero están dispuestos a dar la batalla.