Hoy en día hasta hay aplicaciones para el celular que nos ayudan a recordar que debemos beber un vaso cada tanto. Y para colmo de males, si somos asiduos tomadores de mate, es casi seguro que pasaremos de largo la ingesta del vital líquido. Sea como fuere, el tema de hidratación correcta de nuestro organismo está plagado de mitos, que se repiten cada año con la entrada de la estación del calor? Veamos qué creencias son verdaderas y cuáles no.
1. Tomar líquidos con las comidas es malo para la digestión. FALSO
“El agua puede diluir los jugos gástricos de nuestro sistema digestivo mientras comemos, pero no influye en la funcionalidad de la digestión y además ayuda a disolver aquellos alimentos que no hemos masticado de manera suficiente”, afirma la licenciada Liliana Grimberg (M.N. 978), nutricionista dietista y coordinadora del área de Nutrición del Centro Máximo Ravenna (Ctmr). “Por lo tanto, mi recomendación es beber agua antes, durante o después de comer sin ningún tipo de temor, pero siempre de forma pausada y relajada”. Sin embargo, quienes padecen problemas gástricos deben ser más cuidadosos en este punto. Así lo afirma la licenciada María Agustina Murcho (M.N. 7888, M.P. 3196), especialista en trastornos alimenticios: “Para personas con gastritis o digestión lenta es mejor tomar agua una hora después de comer, ya que la mezcla de agua y comida dificulta la digestión”.
2. Tomar gaseosas es perjudicial para la salud, sin importar que sean azucaradas o dietéticas, y debe moderarse su consumo. VERDADERO
“Se deben evitar las bebidas gaseosas o carbonatadas regulares y limitar el consumo de las llamadas ‘bajas calorías’”, afirma Anabella Carvajal (M.N. 134.076, M.P. 452.737), médica especialista en nutrición, estética, medicina orthomolecular y antiaging. Y agrega: “Si se consumen, debe hacerse con moderación, ya que algunos de sus ingredientes, como la cafeína y los colorantes, no son saludables y con el tiempo pueden afectar la salud, ya que poseen grandes cantidades de azúcar refinada (sucralosa y almíbar de maíz de alta fructosa). La fructosa, por ejemplo, puede afectar los niveles en sangre de hormonas como la insulina, la leptina (que inhibe el apetito) y la grelina (que estimula el hambre)”.
La médica afirma además que el consumo constante de gaseosas puede provocar un aumento de peso, ya que una lata de 355 ml aporta unas 150 calorías, lo que equivale a 10 cucharaditas de azúcar. “También puede perjudicar la salud de los dientes, ya que tanto el azúcar refinado como los ácidos presentes en las gaseosas (denominados fosfórico y cítrico), pueden erosionar el esmalte dental y provocar la aparición de caries”, dice Carvajal. “Cuando se consumen bebidas colas o similares desde niños, habrá más posibilidades de padecer problemas bucales siendo adultos. Es que al tener la estructura del esmalte dental aún en proceso de maduración, los dientes infantiles son más sensibles al efecto erosivo de los ácidos presentes en las bebidas carbonatadas”, continúa la médica.
Grimberg por su parte, afirma que el ácido fosfórico que contienen las gaseosas se ha asociado a la presencia de cálculos renales y otros problemas de los riñones. “Y una dieta con altos niveles de fosfato se ha relacionado con una probabilidad más alta de desarrollar osteoporosis”, agrega. “Aquellas personas que beben gaseosas frecuentemente, tienen un riesgo 80 por ciento más alto de desarrollar diabetes tipo 2. Sin olvidar que la relación entre obesidad y consumo de gaseosas es tan estrecha que los médicos calculan que, por cada botella consumida, la probabilidad de desarrollar obesidad se incrementa notablemente”, afirma.
