Apoco más de un mes de que asuma como ministro de Economía del nuevo gobierno, Nicolás Grau Veloso (38) sabe que la cartera que le tocará dirigir será clave para evitar un deterioro del crecimiento y recuperar el empleo, una de las tareas prioritarias del primer año de la administración de Gabriel Boric.
Sin embargo, confiesa también que su meta más íntima y de más largo plazo es generar un nuevo equilibrio económico y social en el país, y empujar un modelo socialdemócrata que asegure derechos sociales permanentes.
“Durante la dictadura pasamos de una economía de mercado a una sociedad de mercado. Necesitamos otro equilibrio, una economía de mercado, pero con derechos sociales garantizados, donde se nos trate como ciudadanos y no como consumidores”, afirma el Ph. D. en Economía de la Universidad de Pennsylvania y una de las amistades más estrechas del presidente electo.
¿Qué le pareció el equilibrio político logrado en la composición del gabinete y que hayan aparecido varios ministros que fueron actores relevantes de los últimos 30 años? ¿No es una incoherencia respecto de las duras críticas lanzadas al desempeño económico y político de los gobiernos de centroizquierda anteriores?
-Me siento muy cómodo con el gabinete. Siento un privilegio de estar en este grupo por sus capacidades técnicas, políticas, por las trayectorias que tienen. Desde el punto de vista político, es un gabinete que está muy bien pensado para efectos de hacer viable un programa que implica transformaciones, las que requieren apoyo. Va en la línea correcta. Lo que va a exigir la ciudadanía es un programa que se desarrolle. Que como gobierno hagamos nuestro mayor esfuerzo porque ese programa se lleve a cabo. Eso requiere juntar los apoyos más amplios posibles para implementar el programa. Toda la gente que está en el gabinete está comprometida con ese programa.
El expresidente del Banco Central José De Gregorio dijo que con la moderación mostrada por Boric es mejor hablar de “30 pesos y no 30 años”, a propósito de las críticas de su coalición a las tres últimas décadas de gobiernos de la Concertación y de la Nueva Mayoría. Añadió que muchos de los críticos eran también “hijos de Becas Chile”, aludiendo a dicha política pública desarrollada por esos gobiernos…
-Más allá de la conformación del gabinete, este es un programa ambicioso, que implica transformaciones relevantes en una serie de dimensiones y eso me parece que lo distingue de gobiernos pasados. El gobierno que está más cercano de ese nivel de ambición es el segundo de Michelle Bachelet y también creo que tiene algunas similitudes con el primer gobierno de la vuelta a la democracia, el de Patricio Aylwin. El nuevo gabinete busca hacer realidad esas transformaciones.
Quiero decir también que así como se han criticado muchas cosas de gobiernos anteriores, eso no significa que se piense que todo lo que se ha hecho antes ha sido errado. De hecho, el presidente electo ha sido muy claro respecto de que tenemos que aprender del pasado, tanto de las cosas positivas como de las cosas negativas que se han realizado.
¿Conoce a Mario Marcel? Algunos analistas estiman que usted podría ser un contrapeso político respecto de uno de los economistas símbolo de los últimos 30 años.
-No nos conocemos tanto con el nuevo ministro de Hacienda Mario Marcel, pero tengo una muy buena relación con él y una muy buena impresión tanto personal como técnica. Estoy convencido de que su conocimiento y experiencia, en particular en lo que se refiere a la política fiscal, van a ser fundamentales para llevar a cabo nuestro ambicioso programa. Jamás me pensaría como el contrapeso de nadie en el gabinete, sino que pienso que todos somos parte de un equipo y tenemos que aportar desde nuestras distintas experiencias y visiones a que podamos llevar a cabo lo que le planteamos al país.
¿Cree que Marcel es un neoliberal, como lo ha tildado el PC?
-No considero eso.
¿Cómo lo calificaría a Marcel en términos económicos y políticos?
