Un sábado, a eso de las 19 horas, BeSoccer es un hervidero de información, datos, estadísticas y fútbol. Lo que no suele pasar cada sábado es que entre por la puerta de la sede un campeón del mundo. Mauro Camoranesi (Tandil, Argentina, 4-10-1976) aparece con el pelazo que tanto le caracterizó, aunque algo más ordenado y corto, y con la naturalidad del que no ha ganado un Mundial, ha vivido en directo el cabezazo de Zidane a Materazzi y ha ganado varios títulos con la Juventus. Tras conocer nuestras instalaciones, nos atiende con tanta amabilidad como atención al Manchester City-Tottenham que se está jugando a nuestra espalda. “Lo tiene de hijo al City”, espeta cuando Kane celebra el 1-2 justo antes de arrancar una charla que recorre su vida, desde el jugador que fue hasta el entrenador que es y busca ser.
Pregunta. Para empezar, la gente del fútbol quiere saber qué es ahora de Mauro Camoranesi
Respuesta. Hace siete años, empecé mi carrera de entrenador después de haber dejado el fútbol. Ahora estoy esperando regresar al banquillo después de mi última experiencia hace un año en el Maribor de Eslovenia. Y ahora estoy esperando, paseando por España y viendo fútbol. Siempre relacionado con el fútbol”.
P. Una salida un poco rara la del Maribor…
R. “¡Una salida muy rara!”.
P. Porque el equipo iba primero…
R. Sí. Es parte de nuestro trabajo. A veces, las cosas van mal y uno se tiene que ir y a veces las cosas van bien y también se tiene que ir. Es la parte difícil de entender, pero bueno. Estamos satisfechos y tranquilos porque el trabajo que veníamos haciendo era bueno. A veces, los propietarios toman decisiones y creo que esta no fue por un tema deportivo, me imagino yo, sino por un tema estructural con la parte deportiva. Pero, en definitiva, creo que se terminó perjudicando al equipo.
P. Dijiste en alguna entrevista que te apetecía la Serie B de Italia o el fútbol turco, aunque también sonó un rumor en el fútbol ecuatoriano.
R. “Lo de Ecuador sí, tuve el contrato en la mano y todo”.
P. Deportivo Cuenca, ¿no?
R. Sí, me hizo una oferta oficial. Hablé con el presidente varias veces, llegamos hasta la última instancia. Después, decidí bajarme de ese proyecto porque no tenía garantías deportivas y sentía que no iba a hacer un buen trabajo si no las tenía. Decidí dar un paso al costado. En Turquía, tuve dos conversaciones con un equipo de Primera, pero a lo último se cayó. Lo de Italia, más que nada, es un sueño. Después de tantos años desde que me fui, volver como entrenador sería algo bueno. Lo mismo que aquí en España, por eso estoy aquí.
P. ¿Qué le quedó por hacer a Mauro Camoranesi en el fútbol como jugador? Como título, experiencia…
R. Como experiencia, y parece raro que te lo diga, pero me habría gustado jugar en España. Tuve dos oportunidades para venir. Me parecía que, por mis características, era un campeonato que me habría quedado muy bien. Pero no se dio en su momento con el Valencia ni al final de mi carrera con el Hércules. Pero creo que no me faltó nada porque nunca soñé que me iba a pasar todo lo que me pasó. Estoy agradecido por todo lo que viví. No puedo pedir más. No me faltó nada.
