Si alguna vez se encuentran con un dulce con forma de paraguas envuelto en papel de aluminio en un kiosco de Israel deben saber que generaciones de padres han intentado -e intentan- con éxito hacerles creer a sus hijos de que es chocolate.
No señor, es una pálida imitación hecha de algarroba. Sí, de la antigua fruta bíblica con un sabor algo adquirido.
Incluso Udi Alroy, fundador y director ejecutivo de la empresa emergente CarobWay, que usa árboles de algarrobo para una amplia gama de productos nutricionales, no es fanático de ese gusto.
Sin embargo, eso no le impide alentar a los agricultores a plantar miles de algarrobos en todo el país y haber abierto una fábrica para utilizar la fruta.
Como veterano de la industria de alimentos naturales, Alroy fundó CarobWay luego de un consejo de un antiguo compañero del ejército.
“Él administra todas las plantaciones de innovación agrícola en la parte norte del valle de Hula, en el este de la Alta Galilea y me pidió que investigara qué cultivo sostenible y comercialmente viable podían tener en Israel”, explicó el emprendedor.
Su investigación apuntó a la algarroba.
El único problema es que Alroy tenía poco o ningún conocimiento sobre el tema. “Además de los chocolates de algarroba, no tenía ni idea”, reconoció.
Enseguida, Alroy se enteró de que las algarrobas tienen una gran demanda, sobre todos sus semillas que se usan para producir goma de algarrobo, un agente espesante natural que a menudo se utiliza en la industria láctea.
Pero la oferta es generalmente mucho más corta que la demanda.
No le afecta el cambio climático
El empresario señaló que los algarrobos están muy aclimatados en Israel y crecen en el país desde hace miles de años.
Para garantizar la sustentabilidad de la solución de CarobWay, la compañía se asoció con el Keren Kayemet LeIsrael – Fondo Nacional Judío (KKL-JNF) para investigar los algarrobos que crecen en los bosques locales y cómo los afectaba el cambio climático.
“Vimos que la algarroba resiste muy bien el cambio climático en Israel. Crece en el desierto, los valles y en las montañas. Todos los bosques que tenemos no consumen mano de obra agrícola y sin hacer nada el bosque hace muy bien las cosas. Así, creamos un enorme banco de datos de miles de árboles y de esos elegimos tomar los 10 principales. Esos son la base para el cultivo”, destacó Alroy.
De ese modo, CarobWay llevó las plántulas a los agricultores.
“Hicimos que se interesaran en cultivar nuestras algarrobas en un acuerdo de productores muy singular: ellos invierten y crecen y nosotros compramos todo el rendimiento durante 10 años. Para ellos es un entorno enormemente estable en una industria muy nueva”, le contó Alroy a ISRAEL21c en Español.
Cero residuos
En 2021 se plantaron 70 hectáreas de algarrobos en el valle de Hula. Al mismo tiempo, CarobWay firmó un acuerdo con un fabricante europeo de goma de algarrobo para comprar todas las semillas producidas en sus huertos durante una década.
“Nuestro modelo de negocio es un acuerdo de suministro a largo plazo. Buscamos ingresar a una cadena muy estable y eso le encanta a la industria”, explicó Alroy.
Hasta que los algarrobos recién plantados comiencen a dar sus frutos -en unos tres o cuatro años- CarobWay desarrolla sus productos.
“Tenemos una política de cero residuos. Realmente usamos el cien por ciento de la fruta”, enfatizó Alroy.
Con todas las futuras semillas ya vendidas a Europa, CarobWay se enfoca hoy en la pulpa de la algarroba, que se compone de azúcares, fibras y polifenoles.
Miel de algarroba
“El azúcar es una especie fructosa natural que tiene un índice glucémico bajo. Se utiliza principalmente para la miel que se parece al silán pero es muy nutritiva”, contó Alroy.
Las fibras de la fruta son tanto solubles como insolubles y los polifenoles son conocidos por brindar una sensación de saciedad.
“Tenemos 15 productos, tres de las semillas y 12 de la fruta. No estamos en el negocio del polvo de algarroba sino de productos clínicamente respaldados. Hoy estamos haciendo una extensa investigación y desarrollo porque buscamos ser los líderes en conocimiento dentro del negocio de la algarroba”, dijo Alroy.
La empresa fundada a mediados de 2020 emplea a un equipo de investigadores, un médico clínico, un equipo analítico, especialistas en protección vegetal y desarrolladores de productos para la industria alimentaria.
¿Qué pueden aportar las algarrobas a la salud?
“Nuestra base está en Nes Tziona y mi oficina es mi automóvil porque viajo mucho. La mayor parte de la operación actual está subcontratada”, dijo Alroy, que añadió que la startup ya tiene ventas y clientes.
Para la próxima década Alroy planea convertir a CarobWay en una empresa global con sede en Israel con miles de hectáreas más de algarrobos que terminen siendo nuevos productos.
“Estos artículos no se parecerán en nada a esos paraguas de chocolate falso. Haremos estudios para mostrar cómo las algarrobas pueden contribuir a la salud. Buscamos producir soluciones con valor científico como para empresas de alimentos y bebidas que buscan alternativas viables al azúcar. Porque no estoy seguro de que el chocolate sea la aplicación correcta”, concluyó.