Lo hemos escuchado y leído muchas veces: que una copa de vino al día no es perjudicial para la salud, y que incluso es beneficiosa. Pero, a la vez, otras campañas y estudios hablan sobre que la cantidad ideal de alcohol para el cuerpo es 0, y parece que son varias las personas relevantes de nuestro panorama social, como la Reina Letizia o Penélope Cruz, o del universo Hollywood como Blake Lively, las Kardashian en bloque Jennifer López o Naomi Campbell, entre otras, las que han decidido eliminar el consumo de alcohol de su vida.
Pero lo primero que hay que recordar es que el vino no es solo alcohol, y que los efectos beneficiosos vienen precisamente del resto de componentes. Por otro lado, es una de las bebidas fermentadas de más baja graduación (entre 10° y 14° de alcohol). El doctor Ramon Estruch, consultor sénior del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínico de Barcelona, y coordinador científico de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) es un gran defensor de la Dieta Mediterránea, en la que incluye el vino y la cerveza. Según Estruch la moderación en su consumo, es decir, una caña de cerveza o un vaso de vino al día durante la comida supone un 25 % del efecto protector de la dieta mediterránea: “El vino tiene un efecto protector por el alcohol que lleva de forma moderada y por los polifenoles, compuestos bioactivos que sintetizan las plantas para protegerse de sus enfermedades, del sol o de la sequía”, explica.
El experto sigue de forma intensa todos los estudios científicos que se publican sobre esta cuestión y asegura que ‘ganan’ los trabajos que hablan de los efectos saludables asociados al consumo moderado de vino, desde la evidencia científica, como parte de la dieta Mediterránea.
- Efecto antioxidante: debido a la presencia de flavonoides (sustancias que generan las plantas para defenderse) que en el caso del vino se encuentran fundamentalmente en la piel de la uva tinta y son los que le confieren ese color.
- Mejora la microflora: Diferentes estudios hablan de que el vino contribuye a una microflora intestinal más saludable y diversa.
- El resveratrol, una polifenol presente en la uva tinta, podría tener un efecto neuroprotector frente a enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer así como en procesos inflamatorios.
- Prevención de la menopausia precoz: A finales de 2021 un estudio científico publicado en la American Journal of Epidemiology señalaba que un consumo moderado de vino en las mujeres estaría relacionado con una menor incidencia de menopausia precoz. ¿El motivo? que el etanol incrementa los niveles de estrógenos en sangre, una hormona que disminuye durante la menopausia y los antioxidantes del vino que mitigan el estrés oxidativo.
Pero sobre todo, el elemento beneficioso más importante, el placer que nos provoca, especialmente cuando su consumo se produce en momentos de conexión social: amigos, pareja, familia… Por lo tanto SÍ a su consumo de forma moderada para las personas que elegimos consumirlo, pero con excepciones y noes rotundos a las siguientes casos.
CUÁNDO NO DEBEMOS TOMAR NADA DE ALCOHOL
En estas situaciones los beneficios del vino no superan los riesgos del alcohol:
- Durante el embarazo o cuando una mujer está intentado quedarse embarazada.
- En el caso de niños y adolescentes (aunque la realidad social con estos últimos sea distinta, conviene recordarlo).
- Tras episodios relacionados con adicción al alcohol.
- Con ciertas patologías hepáticas o de pancreáticas.
- Cuando se toman medicamentos incompatibles.
- Cuando se padece trastornos psiquiátricos que el alcohol podría enfatizar