La mayoría de los cristianos evangélicos albergan un fuerte sentimiento protector respecto al Estado de Israel y una profunda afinidad cultural con el pueblo judío. Los grupos cristianos evangélicos se caracterizan por otorgar la preeminencia máxima a los evangelios y, en general, a las escrituras bíblicas. No aceptan que el papado, las decisiones conciliares o en general la tradición, tengan preeminencia sobre las mismas.
El cristianismo evangélico otorga un papel básico a la comunidad de fieles a diferencia de los católicos que lo hacen aglutinando en torno al papado o el ortodoxo cohesionado por los concilios o sínodos, obispos y patriarcas, por tanto el cristianismo evangélico tiende a generar escrituras colectivas variadas con muchas iglesias. Están dotados de un alto grado de independencia entre ellas y buscan expresar las diversas sensibilidades que surgen en el tiempo y en el espacio.
Es de destacar que los judíos de Estados Unidos son desproporcionadamente críticos con Israel, mientras que la derecha religiosa evangélica le da un apoyo “apasionado e inequívoco”; por lo demás consideran que Israel posee la única cultura verdaderamente democrática del Medio Oriente y es un firme aliado de EUA y un baluarte regional contra los islamistas radicales, enemigos declarados de Israel y de EUA, consideran que apoyar a Israel coincide con lo que exigen la justicia y la defensa de los intereses estadounidenses piensan que Israel lejos de ser una democracia perfecta, se encuentra entre las naciones más impresionantes de la historia, de aquí que deban mantener la fe en el Estado Judío.
Los judíos estadounidenses representan menos del 2.0% de la población de EUA frente a 25.0% de los evangélicos. En este ámbito, un 42.0% de los judíos estadounidenses ha expresado que el gobierno de ese país favorece demasiado a los israelíes, mientras que solo 15.0% de los cristianos evangélicos está de acuerdo con esa afirmación.
El apoyo de EUA a Israel es un tema fundamental para los cristianos evangélicos a la hora de decidir su voto, mientras que los judíos estadounidenses se fijan en otros asuntos. Si bien los cristianos evangélicos apoyan a Israel, un número significativo de ellos lo hacen política y económicamente a un sector muy concreto de la población israelí: los colonos que viven en territorios internacionalmente como palestinos y cuya presencia allí es un importante obstáculo al proceso de paz entre Israel y los palestinos. Esta parte de la simpatía de los cristianos evangélicos se debe en parte a la interpretación que muchos de ellos hacen de algunos pasajes de la Biblia sobre “la segunda llegada de Jesucristo a la Tierra”, la cual se producirá al final de una guerra religiosa que muchos cristianos evangélicos creen que se empezó a cumplir con la creación de Israel.
Miles de turistas cristianos evangélicos acuden a visitar los asentamientos de colonos donde creen que se producirá ese segundo advenimiento que dará lugar a un “reinado de mil años” de Jesús en la Tierra. Esa profecía anuncia también la muerte de dos tercios de los judíos y la conversión al cristianismo del resto; “parece ser que los cristianos evangélicos y los colonos se pueden esperar hasta que esto suceda, sin discutirlo”.
En este contexto, es de destacar que el expresidente Donald Trump, el más alineado con el gobierno de Israel en el último medio siglo, arrasó entre los votantes blancos evangélicos en la contienda que lo llevó a la presidencia. Trump expresó que su mayor concesión a Israel fue el reconocimiento de Jerusalén como su capital y el traslado a la misma de la embajada de EUA como un gesto hacia sus votantes evangélicos “que están más emocionados que los judíos estadounidenses”.
Cada vez más los cristianos evangélicos aportan recursos económicos para la Aliya (el retorno) de judíos del mundo a Israel. El apoyo empezó después del desplome de la URSS que se registró entre el 11 de marzo de 1990 y el 25 de diciembre de 1991.