-No me corresponde hacer ese tipo de calificaciones políticas de mis compañeros de trabajo. Pero en términos generales, su visión política y económica está bastante en línea con lo que está expresado en el programa, y este, obviamente, no es un programa neoliberal.
¿Es un programa socialdemócrata?
-Sí, más allá de las distintas trayectorias políticas y experiencias que están expresadas en el gobierno, que agrupa dos coaliciones, si se mira nuestro programa de manera desprejuiciada y se trata de compararlo con programas que se han propuesto en otros lugares del mundo, este es un programa que podría calificar principalmente como socialdemócrata.
¿Cuáles son sus prioridades como ministro de Economía?
-Hay tareas de corto plazo, más urgentes, y otras de largo plazo, cuyos frutos se van a ver en años posteriores. Respecto de lo primero, hay que ayudar a completar la recuperación del empleo, en particular del empleo femenino. También es muy importante desarrollar una agenda de inversión que ayude a empujar la oferta en esta apuesta de recuperación. Queremos hacer esto con más inversión y privilegiando obras de infraestructura que, entre otras cosas, tengan un impacto virtuoso en el medioambiente. Por ejemplo, que permita mayor accesibilidad de las persona al agua potable, al refaccionamiento térmico de los hogares. Hay también una serie de inversiones que se pueden hacer para fortalecer el sector del turismo, que ha estado muy golpeado debido a la pandemia.
¿Y las de largo plazo?
-También hay una tarea de largo plazo que tiene que ver con recuperar la capacidad de tener un crecimiento sostenible en el país. Esta capacidad se ha perdido por lo menos en la última década. Esto tiene que ver con aumentar la productividad, diversificar nuestra economía y tener una estrategia de desarrollo, de transformación productiva que tenga como principal condición de borde a la crisis climática. La perspectiva ecológica va a ser fundamental en este gobierno. Este diseño institucional tiene como propuesta más visible la idea de la Banca del Desarrollo y también se va a expresar, por ejemplo, cuando discutamos el nuevo diseño de la Ley de Pesca. Tiene que ver con un modelo de desarrollo que logre empujar la productividad haciéndose cargo de la crisis climática.
Un tercer elemento tiene que ver con democratizar, desconcentrar la economía. Ahí está la agenda de libre competencia, pero también nos interesa empujar con mucha fuerza el mundo de la economía social, cooperativas en particular, y el mundo de las mipymes. Vamos a ayudar al esfuerzo general del gobierno por tener una sociedad más democrática, en donde el poder se distribuya de mejor manera en lo que compete a la economía.
“Reconozco que una parte de nuestro programa en el corto plazo no es procrecimiento”, dijo hace unos meses. ¿Qué importancia le asignan realmente al crecimiento en el programa?
-Esa frase fue totalmente sacada de contexto. Lo que dije en ese momento es que nuestro programa tenía aspectos de redistribución y también otros aspectos de crecimiento o dinamismo económico y que cuando uno combinaba estas dos cosas, nuestro programa era muy procrecimiento y de desarrollo económico.
De hecho, nuestro programa es muy ambicioso en términos de generar una serie de políticas que permitan empezar a hacer crecer la productividad de la economía nuevamente, que es la fuente principal de crecimiento de largo plazo.
Lamentablemente, se tomó solo la primera parte de esa intervención y se le dio un sentido ajeno a lo que yo había expresado.
¿Es decir, el programa de gobierno de Boric es procrecimiento?
-Nuestro programa es prodesarrollo económico, donde el crecimiento económico es una parte importante, pero nuestro foco es más global. Busca, en última instancia, generar las condiciones económicas para que las personas puedan vivir mejor. Para que, por ejemplo, tengamos derechos sociales asegurados en el futuro de forma sostenible, se requieren, entre otras cosas, aumentar la productividad y una economía pujante, dinámica. Ese es un punto central de nuestro programa.
