El CO2 junto al metano y los óxidos nitrosos que emitimos forman un manto cada vez más denso en la atmósfera y hacen que la Tierra se caliente.
Por otro lado la dieta carnívora genera 35 veces más CO2 que la vegetariana aunque tampoco las carnes vegetales tampoco son tan sostenibles y respetuosas con el medio ambiente como nos quieren hacer creer algunos.
De ahí el interés de propuestas como las de AirProtein que pretende crear carne directamente «del aire«.
El proceso, similar al usado para crear el yogur, consiste en coger ese dióxido de carbono y transformarlo en un buen filete.
Air Protein cultiva microbios hidrogenotróficos en tanques de fermentación y los nutre con una mexcla de oxígeno, dióxido de carbono, minerales, agua y nitrógeno.
Eso acaba dando como resultado una harina rica en proteínas que tiene una composición de aminoácidos similar a las proteínas de la carne.
A partir de ahí una serie de «técnicas culinarias dan las distintas texturas buscadas» en esos filetes de carne o pescado.
Según sus creadores el proceso emplea 1,5 millones de veces menos de tierra y 15.000 veces menos agua que el proceso habitual para lograr carne animal.
Queda por resolver el tema de los costos y su competencia con el mercado tradicional y con las nuevas carnes vegetales, pero confían en tener una estructura de costos que continúe reduciéndose.
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