Por M. Aresti / A. Solorzano
maresti@lahora.gt / asolorzano@lahora.gt
Mariana Morales, psicóloga clínica de profesión, es una mujer que disfruta estar rodeada de sus amistades y personas, a pesar de ser tímida, también se considera hogareña por naturaleza, y una entusiasta de los animales y el medio ambiente, es de ahí donde nace la idea de su proyecto Em by Mari, un emprendimiento lleno de conciencia ambiental y que se originó en los adentros de su casa.
En entrevista para Nosotras LH y LH Economía Mariana relató que en 2019 fue despedida por recorte de personal en el lugar donde trabajaba, al año siguiente ella tenía planeado casarse; por lo que esta situación la llevó a generar mucho estrés por todos los gastos que se aproximaban y los que debía realizar en el presente.
UN COMENTARIO COMO PROPULSOR
Cuidarse el cabello siempre ha sido algo que Mariana realiza desde que tiene memoria, no obstante, por la situación que vivía, este comenzó a caérsele y dejar de tener un brillo, ella era consciente de que “esa no era ella”, pero tenía otras preocupaciones.
“En un almuerzo familiar una tía a la que amo me dijo ‘ay mija como que se te ve un poco feo el pelo’, en ese momento casi me muero. Pero es increíble cómo de un comentario que afecta igual pueden salir cosas buenas”, reconoció.
Desde que era joven la madre de Mariana realizaba mascarillas naturales de cabello, tras el comentario que recibió le pidió a su mamá que le aplicara un poco de sábila, y el cambio que experimentó lo describe como ‘inexplicable’. Sus amigas al ver su cambio en el cabello le preguntaron si su mamá les podía vender un poco de dichas mascarillas, sin embargo, Mariana admite que es un proceso muy complicado, y su madre no aceptó.
“Mi esposo que es de sangre bien emprendedora me dijo ‘que tu mamá te diga cómo se hace, y hacelo tú, se los vendes y de ahí sacas un poco, por lo que publiqué en mi perfil de Facebook personal el cambio que tuvo mi pelo y que se debía a una receta de mi mamá que si alguien quería yo podía hacer las mascarillas y vendérselas”, narró Mariana.
Las primeras siete mascarillas que vendió nacieron y se crearon con las matas de sábila de su mamá. Y tras ofrecerlas con conocidos sus ventas se fueron multiplicando en par: la primera semana vendió siete, a la segunda semana 14, en la tercera 21 y en la cuarta 32, por lo que catalogó al siete como ‘su número de la suerte’.
“Pasamos un año vendiendo mascarillas y con eso les puedo decir que pagamos la boda”, explicó con una sonrisa muy genuina.
RECETAS DE MAMÁ
Su emprendimiento se llama Em by Mari, el cual comenzó con mascarillas para el cabello elaboradas con 100% ingredientes naturales con base en las recetas de su mamá Elsa Marian, por eso el nombre se basa en las primeras dos letras de ella. Todos los productos se hacen de manera totalmente artesanal y en casa, en enero de este año cumplieron tres años de estar en el mercado.
EFECTO MULTIPLICADOR
Hasta el día de hoy Mariana no puede creer que viva de eso, admite que a veces ha tenido poca fe en sí misma, pero cuando notó que era algo a lo que ella realmente quería dedicarle y comprometerse con su tiempo y dedicación fue cuando notó que Em by Mari no era solo el hecho de ganar, era que las mujeres le escriben mensajes de ‘gracias a tu mascarilla me siento linda hoy’.
“Eso solo en terapia lo había vivido, y ver que crecía porque la gente me recomendaba, era cuando decía esto funciona porque realmente hay amor detrás de, y por eso yo le digo a mis productos ‘ustedes van a ir y harán feliz a la persona que los recibe, de eso se trata’, y fue lo que me terminó moviendo para quedarme y hacer esto el resto de mi vida”, admitió muy contenta.
EL SALTO
En 2021 lanzaron su línea de productos sólidos (shampoos, acondicionador y servin capilar) este propulsor de ampliar el catálogo nace porque muchas clientas le decían que querían usar más productos de su línea para el cabello y no solo las mascarillas.
Como con cualquier cambio el miedo se hizo presente en Mariana, sin embargo, admite que muchas veces hacer las cosas más bonitas son las que se hacen con miedo y funcionan muy bien, aunque en Guatemala los productos sólidos para el pelo no son algo muy usual, lo que más le satisface es ver la aceptación del público a dichos productos.
Em by Mari empezó con dos mascarillas y ahora cuentan con 15 productos.
LA PRIMERA INVERSIÓN…
La maceta de sábila de su mamá, Q10 y envases reutilizables fue la inversión inicial de Mariana, en ese momento sin imaginar que se multiplicaría con creces.
Las primeras 7 mascarillas que elaboró fueron encargadas previamente por sus amigas y hasta la fecha la modalidad de pedidos programados continúa siendo su metodología de ventas.
El primer pensamiento de la emprendedora al recibir los primeros pagos por sus productos (entre Q150 y Q300) fue volver a reinvertirlo para adquirir más materiales, además, al encontrarse desempleada esos ingresos la ayudaron a solventar sus pagos pendientes de aquel momento y también para contribuir al pago de electricidad en su casa.