P. En una entrevista, definías a los entrenadores como “directores de empresas”. Si tuvieras que elegir tres para tu empresa, ¿a quiénes pondrías del panorama europeo o mundial? Leí una vez algo de Gallardo…
R. Es difícil. Ustedes viven de la estadística. A mí me gusta esa parte con el tema de los entrenadores. Hay varias categorías de entrenadores y hay dos categorías de clubes: el que juega para ganar y el que juega para estar en la categoría. Muchas veces, los perfiles de los entrenadores van muy relacionados con eso. Y muchas veces, no coinciden entrenadores que son grandes con equipos pequeños y que sufren cuando van a otras realidades, y los entrenadores de grandes equipos, que no es fácil, pero eso no significa que, si le dan oportunidades en equipos chicos, vayan a tener el mismo rendimiento. Todo está relacionado con la calidad de los jugadores que tengas en el equipo. Creo que lo más importante no es el entrenador, sino los jugadores. Y lo que digo sobre los directores de empresa es porque, en definitiva, es eso. Uno maneja y tiene a disposición los recursos humanos de una empresa, el que se prepara la comida, el que limpia, el que trae ciertos datos… En un equipo, es lo mismo. Uno tiene que saber relacionarse con los dirigentes, el director deportivo, los aficionados, con los padres, los managers, con los mismos jugadores y su familia, sus mujeres… No es fácil. Son muchos aspectos: dirigencias, fans, patrocinadores, familia… Hay un núcleo deportivo, que es muy íntimo, pero cuando acaba ese núcleo de dos horas de trabajo, tiene que saber llevar adelante todo el resto. Es muy lindo y estimulante, pero hay que prepararse para eso.
P. Ya conoces nuestra base de datos y la importancia que tiene el BigData en el fútbol de ahora. ¿Eres muy de datos?
Me gustan las estadísticas y utilizo algunos datos. Ustedes son el fiel ejemplo de que hay millones de datos. Me gusta usar datos, sobre todo, de mis jugadores para tratar de que mejoren. En cuanto a los rivales, sí trabajo con una persona fija que es la que se ocupa de los análisis de vídeo y estadísticas. Más que nada, busco las estadísticas de hacer y recibir goles y qué tipo de goles recibe cada equipo, Me gusta analizar ese tipo de cosas cada fin de semana. Y obviamente, los puntos débiles. No miro muchas estadísticas generales, pero sí esas tres o cuatro puntuales.
P. No has llegado a decir nombres propios sobre los entrenadores. Es complicado, pero ¿hay alguno que se asemeje a tu perfil o que admires, te llame la atención o creas que está por encima del resto?
R. ¿Por qué me voy del continente y dije lo de Gallardo en su momento? Con lo difícil que es el campeonato argentino, donde todo el mundo no tiene los mismos recursos, Gallardo le dio un salto de calidad a su equipo, que ya era campeón cuando él lo recibió, y logró mejorarlo. Mejoró a muchísimos jugadores, logró imponer un estilo y logró estar en un mundo tan difícil como el de Sudamérica más de cinco años.
P. No es fácil. Boca es un ejemplo…
R. Claro. Todos los años se cambia de entrenadores. Creó una isla bonita, demostrando buen fútbol y resultados, crecimiento de sus jugadores… Me gusta ese tipo de ejemplo. En Europa, hay muchos entrenadores… De lo que yo vi, me gustó, por los recursos que tenía y el fútbol que practicó, me gustaba Nuno Espirito Santo y el trabajo que había hecho en el Wolverhampton.
P. Un estilo muy reconocido, muy rocoso, poco vistoso quizás para el espectador.
R. Poco vistoso, pero no con el mejor equipo en un campeonato tan difícil, se impuso y me gustó, aunque luego se vino abajo, como todas las cosas.
P. Permíteme que te saque de tu escenario actual de entrenador. Quiero rescatar algunos puntos de tu pasado. Tenemos un Mundial este año y no todos los días se puede hablar con un campeón del mundo. ¿Por qué nunca se dio jugar con Argentina?
