Los hábitos de compra irregulares que comenzaron en la pandemia, caracterizados por las compras de pánico y los problemas en las cadenas de suministro, también han impulsado a que más personas prueben la leche de origen vegetal, señaló Denise Purcell, vicepresidenta de contenido y educación para la Asociación de Alimentos Especializados, y experta interna en tendencias.
“Los estantes estaban vacíos y las personas se estaban abasteciendo porque sabían que iban a quedarse en casa, y esta era una oportunidad por si no conseguían el tipo de leche que solían comprar”, explicó Purcell. “Fue como una iniciación. La probaban y eso hacía que probaran otros productos”.
La pandemia también hizo que más gente cocinara en casa, tanto con leche de vaca como vegetales. Pero Olson, la analista de alimentos y bebidas, indicó que, aunque se espera que las ventas de la leche regular retomen la trayectoria descendente que tenían antes de la pandemia, la leche vegetal seguirá beneficiándose de la ola de interés en la alimentación basada en plantas.
Las ventas de leche vegetal en Estados Unidos sumaron un total de 2500 millones de dólares a finales de 2020, con lo que representaron el 15 por ciento de todas las ventas minoristas de leche, y el 35 por ciento del mercado general de alimentos de origen vegetal. Olson afirmó que, para el final de 2026, se proyecta que las ventas de las alternativas a los lácteos representen el 30 por ciento de todas las ventas de leche. Gran parte de ese crecimiento, según Purcell, vendrá de productores pequeños.
Las leches vegetales han existido desde hace siglos en culturas de todo el mundo. La horchata, una bebida cremosa hecha de chufas (una especie de tubérculo) molidas, nació en África del Norte hace un milenio, y se hizo popular en España y América Latina. La leche de coco, elaborada con el líquido de la pulpa rallada de coco, se ha utilizado durante siglos en Asia meridional, Sudamérica y el Caribe.
Desde hace tiempo, los indígenas estadounidenses, sobre todo en el noreste del país, han usado nueces para preparar mantequilla y leche para los niños. La leche de almendra ha sido un ingrediente básico en África del Norte, Europa y Medio Oriente desde hace casi 1000 años. Mientras la leche de almendra se popularizaba en Europa, aumentaba el uso de la leche de soya en China, y para los años setenta y ochenta, la leche de soya se podía encontrar en las tiendas de alimentos saludables de todas las naciones occidentales.