Robando un avión
Rodearte con las élites es adoptar su estilo de vida. Anna Delvey estaba decidida a lograrlo, a como diera lugar. Sin embargo, lo inverosímil de la situación es cómo ocurrieron sucesos tan inverosímiles como robar un avión. Las pretensiones son algo significativo en la serie y en la vida real lo fueron, conocer a las personas correctas y estar en el momento correcto llevaron a Anna a la convención anual de Warren Buffett, algo así como un evento para la crème de la crème mundial. Y, adaptándose al estilo de vida, la ‘heredera’ apartó un avión privado y realizó el viaje sin ninguna garantía de pago, ni consecuencia alguna (esa llegaría después).
‘El poder detrás del trono’
Claro que una celebridad de ese calibre no puede estar pasando las noches en sillones de amigos (como el sutil guiño al emprendedor que embaucó a millones con el festival Fyre Festival) o pidiendo favores. Por ello, Anna Delvey gozó de una estancia muy singular en el exclusivo hotel 12 George. Nuevamente, sin dar ningún comprobante de pago, Anna vivió durante meses en el hotel de Nueva York, claro, hasta que se percataron que ni sus propinas de 100 dólares alcanzarían a pagar una cuenta de más de 33 mil dólares. Claramente, su estancia le brindó ciertos beneficios. Si se supone todo mundo te conoce y te recomienda, algo así como el funcionamiento máximo de las élites, ‘el poder detrás del trono’ como describe Vivian a Neff, la concierge y mejor amiga de Anna, fue quien movió los hilos para que pudiera estar en las listas más exclusivas de Nueva York.
Naufragando en Marruecos
Todo inicio tiene un final, pero también todo final tiene un principio. Por paradójico que esto sea, la caída de la cima de Anna Delvey fue justamente en su viaje a Marruecos. Está claro que no nos podemos meter en la mente de la ahora celebridad, pero la serie plantea muy bien sus motivos. ¿Quién a la espera de un préstamo de 40 millones de dólares y sin dinero en el bolsillo se va de viaje? Por inverosímil que parezca Anna así lo realizó junto con un camarógrafo que grabó todo al estilo de la familia Kardashian. El comienzo del final sucedió cuando sin dinero alguno, los bancos cancelaron sus tarjetas y la ‘heredera’ fue amenazada con ser denunciada a la policía por falta de pago.
Delvey vs. Williams
Es curioso cómo a lo largo de la serie se va planteando el personaje de Anna Sorokin y su esfera de influencia, cuando no era nadie, no tenía a nadie, cuando estaba en la cima, los contactos le llovían, ahora, nuevamente sin nada, nadie. Así describe la serie a Rachel Williams, amiga de Anna y a quien esta última le pagaba todo, desde ropa hasta viajes. La curiosidad entra en el tema de Marruecos, un viaje destinado al fracaso y en el que Williams pagó 62 mil dólares con una tarjeta empresarial para poder salir del embrollo en el país africano. Sin embargo, la curiosidad del caso se dio justamente antes del juicio, en donde Williams escribió su historia en exclusiva para Vanity Fair, adelantándose a Vivian (A.K.A Jessica Pressler). La situación no culminó ahí, en el juicio de Anna, demandada por Williams, se descubre que la escritora no solo fue absuelta del pago de los 62 mil dólares, sino que vendiendo su historia a los medios ganaría más de 300 mil dólares. ¿Falsas amistades? ¿Revanchas y venganzas? ¿O simplemente, cada una intentando ser un poco más rica?