David Ramiro
Redacción deportes, 8 mar Enrique Plantey ha hecho historia para Argentina en los Juegos Paralímpicos de Pekín (China) con un diploma en esquí alpino. Sin embargo, el deporte es solo una parte más de su vida, que la reparte entre su faceta de emprendedor de una PYME y su trabajo en el Consejo de la Magistratura de Buenos Aires.
La vida de Enrique Plantey cambió a los once años, el 24 de febrero de 1995. Viajaba en coche con su padre y su hermano Nicolás por Neuquén y por el carril de enfrente pasaron unos conocidos. Frenaron, bajaron a saludar y a una camioneta que pasaba por ahí se le abrió el capó. El conductor perdió la visibilidad y embistió a los tres. El padre y el hermano murieron y Enrique sufrió una lesión medular que le mantiene desde entonces en silla de ruedas, hace ya 29 años.
La recuperación fue dura. Pasó cuatro meses en Cuba haciendo rehabilitación y un día, a su vuelta a Argentina, a Enrique se le presentó la posibilidad de esquiar en San Martín de los Andes. Encontró una silla y la probó, pero fue en Aspen (Estados Unidos), con el programa ‘Work and travel’, cuando vio a gente competir y decidió tomárselo más en serio hasta llegar a sus primeros Juegos, en Sochi 2014.
Su progresión le llevó hasta los Juegos de Sochi 2014 y después hasta PyeongChang, de los que regresó con un undécimo puesto en la prueba de eslalon. Ahora, cuatro años después, en la capital china ha logrado el ansiado diploma con el que soñaba tanto al concluir octavo en supergigante, el mejor resultado histórico de Argentina en una cita invernal.
Plantey marcó el octavo mejor tiempo en meta con un crono de 1:15.89, a 6.20 del campeón, el noruego Jesper Pedersen.
El deportista argentino llegó a Pekín en un buen momento deportivo. Sus entrenamientos en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD) han dado sus frutos, como quedó patente hace dos meses, en el Mundial de Lillehammer (Noruega), en el que fue séptimo y octavo en las pruebas de eslalon y supergigante, respectivamente.
Aparte de por el diploma, Enrique Plantey está viviendo un sueño en Pekín. En la ceremonia de apertura fue abanderado, algo que califica como “una experiencia única en la vida y un sentimiento muy especial”.
El diploma de Enrique Plantey, de 39 años, es el segundo de un deportista argentino en los Juegos de invierno tras el logrado hace cuatro años por Carlos Codina en snowboard cross en PyeongChang 2018.
Más allá del esquí, la vida de Enrique Plantey se desarrolla en el entorno de la abogacía. A la espera de licenciarse trabaja en Buenos Aires como empleado en el Consejo de la Magistratura y junto a uno de sus mejores amigos, Mariano Tubio, también parapléjico debido a un accidente, está desarrollando una pequeña empresa dedicada a la creación de un dispositivo que se adapte a una silla de ruedas y pueda convertirse en bicicleta o triciclo.
Uno de sus últimos proyectos también fue el libro ‘Sexistimos’, escrito junto a su pareja, la española Triana Serfaty, que relata su experiencia entre el sexo y la discapacidad, un tema que, como confiesa, “aún es tabú en muchas ocasiones”. EFE
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