Esta idea de Banca del Desarrollo y, en general, la nueva arquitectura de las políticas de fomento, de innovación, buscan justamente generar condiciones para que el crecimiento pueda ser sostenible en el tiempo. Es una visión que siempre ha estado presente en nuestro programa económico.
Como ministerio tienen un rol relevante en materia de regulación económica. ¿Cuál es su posición respecto de la actual regulación que hace el Estado en Chile en diferentes sectores? ¿Es suficiente?
-Para que funcione el mercado se requiere una buena regulación, un rol proactivo del Estado. El Ministerio de Economía tiene nexo con un conjunto de servicios que son muy relevantes para tal efecto. Hubo avances relevantes en esta dirección, principalmente en el segundo gobierno de Michelle Bachelet. Pero ese avance sigue siendo incompleto y hay que seguir empujando esa agenda.
Por ejemplo, en el caso del Sernac, la ley final quedó un poco atenuada y no se pudo ir tan lejos como se pretendía. Lo que hay que pensar es que el Ministerio de Economía va a ser un actor más en un ecosistema de instituciones del Estado que está preocupado por el buen funcionamiento del mercado.
¿Cómo y en qué plazos piensan implementar la Banca del Desarrollo? ¿Piensan sumar o sustituir los actuales programas o entes de financiamiento estatal como Corfo, Indap, Fogape…?
-La idea de Banca de Desarrollo, que es algo bien común en países desarrollados, es una parte de las mejoras que queremos hacer a la institucionalidad económica del país. En este escenario van a seguir jugando un rol otras instituciones como BancoEstado, Corfo y otras.
Lo primero que busca la Banca del Desarrollo es ser capaz de orientar recursos hacia sectores socialmente óptimos, dadas necesidades estratégicas del país como la crisis climática, y aumentar fuertemente la escala de esta inversión.
¿Qué le diría a los expertos que cuestionan esta idea y la ven como una política industrial de los años 50?
-La Banca del Desarrollo efectivamente permitiría hacer una política industrial, pero moderna, como se está haciendo en muchos otros lugares del mundo en la actualidad. Invitaría al sector privado a ver esto como una oportunidad que nos va a permitir coordinar y agilizar las inversiones hacia los sectores que son estratégicos para enfrentar los grandes desafíos que va a tener el país en el futuro.
El sector privado sabe perfectamente bien las importantes exigencias que implica la crisis climática para nuestra estrategia de desarrollo. Sabe perfectamente bien que para responder adecuadamente a esa exigencia se requieren de funcionalidades que movilicen ese recurso. Mi invitación a quienes son más escépticos es a que veamos lo que ha sucedido en otros países y saquemos la mejor experiencia de otros lugares.
¿Cómo está imaginando su gobierno corporativo?
-Un gobierno corporativo que sea técnicamente especializado y que también esté protegido del ciclo político. Lo importante acá es que no solo la Banca del Desarrollo, sino el ecosistema que empuje la estrategia de desarrollo tenga continuidad en sus políticas y eso es lo que no hemos logrado los últimos 15 años. Ningún país ha hecho transformaciones relevantes en su estrategia de desarrollo sin continuidad, si no lo hace con una visión común que sea compartida por un sector importante de la sociedad.
Soy optimista, porque el tamaño de los desafíos para nuestra estrategia de desarrollo que se derivan de la crisis climática son de tal magnitud, que estoy seguro de que eso nos va a permitir generar consensos.
¿Cuándo proyecta una Banca el Desarrollo en marcha?
-Es un tema que va a tomar tiempo. Vamos a tener primero un proceso de discusión, de diálogo y con mucha participación tanto de expertos como también de la sociedad en general. A partir de eso vamos a construir un proyecto de ley para esta arquitectura institucional, que empuje este nuevo modelo de desarrollo, donde la Banca del Desarrollo es una institución que es parte de este ecosistema mayor.
