Lo vegano se ha confirmado con una tendencia en auge. 500 millones de entradas en Google con la palabra “vegan”, sólo en inglés, lo ratifican
Se lo preguntan muchos consumidores. ¿Es más sano comer vegano o simplemente está de moda? Recientemente enseñas como Pans & Company o Burger King han incluido y promocionado a bombo y platillo opciones veganas en sus menús. Éste último ha llegado incluso a abrir durante un mes un restaurante 100% veggie en Madrid. Vamos, que sea por conciencia, tendencia o postureo, el veganismo es ya un movimiento imparable.
Pero a la cuestión es ¿comer vegano es realmente más saludable? ¿O tiene más que ver con un sentimiento de culpabilidad medioambiental y de conciencia por el bienestar animal?
El universo “veggie” en cifras
Comencemos por situarnos con datos. Según la tercera edición del estudio “The green revolution” de Lantern, en España más de 5 millones de personas siguen una dieta en la que predominan los vegetales. Se ha pasado del 8% de la población en 2017, cuando publicaron la primera versión del estudio, al 13% en 2021. Estos 5 millones son los denominados veggies, que incluyen a los flexitarianos (10,8%) – que son los que están intentando reducir al máximo el consumo de carne-, vegetarianos (1,8%) y los veganos (0,8%).
El estudio señala además que la “revolución verde” es cada vez más transversal al género: las mujeres siguen siendo algo mayoritarias en esta elección – 1 de cada 8 se suben al carro “veggie.
En 2019 un 6,8% de los hombres eran veggies, y en solo dos años ese porcentaje se ha convertido en un 12,9%. Han pasado de ser 1 de cada 3 veggies a suponer casi la mitad. Los hombres ahora son el 47,7% de los veggies, y 41% de la suma de vegetarianos y veganos. Cuando hace 2 años eran el 34% del total de veggies y el 25% de la suma de vegetarianos y veganos.»
El aumento de consumo de vegetales está presente en todos los rangos de edad pero cabe destacar el crecimiento entre los jóvenes de 25-34 años – a medio camino entre los Millennials y la generación Z, con una penetración del 16,5%.
Los verdaderos motivos del cambio
¿Y si no es necesariamente más sano, por qué cambiar nuestra dieta y prescindir de alimentos de origen animal?
Las verdaderas motivaciones que llevan a una persona a pasarse a una dieta vegetariana o vegana (más restrictiva puesto que se refiere a todos los alimentos de origen vegetal, sean o no cárnicos) pueden ser muchas.
El estudio de Lantern señala que el bienestar animal es uno de los motivos que más han crecido: del 24% en 2019 al 34% en 2021; y relacionado con este, también la sostenibilidad en el entorno, que supone un 26%.
Es decir, que en muchos de los casos, los motivos del cambio obedecen a razones de conciencia medioambiental y animal.
Conciencia medioambiental
Así fue como ocurrió para el cocinero vegano Toni Rodríguez , uno de los referentes en España de cocina vegana, en su caso sobre todo de pastelería.
“Yo me hice vegano porque creo que es más ético y sostenible”, aunque en su caso le sirvió además para perder algo más de 15 kilos, por lo que “no hay mal que por bien no venga. La clave fue mejorar el estilo de vida con base al deporte y la nutrición”, que nadie vaya a pensar ahora que hacerse vegano es una dieta-milagro.
Los motivos éticos fueron también los que movieron al también cocinero vegano Alex Pirla, conocido como Prabhu Sukh. “No quiero consumir ningún producto o servicio que conlleve explotación animal. Es un tema de conciencia, como el que se compra un coche eléctrico o vota a un partido animalista”.
La mejora de la salud
Es lo que motiva al 67% de las personas veggies, según Lantern. Y es que aunque el binomio salud – veganismo no está probado, la salud es un concepto tan amplio que permite muchas pequeñas motivaciones en sí misma.
Este es el caso de Gloria Carrión, fundadora del blog y las redes sociales de @lagloriavegana, con más de medio millón de seguidores.