R. Porque se dio jugar con Italia (risas).
P. ¿Por llegar antes la opción?
R. Cuando llegué a la Juventus, no tenía expectativas de jugar en la Selección. Mi objetivo principal era asentarme, yo venía de un camino raro y difícil hasta llegar a Italia y lo más importante para mí y mi familia era asentarme y tener estabilidad en un lugar. Mi pensamiento estaba en eso. Fue tan rápido todo… Llegué a Turín en agosto de 2002 y debuté (con Italia) en febrero de 2003. Es un año y medio después y ya estaba jugando en la Selección. No era tan fácil, sobre todo para uno que era extranjero. Yo creo que el motivo fue ese. Cuando las cosas estaban muy bien, que yo recién había llegado, el entrenador me llamó y me dijo que me quería tener, que no le importaba que hubiera nacido en Argentina, que no tenía un jugador de mis características en el equipo… Y yo creo que esas palabras fueron más que suficientes.
P. Pasó el tren y había que subirse
R. Sí. Fue una oportunidad deportiva para mí inigualable.
P. De cara al Mundial, llega Italia de ganar la Eurocopa y no sé si la ves con posibilidades de hacer algo…
R. Tiene que clasificarse primero (risas).
P. Sí, sí. Claro. Y no es fácil…
R. Pasa esa cosa extraña: tiene el riesgo de no clasificarse para el Mundial por segunda vez siendo el campeón de Europa. Es algo muy extraño. La Eurocopa dejó bien claro cuáles son los mejores equipos del continente hoy. No fue una coincidencia ni una casualidad. Lo de Inglaterra, lo de Francia, lo de España y lo de Italia marcó una tendencia muy buena sobre casi todos los equipos europeo. Más allá de los resultados, las críticas y los momentos, en una competición tan corta, fueron los equipos más regulares por así decirlo. Con estilos… Bueno, España e Italia fueron bastante parecidos. Lo bueno que tiene España es que tiene un proyecto muy joven y un gran futuro. Con la experiencia de la Eurocopa para el Mundial, van a llegar realmente muy bien.
P. Me has destacado los europeos. En cuanto a Argentina…
R. En Sudamérica, es siempre lo mismo. Bueno, en el mundo es siempre lo mismo, los mismos equipos…
P. Ya decían eso de que que el fútbol es un juego que inventaron los ingleses, en el que juegan once contra once y siempre gana Alemania
R. Sí, eso decía Gary Lineker (risas). Sobre Argentina, lo que valoro no es que ganara un título (Copa América). Porque si nos paramos a pensar, desde 2011 y durante diez años, jugó tres finales de Copa América y una final mundial. El rendimiento siempre fue muy bueno.
P. El análisis debe ir más allá de una tanda de penaltis o un gol en la prórroga
R. Exacto. Una vez, hablando con un periodista de Chile, me dijo: “Les ganamos dos finales…”. Y le dije que cuando llegaban las eliminatorias (hacia el Mundial), mirara quién era el favorito. Chile nunca le ganó a Argentina en los últimos diez años. Le ganó solo por penaltis, en 90 minutos y el suplementario, nunca… Por dar un ejemplo. El equipo ha tenido un gran rendimiento, menos en el Mundial (de Rusia), que no fue bueno, pero siempre ha presentado equipos competitivos. Creo que el de Rusia fue el menos competitivo.
P. Permíteme unas pinceladas más…
R. ¡Ah! Y Brasil, obviamente. Yo lo veo como el favorito a este Mundial. Junto con esos equipos… Francia, Alemania lo tengo que poner siempre, España, Italia si se clasifica… No creo que le dé a Italia para poder pelear más de cuartos de final. Lo digo hoy (risas). Creo que Brasil, al menos en mi punto de vista, es el favorito.
P. Cambiemos de tema y miremos al pasado. Me llama la atención aquella Juventus que baja a Serie B y en la que os quedáis muchas estrellas. ¿Cómo se asimila? ¿Hubo dudas o no dudaste en irte al ‘infierno’?
R. Al principio sí, porque fue un momento difícil para todos. Es como si en un trabajo se enteran de que el dueño se fue de viaje y no va a regresar ya nunca más.
