Investigadores de la Universidad de Copenhague y de Shantou acaban de demostrar que la idea de resucitar especies extinguidas con ingeniería genética es mucho más compleja y difícil de lo que se creía. Traer a la vida especies extinguidas como los dinosaurios de hace 67 millones de años, o mamuts de hace 4.000, está en el imaginario colectivo en general y en el paleontológico en particular. Spoiler: No se puede.
La rata marrón de la Isla de Navidad
La investigación publicada en Cell Reports ha topado con un problema: el ADN también evoluciona. Cambia de sitio, los genes interaccionan unos con otros de forma distinta en unas especies y en otras, y esas diferencias es imposible verlas simplemente comparando secuencias. Han llegado a esa conclusión intentando completar el genoma de la extinguida rata marrón Rattus macearis de la Isla de Navidad.
Escogieron esta especie porque se extinguió a principios del siglo XX y estaba emparentada con una especie prima lejana muy estudiada. Había dos ejemplares en una colección de la Universidad de Oxford, por lo que el ADN podría ser fácilmente recuperable. La prima lejana con la que comparar la especie extinguida, la rata marrón noruega, es una especie con mucha trayectoria en investigación, de la que se poseía la información del genoma completo.
El ADN del genoma especies extintas puede ser irreconocible
Los investigadores lograron secuenciar el 95% del genoma de Rattus macearis, pero el 5% restante no coincidía ni correspondía con nada que se pudiese comparar. “Algunos genes han evolucionado tanto en especies relacionadas con la que intentamos recuperar, que es imposible reproducirlos, y no es porque el ADN no esté ahí, es porque es irreconocible”, comenta Gilbert en declaraciones a La Vanguardia.
“El ADN está fragmentado en trozos cortos, y debido a que algunos de los genes en la forma extinta han evolucionado para tener un aspecto tan diferente al de la forma viva, hay partes del genoma que simplemente no podemos recuperar”, explica Gilbert.
“El tema de la evolución es como coger una página de un libro en español y compararla con la misma página en español. Fácil. Ahora compárala con el portugués. Algunas palabras tienen sentido, otras se hacen más difíciles ya que algunas palabras han divergido más. Ahora ve al latín. Cuanto más divergen las palabras, más difícil es identificarlas. Y en el contexto genético, si no puedes identificarlas, no puedes hacer las ediciones en la rata marrón, que es nuestro caso”, concluyó el investigador.
Mamuts puede, dinosaurios no
Este problema afecta a un 5% del genoma de este caso. La viabilidad de la interpretación del ADN que falta es un problema que se ha de evaluar previamente, gracias a esta investigación, a la hora de abordar la edición genética y la reconstrucción de genomas de especies extintas. El primer límite es el del ADN disponible. “El ADN sobrevive en condiciones de frío, como máximo unos cientos de miles de años”, explica Gilbert. “Normalmente. Algunas excepciones hasta 1 millón de años, lo que hace bastante inviable recuperar especies de dinosaurios, ya que no hay ADN en ellos, pero en Mamuts sí podría suceder, ya que hay ADN que sobrevive”, comenta.
En cuanto a qué especies se están investigando en edición genética para, posiblemente, reproducirlas algún día, “los únicos esfuerzos actuales son el mamut, el lobo marsupial y la paloma mensajera”, aclara el investigador. “Hay intentos de cruzar los animales para recuperar la cuaga y el urogallo, pero hay que tener en cuenta que sólo se preocupan por el aspecto, no por la base genética”, incide.
Pero el aspecto no lo es todo. En cuanto a Rattus macearis, precisamente los genes que los investigadores fueron incapaces de reproducir eran genes relacionados con el olfato y el sistema inmunitario, ambas capacidades vitales para sobrevivir. En futuras investigaciones, Gilbert y su equipo probarán la edición genética en especies no extintas, es decir, convertir una rata negra en una rata marrón noruega. Según declaró Gilbert a Cell, aunque la idea le entusiasme desde el punto de vista científico, el proceso le hace dudar “Creo que es una idea fascinante en tecnología, pero uno tiene que preguntarse si es el mejor uso del dinero en lugar de mantener vivas las cosas que aún están aquí”, razona.