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Ingrid Grudke sorprendió a muchos al revelar un nuevo emprendimiento que la tiene tan involucrada como motivada. La modelo misionera abrió una heladería en su provincia natal, donde además de ser la propietaria está en el día a día de la atención al público.
“Mi pareja Martín trajo este proyecto, es una franquicia de Luccianos, hay diferentes locales en todo el mundo. No puedo desvincularme y como me dijo de hacer esto, lo hicimos. Decir heladera suena despectivo pero para mí es una empresa muy seria y multinacional, pretende ser el helado más importante del mundo”, comentó la modelo en diálogo con Juan Etchegoyen en Mitre Live.
“Me interesó meterme en ese mundo y yo hice perito mercantil en el colegio así que algo de números sé. Me gusta desafiarme, acá ya dicen ‘la heladería de Ingrid’ y por supuesto me ven ahí, estoy acompañando a los empleados que trabajan ahí”, agregó.
“Estoy en el detalle de que todos se sientan importantes y no se sientan solo empleados. Observo a cada uno que esté bien con lo que hace y el público que vino hasta ahora se fue conforme con la atención y lo rico que son los helados”, aseguró la modelo que también empezó a competir en el mundo del fitness profesional.
Según dijo, la gente de su provincia le agradece que haya vuelto a invertir en Misiones. “Yo siempre me desafío y me genera mucha adrenalina. Soy una modelo internacional que trabajé en todo el mundo y volví a apoyar a la provincia. Acá hay mucho potencial y tenemos libertad, aunque sea difícil trabajar en la Argentina”.
Grudke recientemente confesó en una entrevista que cuando tenía 23 años fue víctima de acoso mientras trabajaba en un comercial. “La pasé mal y me sentí incómoda muchas veces y era normal hace 25 años, en ese momento era natural y normal. Los hombres lo están viendo y cuando ellos empiecen a defender un poco el tema, eso va a cambiar”, contó.
“Son situaciones de acoso, de propasarse. El hecho de que vos trabajes con tu cuerpo y estés en ropa interior y mostrando lencería o haciendo una situación sexy, un comercial”, aseguró. Luego dio detalles de las situaciones incómodas a las que estuvo expuesta durante sus sesiones de trabajo: “Muchas veces daba derecho a decir: ´Si ésta no tiene problemas en ponerse en tanga, le doy un chirlo en la cola y está bien´. En un comercial me pasó eso, una situación incómoda y hasta el modelo me dijo: ‘Antes era normal, me tocó la cola’. En ese momento lo hablé con mi compañero y me enojé varias veces”.
Y sumó una reflexión sobre los cambios que se produjeron en los últimos años, y el trato que se brinda a las modelos en las producciones de fotografía y en las filmaciones: “Ahora todo el mundo lo subraya como una gran cosa, pero en ese momento era normal, cuando hoy a nadie se le ocurriría hacer eso. Hoy quizás esa persona se pregunta por qué hizo eso. Está bueno evolucionar. Te hace sentir incómodo, no tiene por qué existir ese abuso de autoridad y no está bueno”.
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