P. Y además, un descenso que no fue deportivo…
R. Claro. Hubo un poco de confusión. Y en esa confusión, sucedió de todo. Ahí, cada jugador tomo sus decisiones. La gran mayoría, en el primer momento, tuvo temor y pensó en irse. En mi caso, también fue parecido. Había firmado un precontrato con el Olympique de Lyon. En mi caso personal, el club me dio la libertad para irme al Lyon y luego de firmar un precontrato, me llama el club y me dice que no me voy a ir, que quieren que me quede. En ese momento, el club tenía la necesidad de vender jugadores. No era solo la necesidad del jugador. Entonces, me dijeron que querían que me quedara y eso fue un orgullo y un placer de saber que me quedaba. Mi familia también tenía ganas de quedarse en Turín, hacía siete años que estábamos allí. No es fácil. No puedo criticar a nadie ni elogiar a nadie porque son decisiones personales. Creo que cada uno de los jugadores que nos quedamos teníamos un motivo diferente. Para quien era muy joven, como Chiellini, jugar en Serie B no era un problema. Para quien era muy grande, como Del Piero, no iba a tener algo con otros clubes y también le permitió ser un emblema más grande todavía de lo que era. Lo de Buffon, lo de David Trezaguet, que venía de jugar una final de un Mundial… Todos veníamos de jugar la final e ir a jugar a la Serie B fue muy raro, pero fue bonito que todos tuviéramos diferentes motivaciones.
P. Sobre la Juventus, no sé si sigues siendo un fiel seguidor…
R. Voy a ser fan de la Juventus eternamente y eternamente agradecido.
P. ¿Qué te ha parecido el paso de Cristiano?
R. Fue muy positivo, extremadamente positivo, para el campeonato italiano, un campeonato que perdió mucho protagonismo en los últimos seis años. LaLiga y la Premier le han quitado mucha trascendencia. El 80% de los mejores jugadores del mundo prefieren jugar en LaLiga o la Premier. Y eso creo que, al fútbol italiano, lo fue dejando poco a poco en los últimos planos. Y la Champions League es el reflejo. Cuando uno ve a los italianos… Creo que la Juve fue la única en mantener ese perfil. Con Cristiano, con el regreso de Conte, con la llegada de Ancelotti en su momento… Le volvieron a dar luz, pero solo un año o dos. Luego Cristiano se va, Ancelotti se va, Conte se va, se acaba de ir Lukaku… Y otra vez, el fútbol italiano volvió a sucumbir en una oscuridad de la que le va a costar volver. Y todo, por dinero… El fútbol es dinero.
P. La última que te hago. Te tengo que preguntar sí o sí por el cabezazo de Materazzi a Zidane. ¿Cómo se vive eso en el campo, justo el día que se retira uno de los más grandes?
R. Mira, te comento esta. Cuando estábamos jugando el partido, éramos muchos los que hablábamos español: el árbitro era argentino, ‘Zizou’, Makélélé, Cannavaro también hablaba español… Hay una falta para Francia en el centro del campo, me acerco a ‘Zizou’ y, para quitar un poco de tensión al partido, le digo así, muy en argentino: “Si vos te retirás del fútbol después de hacer un Mundial como este, ¿todos nosotros qué tendríamos que hacer? (Risas). Fue el mejor jugador del Mundial. A mí, personalmente, me dolió en el alma que terminara de esa manera. No ensució nada, porque fue el mejor del Mundial y me emociono cuando hablo de él porque es un jugador que es difícil que se repita. Pero me dio pena que, para la opinión pública, quedase la foto de él que se va, quitándose la venda, y pasando al lado de la Copa… Creo que no es reflejo de lo que fue Zidane para el Mundial y para el fútbol. Todos los que amamos el fútbol, es una pena. Lo del cabezazo fue un episodio de barrio en un Mundial.
P. Una calentura
R. ¡Exacto! Una calentura. Que pasa en el barrio, pero se dio en el Mundial con dos personajes que son muy de barrio (risas).
Sí, Materazzi también tenía…
R. ¡Estaba loco! Y ‘Zizou’ se puso loco… Por eso salió de esa manera. Es mi pensamiento romántico de esa situación.