Son asuntos potencialmente conflictivos y no sabes en qué momento de sus vidas andan
Llevas muchísimo tiempo sin verle. Probablemente tengas una ligera idea de cómo le van las cosas gracias a la magia de las redes sociales, donde sois contactos a pesar de llevar unos meses o incluso unos años sin una conversación en condiciones. Pero ya sabes cómo son las redes: aportan la profundidad justa, así que tienes cierto nerviosismo acerca de cómo ira la quedada. Sí, solíais ser grandes amigxs, y esa confianza siempre está ahí, ¿pero y si no va tan bien? En un artículo para el medio estadounidense Bestlife, el experto en relaciones humanas August Abott menciona dos temas que tienes que evitar para que todo fluya.
El primero de ellos tiene que ver con el físico. En palabras del propio especialista, “nunca comiences una conversación comentando cualquier cambio en el peso o en el tipo de cuerpo“. Incluso aunque pienses que no pasará nada porque acostumbrábais a daros mucha caña con total normalidad. A fin de cuentas, dice Abott, “es un tema cargado de potencial de insulto” y no conoces el momento de vida en el que está. Toda persona vive una historia interna muy diferente de la aparente, así que mejor dar espacio a que esa otra persona realice comentarios acerca de ese aspecto de su vida. Y si no lo hace, pues pasando del asunto.
El otro tema es el dinero. Porque, aunque tendamos a demonizarlo, cierta cantidad de dinero es sinónimo de tranquilidad y de posibilidades vitales. Y, nuevamente, no sabes en qué situación se halla esx viejx amigx. Quizás esté pasándolo mal para llegar a fin de mes. Tal vez incluso ha tenido que volver a la casa familiar ante la imposibilidad, cada vez más habitual, de costearse una vivienda propia. Las cosas están difíciles. Y es una problemática que duele mucho más de lo que nos permitirnos mostrarle a los demás. Así que, por empatía y hasta qué sepas cómo anda de pasta, no presumas demasiado de lo bien que te va el trabajo.
Lógicamente, y conforme aquella antigua conexión vuelve de las profundidades de vuestras psiques, tendrás oportunidad de profundizar muchísimo más. Al fin y al cabo, si estás dándole una nueva chance a la relación es porque sigues teniendo afecto. Es la misma razón por la que estás evitando temas que puede ser molestos o dolorosos. Pero espera a que se abra una puerta. Como aconseja Abott, debes “inclinarte hacia una respuesta de apoyo y consuelo en caso de que muestre vulnerabilidad“. Hace tiempo que no habláis en serio y estás manteniendo cierta precaución, pero si necesita un abrazo, físico o metafórico, no dudes en dárselo.
“Si parece que necesita un hombro en el que apoyarse, llorar o simplemente aferrarse en este momento, alguien a quien contar sus aflicciones, no disminuyas su importancia tratándolo a la ligera o bromeando”, recomienda este especialista. A menudo ocurre que tenemos mucha más facilidad para desahogarnos con una antigua amistad con la que teníamos un buen vínculo que con nuestrxs amigxs actuales, a quienes no queremos preocupar. Y verdaderamente ayuda. No tienes que decir nada. Simplemente estar ahí para esa otra persona como solías estarlo. Algunos vínculos se pierden, pero otros solo se pausan. La vida es muy impredecible.