Recientemente ha aumentado el interés por adquirir buenos hábitos alimenticios desde edades cada vez más tempranas. A través de la cultura de la alimentación, se pretende mejorar la calidad de vida de las personas y la adaptación de actitudes saludables. Sin embargo, no solo es importante elegir correctamente qué comer, sino que hay que tener en cuenta los momentos en que se ingirieren los alimentos y adaptar estos hábitos al estilo de vida de cada uno.
El interés por la seguridad alimentaria, la alimentación sostenible, el origen de los alimentos, la elección de productos saludables o el refuerzo del sistema inmunológico a través del cuidado alimenticio son algunos de los cambios que se están viendo reflejados en la población.
Esta transformación de la cultura alimentaria ha sido impulsada con mayor ligereza a causa de la pandemia provocada por el Covid, ya que la alimentación saludable es fundamental para reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes, osteoporosis, algunos cánceres, sobrepeso y obesidad o hipercolesterolemia, entre otras.
Además, la variedad de alimentos en algunas dietas, como la mediterránea, facilita la adaptación de estas nuevas tendencias que se preocupan por consumir productos sanos, naturales y saludables.
Nuevos hábitos en el contexto Covid
La crisis sanitaria ha fomentado el aislamiento social y esto, a su vez, ha estimulado que se desarrollen nuevos hábitos que están dejando huella tanto en el sector alimenticio como en el de consumo y el de salud. La Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC) enumera cinco tendencias alimentarias nacidas tras la irrupción del Covid:
Redefinición del bienestar. Según los expertos, es un tema que cada vez interesa más a los consumidores debido a que el confinamiento afectó al estilo de vida de todos. De esta forma se ha observado un auge hacia el bienestar y una alimentación más holística.
Ahora los consumidores salen menos a comer y cenar a restaurantes y buscan replicar la experiencia de estos establecimientos en el hogar, por lo que está aumentando el interés por aprender a cocinar, utilizando la comida como un medio de expresión, comodidad y comunidad.
Los expertos aseguran un incremento en la demanda de kits de comida y recetas para experimentar en la cocina. Así, la comida a domicilio, aún tras la relajación de las restricciones en la movilidad, también sigue en auge.
Planificación de las comidas, menos desperdicio y más concienciación. El miedo a exponerse al virus ha estimulado que la compra para el hogar vuelva a hacerse semanal y mensual. Asimismo, las comidas se planifican para evitar el desperdicio de alimentos.
A pesar de que los grandes supermercados siguen siendo los favoritos por la gran variedad de productos que ofrecen, lo cierto es que también se ha experimentado un auge de lo local y la proximidad. De esta forma, se vuelve a dar más importancia a la estrecha relación con la tienda de toda la vida y a la producción de alimentos locales.
Tendencias en auge
La organización ProVeg España señala que existen más de cinco millones de personas consideradas veganas, vegetarianas o flexitarianas en España, cifra que ha crecido considerablemente desde 2017. Pero estas no son las únicas tendencias que han experimentado un aumento de seguidores, sino que otras como el realfooding, los productos con storytelling o el consumo de grasas vegetales también se han puesto de moda estos últimos años.
Cuando hablamos de realfooding nos referimos al estilo de vida que elimina los productos ultraprocesados de su dieta como los refrescos y bebidas azucaradas, bollería, zumos envasados, cereales refinados y barritas, snacks salados, salsas comerciales, pescados procesados, lácteos azucarados o galletas y derivados, entre otros.
Todos estos alimentos ultraprocesados no utilizan ingredientes frescos y muchos de ellos son sometidos a procesos como la hidrogenación de aceite, hidrólisis de las proteínas o refinación de harinas, por lo que se consumen en mayor medida los alimentos reales y naturales.
En el caso de los productos con storytelling, las marcas han comenzado a potenciar las historias visuales que emplea para mostrar sus productos al público, algo que ha conseguido que atraer a la población. Esta nueva tendencia no es otra cosa que apelar a las emociones y conseguir que el usuario sienta que está viviendo una experiencia única a través del alimento que está comiendo.
Por su parte, las grasas vegetales son aquellos alimentos considerados como menos perjudiciales y se han impuesto a las grasas animales, ya que son una gran fuente de energía y son ideales para que formen parte de la dieta equilibrada. Los aceites de oliva, girasol y de soja y frutas como el aguacate o las aceitunas son ricos en esta sustancia.