3. Después de practicar actividad física, lo mejor es tomar una bebida isotónica para rehidratarse. FALSO
“Si la persona está previamente bien hidratada y ha consumido alimentos adecuados a la actividad, es probable que la necesidad de una bebida isotónica no sea requerida por el organismo”, afirma Norma Isabel Guezikaraian (M.N. 3.226), directora de la Licenciatura en Nutrición en Fundación Barceló. “Pero en casos de pérdida de sodio por transpiración, es conveniente contar con una bebida comercial o de elaboración casera”, agrega.
En tanto, que la licenciada Sofía Coppedé (M.N. 10.032), nutricionista corporativa de Nestlé Argentina, comenta que “las bebidas isotónicas se recomiendan especialmente en actividades vigorosas con una duración superior a los 90 minutos, a modo de reponer las pérdidas de minerales y carbohidratos ocasionadas”.
Por otra parte, recientemente se dieron a conocer los resultados de un estudio científico que afirma que la leche es una bebida ideal para la rehidratación de los deportistas, inclusive en reemplazo de las bebidas isotónicas y el agua. “La ingesta de hidratos de carbono y proteína pueden aumentar la recuperación post ejercicio”, afirma Silvina Tasat (M.N. 1.495), nutricionista, miembro de la Sociedad Argentina de Nutrición.
“Al analizar su composición, se detectó que la leche ofrece una cantidad mayor de sodio, comparado con bebidas deportivas, además de que contiene hidratos de carbono en forma de lactosa y proporciona aminoácidos esenciales que la catalogan como fuente de proteína completa. Todo esto permite considerar a la leche como una bebida deportiva, siendo efectiva para la hidratación y recuperación luego de realizar actividad física”, dice Tasat. Y agrega: “Sus beneficios son superiores comparado a otras bebidas deportivas: la leche reduce la excreción de fluidos, aumenta la resíntesis de glucógeno y disminuye los daños de la fibra muscular, además de proveer otros nutrientes esenciales”.
4. Dentro de los 2 litros de líquido recomendado por día, se incluyen las infusiones y las bebidas alcohólicas. FALSO
“Lo ideal siempre es beber 2 litros de agua y no de otros líquidos, porque es el elemento más noble y necesario para nuestro cuerpo”, aclara Carvajal. “Pero dentro de esta cantidad podemos incluir alguna infusión (excluyendo el mate y las bebidas alcohólicas), jugos de frutas naturales y frutas y verduras que, por su composición, también nos ayudan a estar hidratados, como la sandía y el melón. Podemos sumar caldos desgrasados y gelatinas”, dice la médica.
Por otro lado, según los resultados de una encuesta nacional realizada por la consultora Kantar en junio de 2019, las infusiones encabezan el ranking de bebidas más consumidas por los argentinos con el mate en primer lugar. En el caso del agua corriente o de red, filtrada y sin filtrar, es consumida por casi 7 de cada 10 argentinos y el agua mineral concentra el consumo de 3 de cada 10, apenas por encima de las gaseosas. “Los resultados de este estudio demuestran que la correcta hidratación no está incorporada en la mente de los argentinos. Si bien gran parte de la población consultada lo tiene presente, en su cotidianidad no se ve reflejado”, reflexiona Coppedé.
Por otra parte, la especialista advierte que un consumo elevado de cafeína (mayor a 300mg/d) tiene un efecto diurético, es decir que puede provocar pérdidas de agua al aumentar la producción de orina. “De la misma forma, las bebidas alcohólicas no contribuyen a la hidratación dado el volumen ingerido y el efecto diurético que generan. No se debe utilizar el alcohol para calmar la sed; alternando la ingesta de un vaso de agua con el de la bebida alcohólica”, señala.