Con el tiempo, los pedidos de mascarillas capilares aumentaban, Mariana fue separando sus ingresos en dos rubros: reinvertir en materiales y comprar nuevas herramientas y solventarse económicamente.
El auge de las mascarillas aunado a los resultados positivos de sus clientas, empujaron a Em by Mari a mejorar su presentación, como los envases y etiquetas por lo que se vio en la necesidad de contratar una diseñadora.
Como un ejemplo y caso de éxito del crecimiento exponencial, Mariana cuenta como una combinación de perseverancia y determinación hicieron que paulatinamente su negocio encontrará una “solidez” económica al punto de que sus mascarilla empezaron a “pagarse solas”.
LECCIONES APRENDIDAS
Por otra parte, buscar los proveedores adecuados también fue un largo y “turbulento” camino, en especial, al no tener un conocimiento previo sobre administración de empresas y los distribuidores del mercado.
Sobre tal desafío, Mariana aprendió una lección importante: Nunca te quedes con el primer proveedor. En su travesía, tuvo que tocar puertas a varios proveedores para poder obtener mercadería por unidades o lograr encontrar el mejor precio.
“La búsqueda de proveedores realmente sí fue complicada porque yo no sabía mucho el tema”, comentó Mariana quien se apoyó de un vivero como primera opción para conseguir la sábila, uno de los ingredientes más primordiales.
Afortunadamente, los costos de comprar la sábila en un vivero se redujeron cuando encontró a un proveedor de dicha planta que le enviaba las pencas cortadas desde El Progreso, sin embargo, el traslado del material a la capital se convirtió en un nuevo desafío.
“El transporte ya no quiso traer la sábila porque primero huele feo, dos es súper difícil de manejar porque saca un juguito rojo… se manchaba el bus, no saben el desastre que era ir a traer la sábila”, detalló.
Sin dejarse vencer por los inconvenientes y con la visión de obtener los productos con los mejores nutrientes, Mariana decidió ir a traer ella misma las plantas a El Progreso junto con su esposo. Actualmente, viaja cada 21 días al departamento; además, esto redujo en casi la mitad los gastos que conllevaba adquirir la sábila en un vivero.
“No fue para nada fácil, pero aprendimos que a veces, aunque cueste un poquito más de esfuerzo, el costo es muchísimo más bajo y sí hace un equilibrio entre uno y el otro”, explicó.
¿SON RENTABLES LOS PRODUCTOS NATURALES?
Desde sus vivencias y su compromiso por el medio ambiente, Mariana ha luchado por hacerle frente a los envases plásticos e innecesarios, no solo evitando su uso sino que también ha construido toda una comunidad de clientes conscientes de su consumo, cuestión que ha coadyuvado directamente en la buena rentabilidad de su emprendimiento.
“Dentro de nuestros objetivos más grandes está no crear basura, si ustedes hacen un pedido en Em by Mari no van a recibir un paquete”, explica Mariana, ya que en lugar de generar más residuos, sus clientas prefieren recibir sus productos en envases de vidrio y sin bolsas plásticas.
“De nuestra parte, aparte de vender productos que les van a dejar muy lindo el cabello es de alguna manera ayudar al planeta. Están dejando de comprar otro producto que sí le puede hacer daño al planeta”.
UNA CONEXIÓN MÁS CERCANA CON SUS CLIENTAS
Uno de los factores que, según Mariana, la ayudó a acrecentar sus ventas y consolidar la comunidad fue hacer “clic” con sus clientas al crear una conexión más allá de ser solo su proveedora de productos, ¿cómo lo logró? mostrándose tal y como es y dando tips y recomendaciones tanto de belleza como en un ámbito más personal.
“Ya no fue una marca comercial que te está vendiendo un champú, sino que es una familia que te está ofreciendo algo”, agregó.
A raíz de tal conexión, aunado a su interés por aprender de redes sociales, Mariana logró crear una fuerte base de clientes que con tiempo le permitió darles empleo a más personas.
“Creo que ese vínculo fue el que hizo que de alguna manera creyeran, no en mí, no porque les estaba vendiendo algo sino porque les estaba proponiendo y les estaba aconsejando algo que les podía ayudar, creo que eso fue lo más importante”, comentó.
Entre las metas más cercanas de Mariana se encuentra el lanzamiento de cuatro productos elaborados bajo un nuevo concepto y la creación de una página web.
EM BY MARI A NIVEL INTERNACIONAL
A largo plazo, a Mariana le gustaría que sus productos se exhibieran en un kiosco y al mismo tiempo desea alcanzar mercados internacionales.
“Ya tengo clientas que viven en España, Panamá, México, Estados Unidos, cuando vienen de visita o sus familiares los van a visitar, siempre compran y se lo llevan para regalar”.
Los nutrientes que aportan las tierras guatemaltecas han contribuido en la eficacia de los productos naturales de Em By Mari, de hecho, la emprendedora cuenta que sus clientas en España aseguran que, a comparación de los cosméticos que encuentran en su país, los de Guatemala son los únicos que les han ayudado.
Dicha experiencia la motiva aún más a trabajar duro para que algún día puedan conocer a nivel mundial la calidad de los productos guatemaltecos.