El mundo está lleno de desafíos, y muchos se traducen en la necesidad (o no) de decisiones políticas, es decir, decisiones que pocos toman a nombre de todos… sin ninguna duda las sociedades deben minimizar este tipo de situaciones para ser más libres y menos dependientes de los gobiernos, pero desgraciadamente no es así: ¡somos sociedades práctica y mentalmente dependientes!
Ahora con la crisis generada por la inaceptable invasión de Ucrania, se vienen varias de estas decisiones (las mencionadas y más), algunas ya estaban en el horizonte, pero deben acelerarse.
Uno. El precio del petróleo está por las nubes, y obviamente los combustibles suben en la misma (o mayor) proporción. Lo cual implica mayores ingresos por exportación de crudo, pero un mayor subsidio por la venta interna de combustibles cuyo precio está congelado (quizás en neto el Gobierno recibirá 2 o 3 mil millones adicionales). La gasolina súper debe ajustarse a los nuevos precios internacionales (¿o no?), pero en los demás combustibles ¿deberíamos aceptar algún cambio en precios? ¿o no modificar precios y simplemente compensar el mayor subsidio con los ingresos adicionales del crudo?
Dos. ¿Qué hacemos con el dinero adicional que llegará del petróleo, incluso suponiendo que una parte cubre el subsidio? La tentación es gastar más, y lo exigirán universidades, municipios, etc. Debemos evitarlo, sabiendo que en gran medida será simplemente malgasto, y más bien debemos mantener firme la necesidad de eliminar gastos improductivos (mayores ingresos no pueden ser un mal pretexto para evitarlo). ¿Qué hacer? Por un lado, algún programa muy específico, de alto valor y bien controlado como nutrición infantil. Por otro lado, ahorrar para que cuando cambie el ciclo económico (después de la guerra) no nos encontremos con las manos vacías.
Tres. Habrá una presión al alza de precios importantes como el pan. Un tema económico de mercado se puede convertir en político. ¿Se dejará el precio libre o se lo fijará desde el Gobierno?
Cuatro. Muchos sectores empresariales se verán impactados por la crisis y probablemente pidan ayudas al Gobierno. ¿Se las darán o se dejará que los empresarios ganen en las buenas y se ajusten en las malas como ahora con el impacto de la guerra (aunque detrás haya empleos e impactos sociales)?… Y un elemento adicional: si el Gobierno con sus cargas impositivas y malgasto es un lastre para la economía, ¿cómo pedir ajuste a los privados si él mismo no se ajusta?, ¿si el entorno que han creado los políticos es bastante malo como aranceles, impuesto a la salida de divisas, mercado laboral complicado, pocos tratados de comercio, etc.? ¿Qué mejorará de todo esto?
Cinco. Lo dicho: el mercado laboral es muy malo. ¿Cómo acelerar el proceso político para mejorarlo? ¿o el Gobierno, vía Ministerio del Trabajo, puede tomar decisiones sensatas, con las que empresarios y trabajadores en cada empresa puedan encontrar soluciones que sean razonables (aunque no perfectas) para ambos?
La política es complicada. Y los políticos no tienen una tarea fácil, porque deben evaluar mil opiniones y presiones, pero para eso asumieron esa responsabilidad (que no es un sacrificio, sino una responsabilidad asumida) y deben tomar las mejores decisiones, no las más demagógicas. (O)