5. Los niños y los adolescentes también deben beber 2 litros de líquido por día. VERDADERO
“Desde los 12 meses hasta los 10 años, los niños deben beber un litro y medio de líquidos por día y dos litros entre los 11 y los 18 años”, asevera Grimberg. Según la especialista, es imprescindible acostumbrar a los chicos a tomar agua y este buen hábito debe formar parte del proceso educativo dirigido al cuidado del cuerpo. “El agua ayuda a limpiar el organismo de toxinas. Por eso, es importante formar el hábito de beber agua en los niños, aunque no tengan sed. El agua debe estar a temperatura ambiente o no demasiado fría, porque puede producir distensión abdominal”, afirma. Por otra parte, el consumo de leche, alimento indispensable en la dieta de los niños y los adolescentes, cuenta como líquido, ya que ““el 80 por ciento de su composición es agua”, afirma Guezikaraian. Según la médica, estas son las cantidades ideales de líquido que deben beber los niños:
l De 6 meses a 1 año: entre 800 ml y 1000 ml por día.
l Niños de 1 a 2 años: entre 1100 ml y 1200 ml por día.
l Niños de 2 a 3 años: alrededor de 1300 ml por día.
l Niños de 4 a 8 años: alrededor de 1600 ml por día.
6. En caso de no aceptar el agua, los niños pueden beber jugos naturales diluidos. VERDADERO
En este caso, la dilución del jugo natural se debe hacer con agua en una proporción del 50 por ciento. “Y sin azúcar agregada”, aclara Guezikaraian. “Los niños no deberían utilizar edulcorantes artificiales, es conveniente una bebida normal diluida al 50%”, afirma.
7. Deberíamos preferir el agua potable filtrada antes que la no filtrada. FALSO
“Las Guías Alimentarias para la Población Argentina (Gapa) recomiendan el consumo diario de 8 vasos de agua segura o potable. Si el agua es segura, no reviste ninguna contraindicación para la salud”, responde Coppedé. Según Carvajal, en algunos lugares el agua de la canilla no tiene buen sabor pese a ser potable. “En esos casos, el agua mineral embotellada es una opción”, dice. “Sin embargo, son muchas las personas que prefieren instalar un filtro, que mejora la claridad, el sabor y la características químicas y microbiológicas del agua que sale de la canilla, además de tener otros aspectos positivos como el ahorro de dinero y la conservación del medio ambiente”, agrega.
Con respecto a los purificadores y filtros de agua corriente que se comercializan en nuestro país, Grimberg afirma que antes de comprar, es imprescindible revisar que estén autorizados por Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica).
8. Los envases plásticos de pvc blando no se deben
reutilizar. VERDADERO
“El mayor riesgo para la salud asociado a la reutilización de los envases de plástico es microbiológico”, sentencia Coppedé. “Por un lado, el deterioro por el uso diario puede provocar la rotura física del plástico, en forma de rayones o grietas, siendo un lugar idóneo para albergar bacterias. Por otro lado, a menos que las botellas sean lavadas regularmente, la reutilización de los envases de plástico conlleva una contaminación bacteriana, con microorganismos procedentes de nuestra propia boca, nuestras manos o por exposición medioambiental”.
9. Las personas fumadoras deben beber más agua que los no fumadores. VERDADERO
“Los fumadores deberían tomar agua, porque ésta ayuda a mejorar el sistema circulatorio del organismo, facilitando la eliminación de toxinas generadas por los residuos del cigarrillo”, explica Carvajal.
10. Sentir sed por la noche puede ser sinónimo de padecer alguna enfermedad. FALSO
“Si bien la polidipsia, sed excesiva e insaciable, puede ser síntoma de ciertas enfermedades, esto no significa que todas las personas que perciban sed durante la noche presenten alguna patología”, aclara Coppedé. “La sed, tanto diurna como nocturna, puede relacionarse con la presencia de diabetes”, aporta Murcho. Y agrega: “Cuando hay diabetes no diagnosticada o hiperglucemia, la persona posee más sed porque orina más, ya que la glucosa es eliminada por esa vía. En estos casos, se recomienda realizar una consulta con el médico de cabecera”.