La víspera, Ahmed llegó a esa ciudad, donde será una de las principales voces de África, que aspira a establecer una asociación renovada en correspondencia con las dinámicas mundiales actuales.
Miles de etíopes esperan que la Cumbre sea el escenario propicio para que el primer ministro exponga los porqués de la guerra entre el gobierno y el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF), en curso desde noviembre de 2020.
Y además de querer un cambio de posición de varios países de Europa, acusados como Estados Unidos de aliarse al TPLF, suponen que la reciente inestabilidad en el denominado Cuerno de África, una importante ruta comercial internacional, también será objeto de análisis.
Con complicados puntos en la agenda y compresión de las necesidades e intereses mutuos, los continentes vuelven a protagonizar una Cumbre por medio de sus instituciones tras la anterior edición, realizada en noviembre de 2017 en Abiyán, Costa de Marfil.
Sistemas sanitarios y producción de vacunas, agricultura y desarrollo sostenible, educación, cultura y formación profesional, migración y movilidad, financiación del crecimiento, más arquitectura de la seguridad son algunos de los asuntos más importantes que deberán tratarse en apenas dos jornadas.
Distribuidos en diversas mesas redondas, los jefes de Estado y Gobierno de las dos regiones también tienen el propósito de debatir cuestiones relacionadas con el apoyo al sector privado y la integración económica, la gobernabilidad, el cambio climático, el desarrollo energético y la evolución digital.
Para la UA y la UE, la Cumbre será determinante para adoptar una estrategia de trabajo bilateral hasta 2030, que contribuya a explotar con mayor eficacia las potencialidades de sus naciones y afrontar mejor todos los obstáculos que lo impiden.
Senegal, recién electo presidente pro tempore de la UA, y Moussa Faki Mahamat, en su segundo mandato al frente de la Comisión del organismo, tienen un importante punto de partida para sus gestiones en el cónclave, inicialmente previsto para 2020.
Pueden promover la modificación de una relación históricamente desigual, a propósito de la pandemia por la Covid-19 que transformó los contextos globales, y con el objetivo de iniciar acciones para desarrollar la resiliencia en la nutrición, tema del año en África.
También importa mucho para la dirección rotativa de Francia en la UE, toda vez que el presidente francés, Emmanuel Macron, señaló recientemente que aspira a cambiar los vínculos entre los africanos y europeos, además de considerar la Cumbre un hito que trascenderá el año 2022.
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