Entre los 3.327.507 autónomos que hay en España el perfil mayoritario es el de un trabajador varón del sector servicios, sin asalariados a su cargo, español, con una sola actividad, de entre 40 y 54 años, que lleva cinco años de antigüedad y que cotiza por la base mínima de cotización.
Éste último punto es destacado y cobra especial importancia porque es el que más va a cambiar con la reforma planteada por el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá. Si actualmente, con libre elección del tramo de cotización independientemente de los ingresos, un 86% cotiza por la base mínima; a partir del próximo año serán los rendimientos reales los que determinarán la cotización, lo que supone un cambio substancial, a la baja para los que tengan menos ingresos, y muy al alza para los de más rendimientos.
Este lunes, el Ministerio de Inclusión aportará datos de la Agencia Tributaria para establecer los rendimientos netos
“El que quiera que un autónomo que gana 800 euros al mes pague lo mismo que el autónomo que gana 3.000 que lo diga públicamente, que sean valientes y que lo digan”, declara a La Vanguardia , Eduardo Abad, secretario general de UPTA, la asociación de autónomos ligada a UGT. Abad sintoniza, aunque con algunos matices, con el plan Escrivá. “Nuestro concepto de modificación está alineado con el que tiene el Gobierno”, dice el secretario general de UPTA, que añade que, según sus cálculos, al menos a un millón de autónomos les va a bajar la aportación con el nuevo sistema.
En cambio, ATA, la asociación ligada a la CEOE, discrepa rotundamente y alerta del aumento exponencial de cotización que va a suponer para muchos trabajadores. “Un autónomo que ahora facture 2.300 euros al mes, dentro de nueve años pagará el doble”, dice su secretario general Lorenzo Amor, añadiendo que otro que facture 3.000 al mes va a acabar pagando el triple en el mismo periodo.
Ésta será la batalla de fondo, el cambio de cotizaciones para adaptarlos a los ingresos, aunque de momento se está aún en los preliminares, en establecer cómo se determinan los ingresos reales.
Más de un millón de autónomos ganan menos que el SMI
Un total de 1,1 millones de autónomos tiene rendimientos netos por debajo del salario mínimo interprofesional y la pensión media del colectivo queda 416 euros por debajo de la de un trabajador por cuenta ajena. Son los datos del informe que UPTA, la organización de autónomos ligada a la UGT, ha hecho público en la antesala de la reunión del lunes de la mesa de diálogo sobre los autónomos. El informe también constata que el número de autónomos mayores de 55 años ha aumentado en el último año en casi 15.000 personas, hasta llegar a 585.774. Supone un 29% del total, mientras que la mayoría, un 45%, está en la franja de entre 40 a 54 años, siendo los de 25 a 39 años un 24% del total. El resto, los de menos de 25 años, son 41.000, un 2%. Para UPTA, son argumentos a favor de un cambio del sistema, porque muestran el envejecimiento del colectivo y con pensiones muy bajas.
De entrada, sobre el fondo, la propuesta Escrivá establece 13 tramos, con cotizaciones que van de los 183,60 a los 1.266,66 euros para los que tengan más ingresos. Se negociarán los tramos, el montante y los ritmos, pero en las reuniones por el momento no se ha entrado aún en esta tema. Se están centrando en definir el concepto de rendimientos reales que determinará la cotización del autónomo.
En la mesa de diálogo de este lunes, el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social aportará información de la Agencia Tributaria para determinar estos ingresos netos. La asociación ATA es la que más insiste en este terreno para aclarar cómo se aplicará a trabajadores que no tributen en estimación directa, como los autónomos que utilizan el sistema de módulos. Además, considera una distorsión el sistema porque, afirma, solo permite a algunos autónomos deducirse los gastos, mientras que otros no están autorizados a hacerlo, con lo que les aumentará su cotización.
“Este sistema invitará también a salir de la economía sumergida”, apunta Eduardo Abad, de UPTA, al referirse a la reducción de cotización para los trabajadores que no lleguen al salario mínimo interprofesional (SMI). Desde UPTA están abiertos a negociar los tramos y los ritmos de aplicación, pero no el concepto básico. En cambio, la oposición más dura vendrá por parte de ATA, que desde el principio se ha manifestado en contra.