Además, una vez que exista la ley, ejecutar la Banca del Desarrollo también tomará tiempo, porque requiere un periodo de capitalización y cumplir con una serie de normativas. La Banca del Desarrollo va a tomar tiempo y los frutos van a estar a futuro, pero eso no quita que nosotros no podamos avanzar en muchos de los objetivos que tenemos con la institucionalidad actual.
¿Cuál es su posición hoy sobre la incorporación de trabajadores a los directorios de empresas?
-En lo formal, ese tema no está en nuestro programa. Desde el programa que se presentó para la primera vuelta se decidió privilegiar una forma más tradicional de equilibrar las relaciones de poder al interior de la empresa, al proponer un fortalecimiento de la negociación colectiva a distintos niveles. Es una agenda que llevará el Ministerio del Trabajo.
¿Cómo evalúa las recientes aprobaciones, en general, de comisiones de la Convención Constituyente sobre normas como la nacionalización de la minería?
-Lo que me corresponde como futuro ministro, y como lo ha dicho el presidente electo, es respetar la autonomía de la Convención Constitucional, brindando nuestro apoyo como gobierno para que puedan desarrollar este trabajo autónomo de la mejor manera posible. No es una buena idea adelantar juicios respecto a cosas que estén debatiendo. Creo que es mejor dar nuestra opinión cuando esto esté más avanzado.
¿Cuál es su posición hoy respecto de la revisión de los tratados internacionales anunciada en campaña? ¿Hoy es proclive a firmar el TPP11?
-Lo que corresponde es que la ministra de Relaciones Exteriores conteste este tipo de preguntas. Sin embargo, nuestro programa dice en términos generales que no va a haber ninguna revisión unilateral de los tratados firmados hasta ahora. Lo que se va a tratar de hacer es promover de forma multilateral un conjunto de mejoras a esos tratados en línea con lo que nosotros queremos hacer como política económica.
Durante el último tiempo ha habido una intensa discusión de políticos y expertos sobre la definición de neoliberalismo y su impacto en Chile. ¿Cómo lo define usted?
-Para mí el neoliberalismo es una forma extrema de capitalismo en que pasamos de una economía de mercado, que es lo que ha existido hace un buen tiempo en el mundo, a una sociedad de mercado, donde todos los ámbitos relevantes de la vida social están regulados por lógicas de esa índole. Lo que hace nuestro programa de gobierno, de hecho, es alejarnos de ese paradigma.
En el fondo en nuestro programa el mercado juega un rol fundamental, pero nos alejamos de la idea de una sociedad de mercado. Durante la dictadura pasamos de una economía de mercado a una sociedad de mercado. Necesitamos otro equilibrio, una economía de mercado, pero con derechos sociales garantizados, donde se nos trate como ciudadanos y no como consumidores.
¿La idea del gobierno de Gabriel Boric, entonces, es pasar de un capitalismo extremo -como lo califica-, a un sistema donde predomine el estado de bienestar, a una socialdemocracia?
-A una sociedad más parecida al resto del mundo, donde el mercado tiene un rol fundamental, pero al mismo tiempo existe un conjunto de derechos sociales asegurados, donde las personas pueden vivir tranquilas, sin el alto nivel de incertidumbre con que viven en la actualidad.
Dentro del marco de una economía de mercado…
-Por supuesto, eso no cambia nunca. Eso no ha variado en el mundo en los últimos 150 años. Pero lo que sí ha variado es que pasamos de una economía de mercado a una sociedad de mercado. Y eso ha sido especialmente fuerte en el caso de Chile. Este gobierno tiene un compromiso de revertir esa lógica.
¿El objetivo del gobierno de Apruebo Dignidad es generar un nuevo equilibrio de poder en la sociedad?
-Este gobierno no es sólo Apruebo Dignidad. Está Apruebo Dignidad con otra coalición…
Que todavía no sabemos cómo se llama…
-Es irrelevante el nombre. Lo importante aquí es que es un gobierno que mezcla a dos coaliciones que pueden construir una fuerza a la altura de los desafíos que queremos realizar.