“Tenía digestiones difíciles y al dejar de ingerir alimentos de origen animal noté muchas mejoras en pocos meses”, explica la influencer.
“El cambio a una dieta a base de vegetales es más sano si lo planificas bien, si te centras en reducir todo lo posible los alimentos procesados, comer comida más real”, puntualiza, dando a entender que no es que comer vegano sea más sano de por sí, forma parte de un todo.
Comida «real»
De hecho, el Real fooding, la corriente de alimentación que se basa en tratar de comer “comida real” y evitar los ultraprocesados, fundado por el nutricionista Carlos Ríos, es ya un fenómeno que cuenta con más de 2 millones de seguidores en sus perfiles de redes sociales en España, y sigue creciendo.
Incluso desde el sector de los fabricantes que están ganando más peso en el universo “plant-based” aseguran que la clave de llevar una vida más sana no es comer 100% vegetal.
Por ello insisten en que “los nutrientes finales que se necesitan lleguen a la persona”, asegura Bernat Ananos Martínez, uno de los dos co-fundadores de la marca Heura.
“Comer 100% vegano no tiene por qué ser más sano. Se trata de decidir qué impacto quiero hacer en el planeta y de lanzar un mensaje claro: 7,7 millones de humanos comen 3 veces al día, con todo lo que eso supone. Por eso el peso de nuestras pequeñas decisiones a la hora de comer es enorme”, explica el empresario / activista.
Un arma de doble filo
La importancia de informarse bien antes de dar por sentada ninguna premisa es fundamental, sobre todo en temas alimentarios.
Es fundamental pararse a pensar siempre en cómo y de qué está hecho lo que comemos, y qué ingredientes consideramos que deberíamos suprimir o reducir para estar más sanos.
Por ejemplo, que la pastelería sea vegana no quiere decir que use menos azúcares refinados que la pastelería tradicional. Pero además los edulcorantes veganos disponibles en el mercado, como el jarabe de ágave o de arroz integral, pueden tener efectos aún peores que el azúcar en nuestra salud.
Ergo, no tan saludable
Un exceso de fructosa, muy presente en el jarabe de ágave, puede estar relacionado con problemas metabólicos a largo plazo, resistencia a la insulina y a la enfermedad del hígado graso. Y en el caso del jarabe de arroz integral, posee un índice glucémico más alto que el del azúcar blanco y puede provocar un aumento repentino del azúcar en sangre.
Con la grasa ocurre tres cuartos de lo mismo, algunos productos veganos poseen índices altos de aceites vegetales hidrogenados, que transforman los aceites en grasas sólidas mediante la adición de hidrógeno a altas presiones y temperaturas.
Y ¿entonces ser vegano es o no es más sano?
Partimos de la base de que la mayoría de personas veggies suelen llevar una dieta más consciente y equilibrada, practican más ejercicio con regularidad y poseen hábitos más saludables. Según esto podemos decir que su dieta y su modo de vida es saludable, de ahí la confusión entre nutrición veggi y salud. Pero hay que decir que es un conjunto de hábitos saludables lo que proporciona el equilibrio.
Ese equilibrio se puede conseguir con una dieta omnívora responsable y consciente. O también con una vegetariana / vegana en la que entran en juego frutas, hortalizas, legumbres, cereales, bebidas vegetales (en vez de lácteos), y sustitutivos veggies del pescado o de alimentos cárnicos.
No se trata de reducir sino de ampliar opciones
Los datos del estudio de Lantern confirman que el 56% de los consumidores omnívoros han comprado en alguna ocasión alguna marca veggie, ya sea por probar, por cambiar o por acallar un poco la voz de la conciencia social del movimiento veggie, que nadie puede negar que habla con voz alta y clara.
Las tendencias y los últimos estudios medioambientales, que apuntan al enorme impacto en el medio ambiente de la cría y posterior sacrificio del ganado, nos indican que las cosas están cambiando. Y que más vale mantener una actitud abierta al cambio con vistas a la sostenibilidad.
¿Será esto cuestión de renovarse o malvivir?